Economía

Justin Yifu Lin, Execonomista jefe del Banco Mundial y profesor de Peking University: “China sigue en un proceso de transición y otros países usan eso para criticarla”

El académico rememora los desafíos internos que enfrentó el país para ingresar a la OMC. “Fueron reformas dolorosas, pero necesarias”, señala.

Por: Ignacio Gallegos F. / FOTOS REUTERS | Publicado: Lunes 12 de noviembre de 2018 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Cuando la Organización Mundial del Comercio (OMC) admitió oficialmente a China en sus filas, en 2001, Justin Yifu Lin era profesor en Peking University.

Imagen foto_00000006

De esos años recuerda un largo proceso de negociaciones en que su país -entonces una economía de bajos ingresos cuyo mayor activo era su población de más de 1.200 millones de personas- tuvo que implementar cambios que no siempre fueron cómodos.

"Al principio, mucha gente tenía preocupación de que con una reducción tan significativa de la protección comercial, la economía podía colapsar", señala el académico. Las tasas arancelarias pasaron de un promedio de 25% a cerca de 10%, recuerda, y eso creó desafíos internos. Pero, agrega, "ciertamente, mirando hacia atrás, a China le fue muy bien".

Lejos de desestabilizarse, el país logró establecerse como el segundo mayor Producto Interno Bruto del planeta y la mayor economía medida por paridad de poder de compra. Hoy, su comercio supera en volúmenes al de Estados Unidos y es la mayor exportadora del mundo.

Lin observó esa transformación desde la academia y, más tarde, desde el Banco Mundial, donde llegó a desempeñarse como economista jefe y vicepresidente senior de Economía del Desarrollo.

"China tuvo que pasar por una transición para pasar de una economía que miraba hacia adentro a una economía de mercado orientada al mundo", señala. "La asunción a la OMC fue un hito para China y para su compromiso con las reformas orientadas al mercado".

- Si no hubiera entrado a la OMC, ¿cómo sería la economía del país hoy?

- Yo diría que la tasa de crecimiento sería un par de puntos porcentuales más baja, aunque China había logrado crecer a una tasa cercana al 10% antes. Pero el ingreso a la OMC contribuyó a hacer que este crecimiento fuera sostenible: sin ingresar, hubiera sido imposible que mantuviera un crecimiento continuo de 10% por otras dos décadas. Formar parte le permitió expandir su alcance hacia un mercado global más grande, y eso ha sido muy importante.

- Y ¿qué sería del comercio global sin China en la OMC?

- China se ha convertido en un elefante gigantesco. La apertura del mercado chino, especialmente al reducir los aranceles y aumentar la influencia de los mercados globales, también presentó una oportunidad para otros países. En 2000, representaba apenas 3,6% del comercio global y el año pasado fue 11,5%. Hoy es muy importante, y cualquier cambio de políticas en China tendrá impacto no sólo en ella, sino también en otros países.

La difícil integración

La reducción de aranceles no fue el único desafío que la potencia asiática tuvo que enfrentar para ingresar a la OMC. La negociación se realizó por separado con cada país y el gigante asiático debió cumplir con las condiciones de todas sus contrapartes.

"Estados Unidos tenía una larga lista de peticiones. Y China tomó todas esas condiciones y las cumplió", recuerda Lin. "Ese proceso de ajustes fue bastante doloroso para la economía china, pero fue necesario para asegurar el funcionamiento de los mercados y la colocación de recursos. Fue un proceso doloroso, pero necesario para nuestras reformas", dice.

- En retrospectiva, ¿qué aportó eso al comercio global?

- En los últimos 40 años, el crecimiento de las exportaciones de China ha sido cercano a 15%; pero el de las importaciones es cercano a 14,1%. China exporta al mercado global, pero también importa mucho del mercado global, y eso beneficia a casi todos. China no es un país rico en recursos, así que compró muchos recursos naturales, incluyendo cobre, hierro y petróleo de países donde abundaban en recursos. Eso, en algún momento, ayudó a mantener los precios de estos recursos en niveles históricamente altos.

- ¿Está China plenamente integrada al comercio mundial?

- Es un jugador significativo, pero sigue en proceso de transición, porque adoptó una visión gradual. Otros países pueden usar eso para criticar a China y generar desafíos contra ella.

Tiempos de guerra

Hoy, convertida en un jugador relevante para la economía del planeta, China se ve enfrentada a una disputa comercial con EEUU, que este año aplicó aranceles contra US$ 250 mil millones de productos chinos, casi la mitad de los envíos del gigante asiático a la potencia norteamericana.

"Es una pena que EEUU se acerque al unilateralismo y no respete el sistema global", dice el profesor Lin. "Esto está debilitando a las instituciones que moderan el mundo. Dañará las alianzas, pero al final dañará a todos".

- ¿Sigue siendo la OMC un interlocutor válido para estas disputas?

- Legalmente, todavía tiene el poder. Sigue siendo la plataforma para resolver las disputas comerciales. Pero EEUU está bloqueando la designación de nuevos jueces. Quiere volver al unilateralismo y no respeta los acuerdos multilaterales.

- ¿Qué espera de la guerra comercial entre EEUU y China?

- Espero que las personas entiendan que estas situaciones no son buenas para ningún país, tampoco para EEUU. Si seguimos con este tipo de conflictos, el comercio global bajará y las oportunidades de crecimiento para todos los países se reducirán.

- ¿Puede haber una solución que deje contentos a ambos?

- Fundamentalmente, la economía china y la estadounidense son complementarias. La aspiración de las personas es tener una mejor vida y el objetivo de cualquier empresa es tener un mercado más grande, para tener más utilidades. Creo que una cooperación amistosa entre EEUU y China ayudará a las personas en ambos lados y a las empresas a cumplir sus metas. Todos ganan. Espero que la racionalidad económica se imponga.

Imagen foto_00000001
Justin Yifu Lin.

Imagen foto_00000004

Imagen foto_00000003

2001
septiembre

China ingresa a la OMC: nace un gigante

Más de dos décadas había pasado China transformando su economía, desde una cerrada a una abierta, cuando la Organización Mundial del Comercio la aceptó formalmente como un Estado miembro en septiembre de 2001, y dos meses después firmó su ingreso, que no fue fácil. El país, que entonces representaba poco más de 3% del intercambio mundial de bienes y servicios, aún tenía un fuerte proteccionismo, con un arancel promedio de cerca de 25%. El gigante asiático tuvo que acomodarse a un comercio global abierto y reducir esa cifra a poco menos de 10%. El resultado está a la vista. China es hoy la mayor exportadora del planeta, responsable de más de 11% del comercio mundial y es la segunda mayor economía por PIB, tras EEUU. Pero su ascenso en la arena comercial y su creciente influencia son hoy desafiadas por Donald Trump. Ahora China hace esfuerzos por posicionarse como una defensora del libre comercio.

Lo más leído