Economía

La apuesta de Theresa May fracasa y se debilita el liderazgo de los Conservadores en el parlamento británico

El líder de los laboristas prometió dar un drástico giro a las políticas y aseguró que la población entregó un claro mandato para poner fin a los planes de austeridad de su rival.

Por: I. Ramos y R. García | Publicado: Viernes 9 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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La apuesta electoral de la primera ministra británica Theresa May fracasó ayer estrepitosamente. La premier se jugó todo su capital político convocando a elecciones anticipadas para obtener un mandato más fuerte de cara a las negociaciones con la Unión Europea por la salida del Reino Unido del bloque, pero el resultado estuvo lejos de lo esperado.


Hasta el cierre de esta edición, el Partido Conservador obtenía la mayor cantidad de escaños, pero menos que en la elección de 2015 y por debajo de la mayoría absoluta necesaria para conformar gobierno por sí solo.


Sin un liderazgo claro, las perspectivas de complejas negociaciones para conformar una coalición y una eventual salida de May aumentan la incertidumbre sobre el futuro del país y sus planes para implementar el Brexit.

Golpe a los mercados


En el mercado, la reacción no se hizo esperar para la libra. La moneda británica cayó de forma abrupta 1,45% apenas se divulgaron los primeros resultados de una encuesta a boca de urna, cotizando en
US$ 1,27. Y los expertos esperaban que la turbulencia continuara hoy a medida que los inversionistas despertaran al nuevo escenario. Para Craig Erlam, analista de mercados de Oanda, este fue el peor resultado posible, "ya que crea otra capa de incertidumbre por delante de las negociaciones del Brexit".

No más austeridad


Tras imponerse en su propio distrito de Islington Norte con una cómoda ventaja, el líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, agradeció a los votantes, y llamó a May a dar un paso al costado. "La política cambió y ya no volverá a ser la misma. La gente ya ha tenido suficiente austeridad. La gente está votando por el futuro y dando la espalda a la austeridad", señaló.


El traspié de los conservadores resultó sorpresivo, ya que durante la mayor parte de la campaña lideraron en las encuestas por un amplio margen. Pero, aunque las elecciones habían sido enfocadas principalmente en las negociaciones sobre el Brexit, Corbyn supo dar un giro a la estrategia, concentrando el debate en el creciente descontento con la desigualdad y los planes de May para recortar el gasto público.


El líder laborista destacó que su distrito registró una participación récord, una tendencia que se repitió en gran parte del país. Poniendo un fuerte énfasis en los medios sociales, su campaña logró convencer a una gran cantidad de jóvenes de salir de sus casas para ir a votar.


Corbyn dedicó las primeras palabras de su discurso a los policías que asistieron a las víctimas tras los últimos atentados en el país, reforzando así las críticas que durante toda la campaña dirigió a los planes de May de rebajar el presupuesto para seguridad, reduciendo el número de oficiales en 20 mil.


Corbyn recordó que May convocó a los comicios para tener un mandato fuerte para negociar el Brexit, "y lo obtuvo" ironizó, apuntando a un claro deseo de la población, pero para que la política británica dé un drástico giro.


También prometió que sin importar los resultados definitivos, su partido hará ahora todo lo necesario para llevar a la práctica los principios declarados en su último manifiesto. El documento muestra un fuerte vuelco hacia la izquierda, con llamados a incrementar la participación del Estado en la economía a través de la nacionalización de empresas en sectores clave y el fortalecimiento de la red de bienestar.

El regreso de los grandes


Por su parte, la jefa de los conservadores, que también se impuso en su distrito de Maidenhead, apareció visiblemente afectada, y con la voz quebrada prometió que su partido cumpliría su promesa de dar estabilidad al país.


"Siempre he tratado de buscar el interés nacional. Mi decisión de hacer eso esta mañana sigue siendo la misma. El país necesita estabilidad y cualquiera sea el resultado, nosotros los conservadores buscaremos dársela", aseguró.


Más allá del golpe para la centro derecha de Theresa May, el resultado marca un claro regreso de los grandes partidos tradicionales, que entre los dos sumaron una gran mayoría de los votos, mientras que los grupos más radicales, como los nacionalistas de UKIP, sufrieron un claro retroceso en las urnas.

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