Economía

Partidos españoles se preparan para jugar sus mejores cartas en elecciones de abril

El PSOE de Pedro Sánchez busca atraer a los izquierdistas haciendo pactos con la centroderecha, mientras que el PP de Pablo Casados busca reforzarse y los nacionalistas evalúan qué tanto les favorece retomar el conflicto separatista.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Lunes 18 de febrero de 2019 a las 12:14 hrs.
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El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, convocó elecciones generales para el 28 de abril, justo antes de las municipales y autonómicas, con el objetivo de poder tener diferentes cartas para negociar con el partido Ciudadanos a la hora de cerrar un acuerdo nacional.

La estrategia de Sánchez parece estar bien definidaEl Partido Socialista Obrero Español (PSOE) aspira a alcanzar entre 115 y 125 diputados en las generales y volver a repetir en el gobierno con el apoyo de la formación naranja, a la que cedería poder municipal y autonómico a cambio de su apoyo en los comicios. Podemos y los Nacionalistas no entran en los planes.

Así las cosas, parece que el as bajo la manga es apelar a la agenda social para atraer al votante de la izquierda romántica y reconquistas el gobierno por el centro. Para ello necesita seguir recuperando buena parte del voto que se había ido a Podemos en los comicios anteriores.

La descomposición de la formación morada, alentada por sus luchas internas y su incoherencia en temas clave como la simpatía por la causa nacionalista está provocando un retorno de votos que el sanchismo aspira a rentabilizar para consolidar un proyecto de centro izquierda. 

Para completar su estrategia, el PSOE necesita que no se desinfle el fenómeno de Vox. En varias provincias el voto de ese movimiento que le puede restar al Partido Popular (PP) es clave para robar a la derecha, por la vía de los restos, esos escaños que el socialismo necesita para ser el partido hegemónico. 

El posmarianismo y el nacionalismo

En tanto, Pablo Casado se enfrenta al reto de salvar al PP en pleno proceso de posmarianismo. Su expectativa pasa por repetir a nivel nacional el pacto de Andalucía, conservando su hegemonía en la derecha y apoyándose en Vox y Ciudadanos.

La convocatoria de elecciones toma a Casados un poco débil políticamente, pero cuenta con el respaldo sólido de un partido que puede ayudar a catapultarlo. La campaña será en este caso clave para consolidar sus opciones.

Más difícil se presenta para el nacionalismo. El catalán sigue inmerso en su cruzada y ya ha dado muestras de poca fiabilidad a la hora de sumarlo a cualquier proyecto de gobierno. Cualquier partido de ámbito nacional que se acerque ahora a los separatistas corre el riesgo de salir escaldado en mitad del juicio a los independistas.

Incluso el Partido Nacional Vasco, entregado al pragmatismo, se ha visto perjudicado en este baile. Con Rajoy y con Sánchez, el PNV supo jugar sus cartas y salir reforzado, pero tanto una mayoría de la derecha como un pacto del PSOE con Ciudadanos podría dejarle fuera de juego.

Bipartidismo vivo

A grandes rasgos Vox y el PP se reparten la gran parte del voto que tradicionalmente ha aglutinado el PP en las últimas décadas, mientras que PSOE y Podemos se reparten el electorado que tradicionalmente ha estado ligado al Partido Socialista.

¿Y Ciudadanos? Ciudadanos ha conseguido recoger a ese votante que ocupa el centro y que con su movilización o con su abstención tanto en opciones de centro izquierda como de centro derecha decantaba elecciones hacia el PP o el PSOE.

Albert Rivera reniega ahora del sanchismo como antes renegó del marianismo y Sánchez renegará de Rivera durante la campaña electoral. Pero, si se dan las circunstancias, las cosas se verán de otra manera. Sánchez, de momento, se ha reservado tres semanas en las que su gobierno estará plenamente operativo y en las que maniobrará pensando en la cita electoral.

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