Economía

Merkel: la jefa de Europa busca la reelección

En las elecciones del domingo, la canciller alemana podría sellar un cuarto período al mando y afianzar su liderazgo sobre occidente en la era Trump.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Viernes 22 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Angela Merkel, la invencible canciller que ha liderado Alemania por más de una década, busca este domingo sellar su cuarto período en el poder. De cara a las elecciones legislativas, su partido Unión Demócrata Cristiana (CDU) se encamina a obtener más de un tercio de los votos, una nueva muestra de respaldo a las políticas y la personalidad de la mujer más poderosa del mundo.

Siempre negociadora y partidaria del consenso, Merkel hizo gala de sus habilidades durante su cuarta campaña electoral. Se mostró dura y metódica (el legado de sus estudios de física) en los asuntos exteriores, frenando las ambiciones autoritarias de Turquía y condenando la amenaza norcoreana.

Pero en los temas internos ha sido más flexible. Cuando el principal rival de los conservadores, el Partido Socialdemócrata (SPD), anunció su apoyo al matrimonio homosexual, Merkel –hija de un pastor luterano y nacida en Alemania del Este– no vaciló: agendó una votación y dejó a sus parlamentarios en libertad de acción, lo que resultó en aprobación del proyecto.

¿Rival o amigo?

A pesar de que el líder del SPD, Martin Schulz, trata de marcar diferencias con Merkel, la rivalidad ha sido floja. En el único debate entre ambos, hace tres semanas, evitaron las críticas directas y ninguno descartó la futura “gran coalición” que existe ahora entre los dos principales partidos.

El SPD vio su apoyo crecer y alcanzar niveles cercanos a la CDU a principios de año, cuando la llegada del expresidente del Parlamento Europeo (quién abandonó el cargo para encabezar la campaña) dio un nuevo aire a la contienda. Pero desde entonces las cifras van en bajada y la diferencia entre ambos partidos se ha ampliado a casi 15 puntos.

La agenda pro-justicia social de Schulz no resonó entre los alemanes, quienes disfrutan de un sólido crecimiento económico, alto empleo, aumento de ingresos reales y bajo costo de endeudamiento.

El buen estado de la economía fue precisamente la carta maestra de Merkel, cuya campaña fue apodada por los críticos como “durmiente”: la canciller promovió mantener el statu quo, ofreciendo a los votantes su vasta experiencia internacional y doméstica.

Su estrategia parece ser la ganadora. Con la llegada de Donald Trump y el Brexit, “los alemanes ven el mundo incierto y no quieren cambiar a su capitán en la tormenta”, explicó a Financial Times Helmut Jung, consultor en la encuestadora GMS.

Prueba de tolerancia

Pero más que el voto de confianza a las políticas existentes, las elecciones serán una prueba de tolerancia del pueblo alemán. La apertura de fronteras para migrantes en 2015 costó a Merkel varios puntos de apoyo. A pesar de endurecer su discurso migratorio en los últimos meses, la canciller ha sido firme en su postura humanitaria.

Su política abrió el paso a las fuerzas nacionalistas. Alternativa para Alemania (AfD) –de postura anti migratoria y con algunos miembros que niegan el Holocausto– se encamina a ser el primer partido de extrema derecha en el Bundestag desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

AfD va tercero en las encuestas, respaldado por 10% de los ciudadanos, mientras que casi un tercio no ha decidido por quién votar.

Ayer, Merkel llamó a sus partidarios a acudir a las urnas. “Mi solicitud para todos es que voten, voten por los partidos que se adhieren 100% a nuestra constitución”, manifestó.

Sin embargo, sus recientes insinuaciones sobre el fortalecimiento de la zona euro –un guiño al mandatario francés, Emmanuel Macron,- amenazan con elevar la molestia entre alemanes conservadores, quienes ven al país como una gran billetera para sus vecinos de Europa del Sur y del Este.

En busca de un socio

A pesar de que su victoria está casi asegurada, Merkel tendrá semanas difíciles luego de las elecciones, en que deberá buscar una alianza para gobernar. El escenario predominante es otra “gran coalición” con SPD, que estuvo en el poder durante ocho de los doce años del gobierno de la canciller.

De no lograrla, los conservadores tendrán que volver a buscar el respaldo del Partido Democrático Libre (FDP) pro-mercado. La coalición gobernó al país por casi la mitad de las siete décadas post-guerra, pero el fuerte rechazo de FDP al fortalecimiento de la zona euro sería un punto de quiebre. Además, con el apoyo existente, la alianza quedaría corta de una mayoría.

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