Miami latina en el foco del debate migratorio

Tomás Regalado, un experiodista de origen cubano que ha ocupado cargos públicos en Estados Unidos por más de 20 años, se convirtió en alcalde de Miami impulsando una agenda de políticas pro empresa, junto a rebajas de impuestos y recortes del gasto fiscal.

Desde su posición, por eso, tiene una perspectiva privilegiada para evaluar el impacto que las políticas migratorias del presidente Donald Trump tendrán para la economía de una ciudad donde los latinos son dominantes. “El presidente Trump es un empresario, y un empresario siempre quiere ganar”, comentó en entrevista con DF el edil, que esta semana estuvo en Santiago para encabezar la Conferencia Internacional “Miami Plataforma Global para Invertir y Hacer Negocios”.

- ¿Cuál es el atractivo comercial de Miami?

- Es una ciudad internacional que canaliza el comercio, las importaciones y exportaciones, hacia y desde el resto de EEUU. Se puede decir que EEUU son dos países: el país que conocemos todos y otro país hispanoamericano. Hay más de 50 millones de hispanoparlantes, solo de los que sabemos.

Los límites para la exportación de productos desde América Latina, particularmente desde Chile, a EEUU no existen. Los sectores agrícola y vitivinícola son los más prometedores. España y Argentina han inundado Miami con vinos. Chile tiene presencia, pero en el segmento alto, así que existen muchas oportunidades. Además, hay un fuerte desequilibrio comercial entre Chile y EEUU.

- ¿El discurso comercial de Trump no es una amenaza?

- Existe un tratado de libre comercio. El presidente Trump es un empresario, y un empresario siempre quiere ganar. Él ha dicho que hay que revisar los tratados de libre comercio. Cuando le pongan en su mesa el acuerdo con Chile y vea que hay un gran superávit a favor de EEUU va a decir: “adoro el tratado de libre comercio con Chile”.

- Pero hay preocupación entre las empresas extranjeras por las intenciones del presidente...

- El trato a las empresas exportadoras extranjeras depende de los acuerdos de libre comercio. Por ejemplo, el tratado con Colombia fue aprobado, porque de no haberlo el mercado de flores de EEUU habría colapsado.

- Miami es hogar de una gran diáspora de extranjeros. ¿Cómo piensa lidiar con las políticas anti inmigración del mandatario?

- La administración dijo que quitará fondos a las ciudades que no cooperen en el tema de migración ilegal, las ciudades santuarios. Hay tres que ya lo demandaron.

Existen casos sustanciados de que el gobierno federal no puede quitar fondos federales a las autoridades locales solo por falta de acción en una directiva presidencial. Eso está determinado por la Corte Suprema, el tribunal más alto de la Tierra como le dicen, y ni el presidente, ni el congreso pueden ir en su contra.

La orden del mandatario de prohibir la entrada de personas de siete países en este momento tampoco existe, está parada por las cortes federales.

- ¿Desafiaría a Trump judicialmente?

- Hasta el momento, a nosotros no nos han pedido nada. El problema es que el tema migratorio se está manejando a través de Twitter, no hay una ley que lo defina.

¿Qué pasa en Miami? Lo único que se ha dicho es que la policía no va a ser policía migratoria porque es un mandato sin fondos.

- ¿Trump tendrá que suavizar su agenda por la oposición de los demócratas y de los propios republicanos, como vimos con la reforma a Obamacare?

- Definitivamente, el proyecto de Obamacare tiene que ser reformado. Hace tres meses aumentó el precio, y si la idea es ayudar a los que no pueden pagar su seguro de salud, tiene que haber una reforma. El hecho de que haya colapsado en el congreso se debió a que muchos republicanos decían que era un Obamacare light, y querían más cambios. Así que vamos a ver una discusión en el congreso sobre los tratados de libre comercio y recortes de impuestos. Pero creo que Trump podrá sacar adelante su agenda porque tiene mayoría en las dos cámaras.

- Usted nació en Cuba. Con Barack Obama, se descongelaron las relaciones bilaterales. ¿Qué pasará con Trump?

- Con Obama, se revirtió el congelamiento de parte de EEUU, no de Cuba. Cuba no ha cedido y dijo que no va a ceder. Hay leyes de EEUU que son muy claras: no puede levantarse el embargo si no hay elecciones libres y democráticas, no hay libertad de expresión y derechos humanos. Cuba no entiende eso. Así que el mejoramiento de las relaciones ha existido solo en la prensa.