Economía

Nuevo desplome en China aviva temores por impacto de desaceleración en economía global

El inversionista George Soros advirtió ayer que los mercados globales enfrentan una crisis que le recuerda a 2008.

Por: Isabel Ramos Jeldres | Publicado: Viernes 8 de enero de 2016 a las 04:00 hrs.
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El nuevo desplome de las bolsas en China, que ayer se hundieron 7%, renovó los temores de que una desaceleración mayor a lo esperado en ese país golpee a la economía global en momentos en que los mercados emergentes ya están presionadas por los bajos precios de las materias primas.

El inversionista y gurú de las finanzas George Soros, advirtió ayer que los mercados globales enfrentan una crisis, y que el ambiente tiene similitudes con la debacle de 2008, mientras que los últimos datos del banco central chino revelaron ayer que sus reservas internacionales sufrieron una caída récord en 2015.

“Cuando veo a los mercados financieros hay un desafío serio que me recuerda a la crisis que tuvimos en 2008”, dijo Soros. China está luchando por encontrar un nuevo modelo de crecimiento y la devaluación de su moneda está transfiriendo problemas al resto del mundo, aseguró el multimillonario estadounidense.

Aunque no todos los economistas comparten el pesimismo de Soros, lo cierto es que lo que pase en China tiene fuertes efectos en el resto del mundo, a medida que crece su aporte al crecimiento global. El Fondo Monetario Internacional calcula que el país representará casi 18% de la actividad económica mundial en 2016. Eso implica que la caída en su tasa de crecimiento desde más de 10% en 2010 al 6,3% esperado para este año ha restado cerca de 0,75 punto porcentual de la tasa global de expansión.

“Los efectos de contagio globales de la menor tasa de crecimiento de China… han sido mucho mayores de lo que habíamos anticipado”, dijo esta semana Maurice Obstfeld, el economista jefe del FMI.

Vías de contagio

La desaceleración de China puede afectar al resto del mundo a través de varias vías. Una de ellas es el comercio y los tipos de cambio. Pese a que los volúmenes de importación de China siguen al alza, una economía más débil frena el crecimiento de las exportaciones que son dependientes de la demanda china por petróleo, metales, materiales y maquinarias.

Los países asiáticos con cadenas de suministro integradas como Japón y Corea del Sur son los más afectados, mientras que Alemania, exportador de bienes de capital, es el más vulnerable en Europa. Los exportadores de materias primas, como Chile y Australia, también están expuestos.

Esos efectos se podrían amplificar a través de una depreciación masiva del yuan para intentar revivir las exportaciones. El yuan ha caído 6% frente al dólar desde julio, pero las tasas en los mercados de opciones implican que los inversionistas ven una probailidad de 79% de que el declive continúe y 33% apuesta a que romperá la barrera de los US$ 7. En diciembre sólo 15% pensaba que eso era posible.

Los analistas temen que la caída del yuan pueda desatar una ola de ajustes en otras monedas, a medida que las distintas economías se esfuerzan por mantener su competitividad. El rand sudafricano, por ejemplo, ayer se hundió a un mínimo histórico.

Otra vía de transmisión son las materias primas. China es el mayor consumidor de la mayoría de los commodities, con excepción del petróleo y gas. Pese a esto, la renovada caída en los precios del petróleo se explica en parte por los temores sobre la potencia asiática. La debilidad en el precio del petróleo y otros commodities ha arrastrado a Rusia y a Brasil a la recesión y ha golpeado las finanzas de los países del Golfo.

Una tercera fuente de contagio es la inflación. Ya sea que un yuan más débil haga que los bienes chinos sean más baratos, caigan los precios de los commodities o baje la demanda mundial, la desaceleración eleva el riesgo de una espiral deflacionaria.

Apuesta de la Fed

La economía estadounidense, que lidera actualmente el repunte global, es altamente vulnerable a una crisis en China. La Reserva Federal subió las tasas de interés en diciembre por primera vez en una década, argumentando que la volatilidad en la potencia asiática había pasado, pero la caída de la demanda externa y la apreciación del dólar preocupa a las empresas y podrían poner fin a la recuperación.

 

Regulador extiende moratoria a venta de acciones y elimina polémico sistema de "cortocircuito" de las bolsas

 

Tras el desplome de los mercados chinos ayer, y la suspensión de las operaciones bursátiles por segunda vez en una semana, las bolsas de Shanghái y Shenzhen anunciaron que retirarán a partir de hoy el mecanismo de cortocircuito, que detuvo las operaciones una vez que las caídas superaron el umbral de 7%.


El mecanismo, que había comenzado a funcionar el lunes, fue establecido para moderar los movimientos del mercado, pero en lugar de eso generó pánico. Analistas dijeron que sus niveles de activación eran demasiado bajos, lo que hacía que a la primera señal de peligro los inversionistas se avalanzaran hacia la salida para evitar quedar atrapados antes de que se paralizaran las operaciones.


De la misma forma, el regulador emitió ayer normas para limitar las ventas de títulos por parte de los grandes accionistas y que entrarán en vigor el sábado. Los accionistas mayoritarios, con una participación superior a 5% en una firma, no podrán vender más de un 1% del capital de acciones por un lapso de tres meses. Además, deben presentar sus planes de ventas quince días hábiles antes.


Los analistas advierten que parte del pánico se desató porque hoy se vencía la moratoria a la venta de acciones impuesta hace seis meses para detener el derrumbe. Aunque la caída de las bolsas genera turbulencia, los expertos advierten que las acciones siguen caras, y que la resistencia de Beijing a permitir el ajuste empeora el problema.

Golpe a las reservas


Cifras del banco central publicadas ayer mostraron que las reservas internacionales de China, las mayores del mundo, sufrieron una caída anual récord el año pasado. Las reservas en divisas bajaron en US$ 512.660 millones en 2015, a US$ 3,33 billones (millones de millones). Sólo en diciembre, el descenso fue de US$ 107.900 millones, una baja mensual récord.


Casi dos tercios de la caída se produjo entre agosto y diciembre, cuando el banco central intentaba estabilizar al yuan tras la sorpresiva devaluación del 11 de agosto que generó pánico en los mercados.

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