Economía

Jorge Becerra: “Macri está obsesionado con el déficit fiscal”

Es el número uno de Boston Consulting Group en Chile, asesor del presidente de Argentina y de importantes empresas locales y extranjeras. Hoy celebra los 15 años de BCG en nuestro país.

Por: M. Winter | Publicado: Viernes 29 de junio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Cuando se le pregunta a Jorge Becerra por cómo está Argentina, su respuesta automática es "espectacular". Es martes por la tarde y el país trasandino acaba de clasificar a segunda ronda del mundial. En Boston Consulting Group siguen los televisores del partido prendidos y algunos socios aún no se quitan la camiseta de su selección.

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El golazo de Messi y luego el de Rojo no son los únicos motivos para celebrar. Boston Consulting Group (BCG) está cumpliendo 15 años en Chile y están festejando desde el año pasado. Jorge Becerra, senior partner y manager director de BCG y que esta semana cumplió 30 años en la firma, conoce de cerca esta historia.

Él mismo fue parte del equipo que abrió BCG en Argentina –junto al chileno Raúl Rivera- en 1995 y que luego aterrizó en Chile de la mano de Codelco –liderada entonces por Juan Villarzú- en 2001. Luego partió a Miami para abrir oficinas allá en 2003, para seguir expandiendo la firma a Colombia en 2013 y Perú en 2016. No ha parado y es esto, precisamente, a lo que atribuye su duración en la empresa. "Ha sido como estar emprendiendo todo el tiempo", explica.

Aunque reside en Chile y se siente latinoamericano, su fuerte compromiso con su país lo ha llevado a convertirse en un asesor clave del presidente Mauricio Macri y de su jefe de gabinete. Actualmente integra el Consejo de Supervisión Estratégica de las Compañías Públicas en el país vecino. "Argentina tiene como 70 compañías estatales, de las cuales 20 son muy importantes y concentran gran cantidad de empleo, inversión y también déficit". Casi un punto del déficit público proviene del déficit de estas empresas.

Aunque esta labor es ad honorem, lo tiene muy entusiasmado y cada dos semanas viaja a Argentina para participar del consejo, que también integran seis ministros del gobierno de Mauricio Macri y un ex CEO de Unilever. "Hay una vocación de transformación estratégica del país", explica.

-El Merval se desplomó esta semana, el peso sigue depreciándose. ¿Cómo ve la actual situación económica de Argentina?

-El desafío de transformación que teníamos en la Argentina en diciembre de 2015 era increíble. Realmente fueron muchos años de deterioro institucional, dejando de lado las ideologías y las visiones políticas, tremendo en aislamiento y todas las cosas que te puedas imaginar. Yo reconozco un valor the rightfulness of intention en todo lo que hacemos. Nos podemos equivocar o las cosas pueden no salir bien, pero hay una lógica de hacer las cosas bien. Existe una vocación de una transformación genuina de Argentina, pensando en la gente y en terminar con la pobreza y la corrupción. Ahora, lo tienes que hacer con crecimiento económico, empleo y baja inflación.

- Muchos economistas han criticado que no se han hecho los cambios estructurales que se requieren

-Hay mucho debate sobre el tema del gradualismo o el shock. Cada uno tiene su propia visión y sólo los que lo están implementando pueden ver si fue lo correcto o no. Argentina es un polvorín desde el punto de vista del riesgo de explosión social. Si hubieras avanzado en mucho de lo que se hizo de ajuste de precios de manera más brutal, como muchos economistas pedían, para atacar el déficit antes, no sé si estaríamos hoy donde estamos. Entonces hay cambios. Cuando uno mira el déficit hay mucho que se habla y poco que se analiza. El déficit fiscal era altísimo cuando llegó Macri. Ha estado bajando sistemáticamente, desde cuatro y tanto bajó al tres y hay expectativa de que baje al dos y que pueda desaparecer hacia 2020. No es fácil cuando tienes que ir graduando los ajustes de tarifas y terminar los subsidios. Mi visión, y es muy personal, es que hubiera sido muy difícil ir a una velocidad distinta. Pero no todo lo que haces tiene impacto directo, la situación del precio del dólar y de los bonos y la tasa americana en un país que estaba muy endeudado, porque si hubieras querido bajar el déficit antes te hubieras tenido que endeudar un poco menos, pero no lo pudiste bajar tanto y seguiste endeudado. Mi visión es que no es fácil, pero que hay un plan sólido para hacerlo. Pese a que algunas cosas se demoraron en hacer, es cierto.

-¿Hay cosas que se podrían haber hecho mejor?

-Han tenido dificultades, hay temas en los que se podría haber comunicado mejor. Si los cambios que tomaron sobre el Banco Central se podrían haber tomado antes, probablemente, pero son todos humanos, viste, y cada uno está tratando de hacerlo lo mejor posible y a veces las cosas no salen bien.

-¿Y cómo se explica la crisis entonces?

-Sin intentar ser un analista político y económico, el disparador ha sido el cambio de la tasa en Estados Unidos que genera una mayor tasa de endeudamiento, una percepción de escasez sobre el dólar –Argentina es una economía absolutamente dolarizada en la mentalidad de los argentinos- y ante la expectativa de falta de financiación, las corridas que se produjeron desde el punto de vista del tipo de cambio y una sensación de que no iba a haber fondos. Y por eso fue preventivo el acuerdo con el FMI. Es un acuerdo histórico que no se va a usar todo ese dinero, pero que te da la tranquilidad de decir 'tenemos los fondos que necesitemos para controlar la moneda'.

- ¿Un dólar a 28 pesos le parece bien?

-Hoy la sensación en Argentina es de que el dólar a 28 es una cierta paridad que puede reflejar los términos de intercambio y que debería mantenerse. Ojala que se mantenga, porque la economía no se maneja desde un tablero con un excel.

-El lunes el movimiento social dio una muestra de poder con el paro

-Los paros existen. Son parte de la vida política y democrática. No pasa nada que haya un paro. Luego está la sensación de cuánto estos paros son el fiel reflejo de las necesidades, expectativas y problemas de la clase trabajadora, de los sindicatos y cuánto hay una agenda política de ciertos ámbitos de la oposición, básicamente del núcleo kirchnerista, que está haciendo todo lo que puede para comprometer la viabilidad del gobierno de Macri. Si Macri termina su gobierno será el primer presidente no peronista que termina su gobierno desde 1929 en Argentina. Entonces hay todo un peso de la historia muy desafiante para gestionar. Uno puede imaginar que hay muchos o algunos sectores que buscan que a este gobierno le vaya mal. Entonces eso hay que gestionarlo.

-¿Cuál es el principal desafío económico de Macri?

-Yo creo que la consolidación y fortalecimiento de la instituciones. La justicia, la lucha contra la corrupción y todo eso. Pero desde el punto de vista económico es realmente mitigar y moderar la inflación, porque tiene un impacto en tu salario real, en tu poder de compra. La inflación es un desafío muy grande y prioritario. El segundo es el déficit. Macri está obsesionado con el déficit fiscal, con limitarlo y hacerlo desaparecer, porque sabe que no es sustentable. Un país que vive gastando más de lo que ingresa, no es sustentable.

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