Economía

Las opciones de Trump para romper sus vínculos con el imperio multinacional que lleva su apellido

Expertos creen que podría nombrar un fideicomisario autónomo o traspasar el mando a sus hijos, manteniendo la distancia.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 9 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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La preocupación de analistas políticos y expertos en ética sobre los posibles conflictos de interés que podría enfrentar el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, al instalarse en la Casa Blanca podría llegar a su fin el jueves de la próxima semana, cuando, según ha anunciado el magnate, presente su plan para separarse “completamente” de sus negocios.

Esta semana, voceros del futuro mandatario de la mayor economía del mundo aseguraron que Trump se desvinculó de sus acciones en bolsa en junio, pero aún queda en entredicho su vínculo con la Organización Trump, que cuenta con negocios en 20 países y está avaluada en más de US$ 3.000 millones. La entidad, concuerdan medios estadounidenses, presenta potenciales conflictos sin precedentes, debido a sus amplias y complejas operaciones en el mundo.

“Es un problema de sucesión de negocios clásico y sensible a los tiempos”, señaló a Bloomberg el codirector de la consultora financiera Holland & Knight, David Scott Sloan, quien advirtió que una transferencia del poder en la empresa podría ser ventajosa sin importar la nueva estructura. No obstante, agregó que será difícil que el presidente se margine de las discusiones familiares sobre el negocio. “Tendrá que poner todo de su parte para no fisgonear”, dijo.

Vías distintas

La manera más rápida de que el futuro jefe de Estado deshaga sus vínculos directos con las empresas Trump es reunirlas en una sociedad de responsabilidad limitada y venderla a sus hijos a través de un fideicomiso, a cambio de una nota promisoria que le asegure pagos de intereses regulares. Formalmente, esa vía le aseguraría estar separado del control y propiedad de las compañías, y no le reportaría beneficios directos en base a los ingresos. Asimismo, evitaría pagar impuestos de ganancias capitales.

Una segunda opción es una venta financiada por terceros, en la que el magnate recibiría efectivo de manos de un banco que, a su vez, obtendría pagos de intereses a su nombre, generando mayor distancia entre el presidente y los negocios que llevan su apellido.

El asesor de ética de Barack Obama, Norman Eisen, dijo a Bloomberg que la opción más correcta sería nombrar un director ejecutivo independiente y generar una lista de ejecutivos de la Organización Trump con las que el mandatario no podría hablar. No obstante, el magnate ha dado señales de que espera mantener el negocio en manos de sus hijos Ivanka, Eric y Donald Jr.

Frente a ello, el socio de la consultora White & Chase de Nueva York, John Olivieri, dijo al mismo medio que hay una tercera vía para mantener el control familiar y la fiscalización: un fideicomisario independiente. Dicho papel, que podría desempeñar una institución, monitorearía las acciones de la empresa aunque ésta sea administrada por los hijos de Trump, y podría, incluso, despedirlos si se rompen las reglas de confidencialidad diseñadas para separar al presidente de los negocios.

“Normalmente, el dueño tendría el derecho a sacar y reemplazar al fideicomisario, pero este acuerdo tendría que explicitar que ello no se pueda hacer”, señaló Olivieri. “Le darías la habilidad de decir ‘Ivanka, estás metiendo la pata. Estás despedida’”, explicó.

Opinión popular

Aún con todas las opciones a la vista, hay quienes insisten en que Trump debe vender. “Incluso si encuentra una forma de remover sus propios intereses, aún tendría la posibilidad de enriquecer a sus hijos”, señaló Norma Ornstein, cientista político del Instituto Empresarial Estadounidense.

No obstante, una encuesta de Bloomberg conducida entre el 2 y el 5 de diciembre apunta a que la mayor parte de los estadounidenses (un 69%) considera que la venta va demasiado lejos.

Pero más allá de la vía que finalmente elija el magnate, el mismo sondeo arroja que dos tercios de los ciudadanos esperan que los intereses del país estén por sobre los de las empresas Trump.

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