Economía

Las señales de debilidad se acumulan en Europa e Italia coquetea con la recesión

El impulso económico del continente anota sus mínimos de dos años, mientras la incertidumbre política y comercial golpea la actividad.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Jueves 6 de diciembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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El optimismo sobre la economía de Europa que reinaba hace quince meses prácticamente se esfumó. En medio de la incertidumbre sobre las negociaciones del Brexit y el presupuesto de Italia, nuevos datos económicos confirmaron ayer que el continente pierde el ritmo y hay países al borde de la recesión.

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El Índice de Gerentes de Compras (PMI, su sigla en inglés) de la zona euro, medido por IHS Markit, mostró una nueva caída en noviembre, cuando el indicador compuesto -que mide la actividad en los sectores de bienes y servicios- cayó a 52,7 puntos desde los 53,1 registrados el mes anterior. Se trata de la menor lectura desde septiembre de 2016 y es mucho menor a la de hace un año, de 57,5 puntos.

“La región sigue estancada en la debilidad”, dijo el economista Chris Williamson, de IHS Markit. “Las respuestas a la encuesta destacaron las crecientes preocupaciones por las dificultades del Brexit y la guerra comercial, un sector automotor que tiene obstáculos y la incertidumbre cada vez mayor sobre el panorama económico y político”.

El reporte mostró que el ritmo de crecimiento del empleo fue el menor en casi dos años, mientras el registro de nuevas órdenes se ubicó en su menor nivel desde agosto de 2016.

Alemania, la mayor economía del continente, también vio una desaceleración: su PMI compuesto se ubicó en 52,3 puntos en noviembre, menos que los 53,4 de octubre y el menor nivel desde diciembre de 2014.

Pero la mayor incertidumbre viene desde el Reino Unido, que atraviesa semanas cruciales para su divorcio con la Unión Europea. El PMI compuesto del país cayó a 50,7 puntos, menos de los 51,8 que estimaban economistas consultados por Bloomberg y su peor resultado desde julio de 2016.

Analistas de esa misma agencia advirtieron en un informe que “a no ser que un acuerdo por el Brexit sea aprobado en el Parlamento, la preocupación sobre la posibilidad de un divorcio duro con el bloque probablemente mantendrá al crecimiento subyugado. Los datos duros y blandos probablemente serán volátiles en el mediano plazo, con el plazo acercándose”.

Italia en sombras

Otro de los focos de incertidumbre entre los analistas es la disputa entre Roma y Bruselas por el presupuesto italiano para 2019. El gobierno de la península propuso un erario expansivo, que aumentaría el déficit fiscal y rompería las reglas de la UE; aunque el bloque no tiene atribuciones para modificar el texto, sí podría aplicar sanciones económicas por no respetar las normas.

La tercera mayor economía de la eurozona ha visto caer su sector manufacturero por dos meses consecutivos, y noviembre marcó el peor resultado en cuatro años. En ese mismo período, el desempleo, que está entre los mayores en la región, también ha subido, y en octubre se ubicó en 10,6%.

Ello, sumado a la baja en el PMI, “es coherente con un crecimiento negativo” en el trimestre en curso, dijo Amritpal Virdee, economista de IHS Markit. Si ello ocurre, el país entrará oficialmente en recesión.

El gobierno populista italiano ha insistido en que aumentará el gasto en protección social y ayer el vicepremier Luigi di Maio aseguró que el Ejecutivo enviará proyectos de reforma de pensiones y un ingreso básico para los más pobres antes de fin de año.

En tanto, la agencia Ansa aseguró que el primer ministro, Giusseppe Conte, se reunirá con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el 11 de diciembre para hablar del presupuesto.

El dilema del BCE

El pesimismo encuentra al Banco Central Europeo en medio de un debate sobre la continuidad de su programa de alivio cuantitativo, que la entidad espera cerrar a fin de año. Hasta ahora, no ha dado señales de un cambio de opinión.

No obstante, un análisis de Bloomberg Economics señaló que, pese a la desaceleración económica, los salarios han visto un mayor crecimiento en el continente, lo que explicaría “por qué el BCE está relajado sobre su decisión de poner fin a la compra de activos (...) Hay suficiente progreso en el retraso económico”.

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