Economía

Pippa Norris: “No estoy convencida de que soluciones económicas puedan detener la ola de populismo en el mundo”

La académica y directora del Proyecto de Integridad Electoral advierte que EEUU está cediendo su liderazgo internacional ante Rusia y China. “Eso podría hacer que los derechos humanos se vean gravemente relegados”, sentencia.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Lunes 21 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Tres características definen el populismo, según la académica de la Escuela Kennedy de Gobierno en la Universidad de Harvard, Pippa Norris. La primera, dice, son “los valores anti establishment, que contraponen a las personas comunes a las élites, a los grandes bancos, las corporaciones, los medios y la clase gobernante”.

Es una crítica que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, esgrimió durante toda su campaña.

Los otros aspectos, detalla la académica, son “los valores cercanos al autoritarismo. Usualmente son personas que vienen de fuera del espectro político y que abogan por referendos, por saltarse las instituciones tradicionales como el congreso. Y también hay elementos de nativismo: el nacionalismo o el énfasis en el cierre de las fronteras”.

- ¿Son ideas necesariamente dañinas?

- Depende mucho de la visión que se tenga del comercio y la importancia que se le asigne. Las medidas proteccionistas que propone Trump van a impulsar un aumento en el precio de los bienes, pero si uno pone prioridad en la desiguladad económica o en el control de las fronteras, estaría más a favor de este tipo de ideas. Ahora bien, el populismo en sí mismo crea incertidumbre, porque pone a la cabeza del país a una persona que no tiene experiencia en servicio público.

- ¿Trae la amenaza de un mundo menos globalizado?

- Yo veo que las amenazas no son necesariamente las económicas. Los desafíos serán más bien políticos. Por ejemplo, en el Consejo de Seguridad de la ONU, EEUU está cediendo espacio en su rol de líder en temas internacionales. En cambio, Rusia se está volviendo más influyente, al igual que China. Eso podría hacer que los derechos humanos a nivel mundial sean gravemente relegados y creo que es un riesgo al que hay que poner atención.

Norris dirige el Proyecto de Integridad Electoral de la Universidad de Sydney, Australia, una investigación de seis años que busca responder preguntas como qué determina que un proceso de comicios sea íntegro y qué hacer cuando no lo es. A mediados de año, junto al profesor Robert Inglehart, de la Universidad de Michigan, publicó un paper titulado “Trump, Brexit y el alza del populismo”, que analizaba las causas y consecuencias de la ola populista que vive occidente.

“Trump no está solo. Patrones similares emergen en Europa”, sostiene. “En la carrera presidencial de Francia, es probable que Marine Le Pen avance en las encuestas. En Holanda y Alemania también han avanzado las opciones de Gert Wilders y de la AfD, que va a tener victorias locales”.

- ¿Es algo nuevo o es que este año le estamos prestando atención?

- Siempre han existido ciclos en la globalización, pero si uno mira el apoyo al populismo europeo, en los ‘70 conquistaban apenas el 5% de los votos y en los 2000 lograban cerca de 13%. Sus ideas se vuelven más creíbles y los medios les prestan más atención.

- ¿Cómo explica ese avance?

- En el caso de Trump, hay varias teorías: una es que es difícil que un partido pueda mantener el gobierno más de ocho años, así que los demócratas iban a perder. Pero eso no lo explica a él. Otra teoría es la inequidad económica: la globalización ha golpeado con fuerza a la clase trabajadora. Pero el voto de las personas de menos ingresos fue para Clinton, mientras Trump logró más apoyo entre quienes tienen ingresos medios. Una tercera explicación es la del remezón cultural. Los partidos populistas han apelado a valores tradicionales: el nacionalismo y la oposición a la inmigración. Mientras los valores progresistas han conquistado a las generaciones más jóvenes, todavía hay resistencia de una generación minoritaria.

- ¿Qué respuesta pueden dar las autoridades?

- Si uno piensa sólo en la problemática económica, se pueden implementar medidas algo más proteccionistas o cambiar las políticas de inmigración. Pero no estoy convencida de que las acciones económicas puedan hacer frente a estos temas que son culturales. EEUU está cerca del empleo pleno; crear grandes obras de infraestructura para generar trabajos no atacará el problema.

- ¿Prevé una ruptura en Europa?

- Veo que los partidos de la centro derecha comienzan a adaptarse: Theresa May, por ejemplo, está usando parte de la retórica que utilizó Ukip en la campaña por el Brexit. Ahora bien, esto es difícil, porque los valores del populismo pueden volverse rápidamente xenofóbicos, misóginos u homofóbicos. Dependiendo de las elecciones del próximo año, podríamos ver una desaceleración en la integración europea.

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