Economía

¿Make America Great Again?: “EEUU está cada vez más dividido y eso no lo hace más grande”

Cuando se cumple un año de la inesperada victoria de Donald Trump, el experto en política exterior y profesor de NYU analiza los logros y fracasos del mandatario, así como la posibilidad de que logre la reelección.

Por: I. Gallegos/M. Akbulyakova | Publicado: Miércoles 8 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos grande de nuevo) fue la promesa principal que, hace exactamente un año, llevó al magnate inmobiliario y estrella de televisión Donald Trump a ganar sorpresivamente la presidencia de EEUU. ¿La está cumpliendo? La pregunta parece sorprender al fundador y presidente de la consultora de riesgo Eurasia, Ian Bremmer, quien tras titubear unos segundos, contesta categórico: “No. ¿Hay alguien que haya dicho que sí?”

Para el experto en política exterior y profesor de la Universidad de Nueva York, una forma de medir si la primera economía mundial está, efectivamente, volviendo a ser grande sería “si los países de todo el mundo están mirando a EEUU con más respeto, como un mejor ejemplo, o queriendo aliarse con él. En la mayoría de los casos, la respuesta es no”.

- ¿Y en términos económicos?

- La economía de EEUU está definitivamente fortaleciéndose, pero no es porque Trump esté haciendo al país grande de nuevo. Simplemente está en el lado correcto del ciclo económico. En política doméstica, se ha hecho muy poco. La mayor parte de lo que ha intentado ha fracasado.

Aunque el Partido Republicano de Trump tiene mayoría en ambas cámaras legislativas, no logró derogar y reemplazar Obamacare, el sistema de salud que heredó de su antecesor, Barack Obama. Su muro en la frontera con México, otro pilar de su campaña, no tiene financiamiento asegurado. Y sus intentos de controlar la inmigración desde países de mayoría musulmana han sido desafiados en la justicia.

Promesas cumplidas

“Los grandes temas no se han logrado, pero sí creo que ha habido avances en su administración”, dice Bremmer, quien rescata la salida del Acuerdo Transpacífico (TPP, su sigla en inglés) y el desmantelamiento de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) entre las promesas cumplidas. La reforma tributaria, dice, no se aprobará este año, pero podría ocurrir el próximo.

- Si lo logra, ¿haría a EEUU un país más grande?

- Trump tiene razón en algunas de sus ideas, como la de que EEUU no está generando empleos para su gente y las empresas están actuando a favor de los intereses globales y no los nacionales. Deben hacer más con sus ganancias que sólo enfocarse en la rentabilidad, y comenzar a preocuparse por el trabajador estadounidense. La clase trabajadora y la clase media han sido dañadas. Pero otras políticas, como demonizar a los musulmanes y los mexicanos, los temas raciales contra los negros, están haciendo que EEUU no sea tan grande. Eso perjudica al país.

- ¿En cuál de esas dos áreas ve más avances?

- En la medida en que Trump no está teniendo éxito en lo primero, está buscando entregar resultados en lo segundo. Y creo que eso es peligroso. El país está cada vez más dividido y no creo que alguien piense que un país dividido es un país más grande.

La visión del mundo

En sus más de nueve meses de presidencia, Trump no sólo ha dividido a EEUU: también ha sembrado incertidumbre sobre las alianzas internacionales que el país ha cultivado a lo largo de décadas.

Para Bremmer, el factor principal es lo que él llama una visión “transaccional” de la política externa. “Es la forma en que hacía negocios: lograr un acuerdo en particular y luego pasar a lo siguiente. Esa es la forma en que ve el mundo. Quiere usar su poder para hacer que otros países hagan lo que él quiere, como en cualquier tipo de transacción”.

- ¿Cómo diferencia eso a Trump de sus antecesores?

- Trump cree que los valores comunes no son importantes para las alianzas y relaciones estadounidenses. De hecho, cree que a veces pueden ser una desventaja, porque permiten que otros países se aprovechen de EEUU. Tampoco le gusta el multilateralismo.

- ¿Qué implica eso para los aliados de EEUU en el mundo?

- Eso daña la habilidad del país de alinearse con aliados en el mundo, golpea el liderazgo de organizaciones globales que se han creado a la imagen de EEUU y pone nerviosos a algunos líderes. Ahora bien, a medida que pasa el tiempo, otros líderes mundiales se dan cuenta de que los tuits no significan mucho. Aprenden que en temas como Irán, Corea del Norte, Siria, Afganistán y China, las políticas de EEUU están cambiando menos que los anuncios o pronunciamientos de Trump.

- ¿Hay más confianza en sus asesores que en él?

