Economía

Reestructuración en la Casa Blanca: Trump despide a secretario de Estado y lo reemplaza con jefe de la CIA

La destitución representa el mayor cambio en el gabinete hasta la fecha, en vísperas de la reunión entre el presidente y el líder norcoreano, Kim Jong-un.

Por: M. Gabriela Arteaga / I. Gallegos | Publicado: Miércoles 14 de marzo de 2018 a las 04:00 hrs.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estremeció ayer su gobierno al reemplazar de forma sorpresiva a su actual secretario de Estado, Rex Tillerson, por el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, su sigla en inglés).

La destitución –que será efectiva técnicamente a partir del 31 de marzo- representa el mayor cambio hasta la fecha en el gabinete, que ha visto salir recientemente al principal asesor económico, Gary Cohn, así como a la directora de comunicaciones Hope Hicks, y al secretario personal, Rob Porter. Pero además, se produce ad portas de un encuentro sin precedentes con el líder norcoreano, Kim Jong-un.

En reemplazo del jefe de la diplomacia, Trump designó a Mike Pompeo, un hombre que ha mostrado una línea mucho más cercana al titular de la Casa Blanca y una postura mucho más dura en temas claves como Corea del Norte e Irán.

La salida del expresidente ejecutivo de Exxon Mobil -sorpresiva para él pues se enteró de la decisión vía Twitter- ocurre tras meses de fricciones entre ambos. “Llevamos mucho tiempo hablando de esto”, comentó Trump ayer. “Lo cierto es que nos llevamos muy bien, pero tenemos desacuerdos en cosas (...) Creo que Rex está más feliz ahora”, apuntó.

Contratado por su perspicacia para los negocios y la actitud de un outsider, Tillerson inicialmente se ganó el elogio de Trump como un negociador hecho a su medida para adelantar su política de “América Primero” frente al mundo. Pero después de una corta luna de miel, ambos parecían incapaces de mantener una buena relación.

Las tensiones alcanzaron su punto máximo en octubre de 2017, cuando hubo reportes de que Tillerson llamó “idiota” a Trump y amenazó con renunciar.

Diferencias irreconciliables

Cuando Trump anunció que nominaría a Tillerson como secretario de Estado, los más optimistas destacaron su experiencia como alto ejecutivo de la mayor petrolera estadounidense y sus conexiones en todo el mundo.

Pero las virtudes que podrían haber convertido a un empresario exitoso en un buen líder diplomático parecen haber sido, precisamente, las que hicieron que Tillerson perdiera el visto bueno de Trump.

Las diferencias del ahora exjefe de la diplomacia con el mandatario republicano se conocieron cuando Tillerson llevaba apenas meses en el cargo. Entre los primeros desacuerdos estuvo la salida del pacto climático de París y el embargo a Qatar por parte de Arabia Saudita.

Tillerson veía además con temor la influencia del yerno de Trump, Jared Kushner, en política internacional, según fuentes consultadas por Bloomberg. En privado, criticaba las conversaciones que el esposo de Ivanka Trump sostenía con el príncipe saudí, Mohammed bin Salman.

Ya en diciembre se rumoreaba la posibilidad de una salida del secretario de Estado, sin embargo, él y Trump negaron entonces esa versión. “Los medios han estado especulando que despedí a Rex Tillerson o de que se estará yendo pronto - ¡NOTICIAS FALSAS!”, escribió el mandatario en Twitter.

Pero la tensión final llegó con la decisión del titular de la Casa Blanca de aceptar una reunión con el líder norcoreano Kim Jong-un, que está previsto ocurra en mayo y que será la primera vez que un mandatario estadounidense sostenga una cumbre con un líder de Pyongyang.

Pompeo: una línea más dura

Tillerson era parte de lo que medios estadounidenses han llamado “el equipo cuerdo” de la Casa Blanca, al que también pertenece el secretario de Defensa, James Mattis.

La llegada de Pompeo podría alterar ese equilibrio. El nuevo jefe de la diplomacia, quien deberá ser confirmado por el Senado en abril -el año pasado obtuvo 66 votos en su nominación como director de la CIA-, es conocido por tener más acuerdos que desacuerdos con el presidente.

Entrenado en la Academia Militar de EEUU, donde se graduó con honores, Pompeo trabajó en el Ejército por cinco años, antes de ir a la Escuela de Leyes de Harvard.

Su carrera política también es nutrida: fue miembro de la cámara baja por Kansas durante cuatro períodos y, en ella, integró la comisión de Inteligencia, que supervisa a la CIA y otras agencias.

En esa instancia, fue un férreo cuestionador del trabajo de Hillary Clinton como secretaria de Estado, particularmente después de la muerte de un embajador y otros tres estadounidenses en Benghazi, Libia, en 2012.

En la CIA, promovió un tono duro e, incluso, bromeó con asesinar a Kim. “No me pregunten a mí si muere”, manifestó en octubre.

Así, Pompeo se convierte en jefe de la diplomacia estadounidense en un momento delicado, cuando Washington está dispuesto a abrir una negociación con Corea de Norte -bajo promesa de desnuclearización por parte del régimen- y al mismo tiempo debe decidir si mantiene o abandona el acuerdo nuclear con Irán. En ambos terrenos, el nuevo secretario de Estado se ha mostrado cercano a la línea dura republicana.


Gina Haspel, una mujer al mando de la inteligencia

Por primera vez en la historia de EEUU, una mujer podría ser directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, su sigla en inglés), si así lo ratifica el Senado.

Gina Haspel (de 61 años) fue nominada ayer por el presidente Donald Trump, para reemplazar a Mike Pompeo al frente de la institución.

De acuerdo a su perfil oficial, Haspel ingresó en la CIA en 1985 y posee una amplia experiencia en operaciones en el extranjero, incluyendo destinos de alto perfil como Londres, habiendo dirigido muchas de las oficinas fuera de EEUU.

Es considerada la mujer fuerte de la Agencia, pero sobre ella pesan innumerables acusaciones de tortura y maltrato contra detenidos en una prisión secreta del organismo en Tailandia, cuando ella estaba al mando del programa responsable. De hecho, participó de unos de los momentos más oscuros de la Central en 2005, cuando se destruyeron los videos del interrogatorio de los sospechosos miembros de Al Qaeda, Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri, quienes fueron sometidos a ahogamiento simulado.

El uso de la llamada "tortura del agua" ha sido un legado que pesa en la CIA. Era ilegal hasta que, tras el ataque a las Torres Gemelas en 2001, el gobierno de George W. Bush la autorizó contra sospechosos de terrorismo.

Su nombramiento seguramente será bien recibido por veteranos de inteligencia, pero criticado por organizaciones de derechos humanos.

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IPC allana camino a alza de tasas

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de EEUU anotó en febrero una variación anual de 2,2%, dos décimas por encima de la meta de la Reserva Federal, lo que allanaría el camino para que la entidad aplique la primera alza de la tasa de interés este año. Los datos revelados ayer por el Departamento del Trabajo muestran una variación mensual del indicador de 0,2% en el segundo mes del año. En tanto, la inflación subyacente -que excluye alimentos y energía- fue de 1,8%.

Un análisis de Bloomberg señala que la lectura indica que la inflación "está acelerándose gradualmente". Ello podría ayudar a calmar los temores de inversionistas de que la Fed sea más agresiva en sus alzas de tasas. La institución tiene su reunión de política monetaria la próxima semana y hay una amplia seguridad en el mercado de que aplicará su primer movimiento del año.

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