Economía

La Italia que deja Renzi: altas tasas de desempleo y bajo ritmo en el crecimiento económico

El nuevo gobierno tendrá que alentar al 40% de los jóvenes que no tienen trabajo y resolver la crisis bancaria.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Viernes 9 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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El estancamiento de la economía y el descontento relacionado que ello genera serán temas clave para el nuevo gobierno de Italia, luego de la salida del primer ministro Matteo Renzi, oficializada el miércoles.

A pesar de que la economía del país empezó a mostrar leves señales de recuperación –en el tercer trimestre de este año el PIB del país creció un 1% interanual– el desempleo se mantiene en los dos dígitos: en septiembre la cifra era de 11,4%. La inflación logró ganar un 0,1% en noviembre, marcando niveles negativos la mayor parte del año.

Para los jóvenes, las cifras han sido peores todavía: el desempleo alcanzó 37,1% entre personas de 18 a 35 años el mes pasado, mientras que esa categoría gana un cuarto menos de lo que lograba hace 25 años.

Es una de las razones por las que Renzi no logró ganar las simpatías de los millennials: según los datos de Quorum, 80% de los votantes de entre 18 y 34 años rechazaron su propuesta en el referendo que terminó con su dimisión.

Y aunque ellos representan sólo una quinta parte del electorado, deberían haber sido una base para las aspiraciones de Renzi.

Si el referendo desató una crisis política, el país lleva años sumida en otra: la bancaria. El caso símbolo es el Monte dei Pachi buscando la recapitalización por 5.000 millones de euros.

Los años de Renzi

Tras llegar al poder en febrero de 2014 y, con 39 años, convertirse en el primer ministro más joven en la historia italiana, Matteo Renzi ofreció un “programa radical de reformas”, pidiendo un “nuevo gobierno y una nueva fase”: vendió autos de lujo de uso gubernamental y reemplazó a los gerentes de las empresas estatales.

Sus políticas se caracterizaron como una mezcla de enfoque liberal económico con políticas sociales de izquierda: cambió las leyes laborales para facilitar la contratación y el despido, pero también bajó la carga fiscal a los que ganan poco.

Su discurso contra los políticos tradicionales y su carácter reformista no convenció a quienes votaron por primera vez el domingo. Los jóvenes lo vieron siempre como parte de la élite, por lo que no acudieron a su rescate el domingo pasado. Tampoco los convenció su cercanía con Barack Obama, de EEUU, o Justin Trudeau, de Canadá.

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