Economía

La visita de Fidel a Harvard, la universidad que lo rechazó

Periódicos de la época señalan que la recepción que se le dio a Castro en Boston había sido similar a la de un Beatle, y destacaban su apoyo a la libertad de prensa, aunque después hubo momentos "incómodos" en su visita de once días.

Por: Jimena Catrón Silo | Publicado: Lunes 28 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Cuando el presidente de EEUU., Barack Obama, realizó su histórica visita a Cuba –en marzo pasado-, y luego dio una conferencia de prensa junto al presidente de ese país, Raúl Castro, anunciando lo que iba a ser el comienzo del fin al embargo, Joseph A. Bosco, no pudo evitar recordar la vez en la que su hermano, Fidel, dio una charla en Harvard.

El consultor en seguridad nacional -quien se retiró del Departamento de Defensa norteamericano en 2010-, se encontraba realizando sus estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales en 1959, cuando se supo que el líder revolucionario de 32 años visitaría la universidad.

"Aquí es donde se encuentra el verdadero espíritu militar: en los estudiantes, no en los cuarteles", recuerda que dijo el cubano al llegar al anfiteatro cercano al estadio de Harvard, ya que era imposible que las salas tuvieran la capacidad de acoger a los cerca de diez mil oyentes que asistieron a escucharlo.

"El decano McGeorge Bundy se disculpó ante Castro por el rechazo de Harvard a su solicitud una década antes. Fidel entró en su monólogo inglés, que le costaba dominar, durante más de una hora, mientras que nosotros, sin asientos, esperábamos sin descanso la oportunidad de hacer preguntas. Cuando finalmente llegó la oportunidad, alguien enfrentó a Castro sobre informes de fusilamientos de miembros de la dictadura de Batista, así como de cubanos comunes que criticaban algunos aspectos de la revolución".

"Con la gran bandera de Veritas de Harvard cubierta en la plataforma ante él, Castro negó los informes y se burló de la pregunta, afirmando que era sólo un invento de los opositores de su revolución. También declaró el derecho del Estado cubano a apelar cualquier veredicto de juicio civil que existiera en su contra. A pesar de tales respuestas, que también me inquietaban, la multitud fue abrumadoramente favorable y le dio a Fidel una abrumadora ovación al final".

Periódicos de la época señalan que la recepción que se le dio a Castro en Boston había sido similar a la de un Beatle, y destacaban su apoyo a la libertad de prensa, aunque después hubo momentos "incómodos" en su visita de once días. La razón: no estaba acostumbrado a que cuestionaran la política interna de la isla.
Al llegar a Washington, ya había quedado clara su intención de evitar cualquier indicio de admiración o asociación con el comunismo soviético. Castro negó vehementemente cualquier afiliación, diciéndole a un periodista en la etapa de DC de su viaje: "Estamos en contra de todo tipo de dictadores. . . Por eso estamos en contra del comunismo ", dijo.

El resto, es historia conocida: menos de dos años después de su visita a Harvard, Fidel se había convertido en el dictador del primer y único punto de apoyo comunista en el hemisferio occidental. De julio a septiembre de 1960, Castro nacionalizó todas las tenencias americanas en Cuba y estableció amplios vínculos económicos y diplomáticos con la Unión Soviética. En diciembre de 1961, proclamaba con orgullo: "Soy marxista-leninista y lo seré hasta el último día de mi vida".

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