Economía

México revisa su modelo económico mientras se debate entre la apertura y el nacionalismo

Ciudadanos además cuestionan si dirigir la producción al norte de la frontera fue un error estratégico y si se debe abrir las puertas a nuevos socios.

Por: | Publicado: Lunes 6 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Por María Gabriela Arteaga

México inició la semana pasada la cuenta regresiva para replantearse su modelo de economía y su estrategia para relacionarse con sus vecinos y con el mundo. Son 90 días en los que el gobierno de Enrique Peña Nieto se reunirá con sectores productivos de su país y de EEUU para renegociar el acuerdo comercial que fijó los parámetros de las naciones por 23 años.

El reloj se detendrá en mayo, cuando se supone habrá nuevos lineamientos para el Nafta y cuando se dará inicio a conversaciones para buscar nuevos socios, por ejemplo, entre los miembros del TPP.

Sin embargo, el tema ya ha avivado las tensiones con Washington y también entre los propios mexicanos.

Son cada vez más los que se cuestionan si fue un error estratégico basar su economía tan estrechamente en el intercambio con EEUU –que representó el 81% del total de las exportaciones nacionales en 2015– o si es mejor apuntar hacia el nacionalismo económico. Muchos se preguntan además si abrir las puertas a nuevos socios será la mejor carta a jugar.

Ese mismo sentimiento ha dado espacio para que la balanza política se incline a favor del populismo y cree un clima perfecto para una figura que prometa poner fin a la relación de dependencia frente a Washington y a favor de la construcción de una economía fuertemente nacionalista.

Oportunidad implícita

Si bien es cierto que desde que era candidato presidencial, Donald Trump ha sido firme en su política en contra de México y que por ello ha exacerbado el rechazo en su contra desde el otro lado de la frontera, los aztecas también reconocen que es poco lo que su gobierno ha hecho para defenderlos y se preguntan si estarán mejor sin el Nafta, pues les permitiría reconocer su real potencial para independizarse e impulsar el distintivo “Hecho en México”.

La economía interna tiene un mercado de más de 120 millones de habitantes y, por ello, hay quienes plantean que esta es una oportunidad implícita para cortar el cordón umbilical.

Aunque EEUU es su mayor socio comercial, México ha logrado atraer miles de millones de dólares de inversión extranjera en los últimos años, creando un boom para la industria automovilística y ha diversificado las fuentes de ingreso.

Además, le permitió reenfocarse y acelerar las negociaciones para actualizar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, intercambio que creció desde US$ 28 mil millones a US$ 57.000 millones entre 2005 y 2015.

Paso al populismo

Así, para el momento en que el último ladrillo sea puesto sobre el muro, dentro de dos años, la figura más antagónica con EEUU podría estar ostentando el poder en México.

“El gran vencedor en la polémica (...) es Andrés Manuel López Obrador”, tuiteó la semana pasada el presidente de Eurasia Group, Ian Bremmer.

Y es que desde ya el líder anti establishment se perfila como uno de los favoritos para las elecciones presidenciales de 2018, a pesar de haber perdido los comicios en dos oportunidades mientras su país se mantenía al margen de los movimientos populistas de América Latina y ataba su economía cada vez más cerca de su vecino del norte.

Hoy AMLO, como es popularmente conocido, se apunta seguidores con un discurso muy similar al de Trump: proteger a los trabajadores nacionales de la competencia, en este caso desde el norte. Incluso ha prometido priorizar la producción interna hasta consumir alimentos producidos en casa y utilizar un combustible nacional.

Mientras, la popularidad de Peña Nieto –que va en caída libre– arrastra consigo el rechazo a los partidos tradicionales.

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