- Las personas que están dirigiendo la política externa en general, hasta cierto punto (el secretario de Estado) Rex Tillerson, pero sobre todo (el consejero de Seguridad Nacional) H.R. McMaster, y (el secretario de Defensa) James Mattis, están más alineados con presidentes anteriores, pero están teniendo muchos problemas.

- ¿Qué consecuencias ha tenido la irrupción de Trump en la política internacional?

- La relación transatlántica se ha vuelto más débil, en parte porque Trump no está demasiado comprometido con ella. También ha pasado con América Latina: México ha tenido históricamente una de las relaciones más integradas e importantes con EEUU que cualquier otro país del mundo. Ahora se cuestiona el Nafta y se habla de construir un muro en la frontera. Pero también es cierto que la relación de EEUU con otros países estaba empeorando bajo la administración de Barack Obama: muchos estaban preocupados por lo que estaba haciendo después de la crisis. Eso ha crecido con Trump.

- ¿Cuál es el mayor riesgo que ve en el escenario internacional a corto plazo?

- El mayor riesgo es que haya cualquier tipo de crisis que golpee a EEUU y Trump no reaccione bien. Podría ser un gran ciberataque o un ataque terrorista islamista. Una sobrerreacción de EEUU sería un riesgo gigantesco.

- ¿Es posible que haya una guerra entre EEUU y Corea del Norte?

- Es posible, pero pasaría por accidente o por error: que un avión estadounidense entre sin querer al espacio aéreo norcoreano y sea derribado, o que Corea del Norte envíe un misil por encima del espacio aéreo de Japón, algo salga mal y mueran civiles japoneses. Es el tipo de cosa que podría causar una guerra. Y la posibilidad de que eso pase no es muy alta, pero es más alta de lo que debería.

Trump 2020

Pese a que su victoria electoral no fue categórica –de hecho, perdió el voto popular– el mandatario lanzó su campaña por la reelección apenas semanas después de asumir el poder.

“La idea de que gane una segunda presidencia no me parece loca”, señala Bremmer. “Su aprobación ha sido razonablemente consistente desde que asumió y su base lo respalda muy sólidamente. Además, estar en el cargo es una ventaja muy grande y él sabe cómo mover los medios y las redes sociales”.

- Muchos se cuestionan si terminará su primer mandato.

- Yo creo que sí. La vara para el impeachment es increíblemente alta y creo que los republicanos se opondrían con fuerza, a no ser que el escenario de la investigación de Robert Mueller (quien indaga la posible interferencia rusa en las elecciones) fuera el peor posible.

- ¿Ha percibido un cambio de estrategia en el mandatario a lo largo de esta administración?

- No necesariamente. Trump es una criatura de instintos, no de estrategia. Tiene una respuesta emocional a las cosas que le gustan o no en los medios o en la televisión. Creo que es un error evaluarlo como si tuviera un plan estratégico.


Donald Trump baja el tono sobre Corea del Norte en su visita a Seúl

En su visita a Corea del Sur, la segunda parada de su gira por Asia, el presidente de EEUU, Donald Trump, adoptó ayer un enfoque sorprendentemente más reconciliador hacia la amenaza norcoreana, el principal tema de su visita. El presidente llamó a Kim Jong-un a "sentarse en una mesa de negociaciones y llegar a un acuerdo", aunque amenazó con usar todo el arsenal militar del país en caso de que Pyongyang vuelva a provocar con un lanzamiento de misiles. "Yo veo ciertos movimientos", dijo sobre los esfuerzos por negociar con el régimen norcoreano.

Por otro lado, afirmó que su alianza "acorazada" con Seúl es "más importante que nunca para la paz y la seguridad". "No podemos permitir que Corea del Norte amenace todo lo que hemos construido", agregó después de visitar la base militar Camp Humphreys, a sólo 100 kilómetros de la frontera norcoreana.

Moon, por su parte, aseguró que la visita de Trump podría ser un "punto de inflexión" en la política hacia Corea del Norte, y anunció que el país empezará conversaciones militares, incluyendo el despliegue de nuevo equipamiento de vigilancia.

A pesar de que los expertos temían que Trump cuestionara el acuerdo de libre comercio con Seúl -que criticaba anteriormente-, no tocó el tema. Pero sí hablará de comercio hoy cuando viaje a China, el principal objetivo de sus amenazas comerciales, para reunirse con su par Xi Jinping. Según fuentes de Reuters, los clientes chinos ya acordaron subir el volumen de sus compras de la soya estadounidense, una declaración de intenciones que será firmada durante la visita de Trump. También habrá acuerdos similares sobre vacuno y productos lecheros, agregaron.

A pesar de que las acusaciones de Trump de un comercio injusto no dieron frutos en Japón, en una muestra de unidad ante la amenaza norcoreana Tokio anunció ayer que impondrá sanciones a nueve organizaciones y 26 ciudadanos norcoreanos.

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