Economía

Sala i Martín: “Es un gran error invertir en infraestructura pensando solamente en impulsar el PIB en el corto plazo”

Según el economista español, este tipo de obras no siempre genera crecimiento y deben ser pensadas de manera coherente con el desarrollo de todo el país a largo plazo.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Miércoles 4 de mayo de 2016 a las 04:00 hrs.
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Trenes de alta velocidad vacíos, aeropuertos cerrados, puentes que no llegan a ningún lado y polos de desarrollo convertidos en ciudades fantasma. Así describe el economista y profesor de la Universidad de Columbia, Xavier Sala i Martín, el fallido legado de algunas grandes obras de infraestructura en España.

El barcelonés recuerda que en los tiempos de auge económico las alianzas público-privadas para la construcción de infraestructura terminó “dilapidando dinero, sin racionalidad, simplemente por construir”.

Esto es parte de lo que el académico analizará hoy, invitado por la Cámara Chilena de la Construcción, para participar en el seminario “Infraestructura para todos”.

Según el experto, la corriente que sostiene que hoy existe un gran déficit “de demanda agregada en todo el mundo y que hay que gastar en infraestructura, es un gran error porque la infraestructura no debe pensarse de acuerdo a la demanda, sino a la oferta”.

- Muchos países exportadores de materias primas, golpeados por la caída del precio de los commodities, están pensando invertir en infraestructura para reactivar la economía. ¿Le parece un error?

- No es tan fácil como simplemente decir que se necesita más demanda agregada así que hay que construir, y si no hay dinero financiar las obras con alianzas público-privadas. Eso es un error. No se tiene que pensar sólo en el PIB de este año. Hay que invertir en infraestructuras que generen crecimiento a largo plazo, que beneficien a muchos sectores a la vez, que sean flexibles. Si se hace infraestructura para un sólo sector económico porque el gobierno piensa que es clave, se van a cometer errores. Tiene que haber una coherencia de desarrollo para todo el país.

- ¿Pero está de acuerdo en que en Latinoamérica existe un gran déficit de infraestructura?

- Hay un déficit de infraestructura. No sé si es posible medir cuánto. Pero dilapidar dinero pensando que lo más importante es el PIB del próximo año, es un gran error. Un error parecido es crear infraestructura porque atraerá negocios. En España, para la Expo de Sevilla de 1992 se creó infraestrucutra para traer a empresas tecnológicas: carreteras, trenes, edificios ultra modernos, smart buildings. Hoy, no queda nada. Todo ese dinero se dilapidó. Eso de “build and they will come” es mentira. Para que funcione también hay que tener capital humano. Eso falló en Sevilla.

- ¿Y qué falló en el resto de España?

- Que se hizo sin racionalidad. Uno se preguntaba por qué ese afán de construir y no lo entendíamos. Hoy lo estamos viendo todos los días en las noticias: alguien cobraba comisión. No se necesita un aeropuerto, pero tenían una caja que controlaban y dieron trabajo a empresas que pagaban a los partidos a través de cuentas negras. El argumento era que la infraestructura generaría demanda.

- ¿Hubo debilidad institucional?

- La debilidad institucional no es sólo la corrupción. Las obras también se pueden hacer por razones políticas: para ganar votos, porque hay empresas que al gobierno le interesa que funcionen bien, por un argumento proteccionista, para dar trabajo a empresas que no lo tienen por la baja del cobre. La debilidad institucional es la toma de decisiones que no necesariamente tienen que ver con la rentabilidad económica de largo plazo, que es lo único que deberíamos tomar en cuenta.

- ¿Es un riesgo para América Latina?

- Ustedes en Latinoamérica saben mucho de gobiernos populistas y demagógicos que argumentan que el problema son los ricos. Pero eso es mentira. Es lo que pasó en Argentina con los Krichner y en Venezuela con Maduro. Es una solución fácil, pero es una farsa: si tienen mucho petróleo pueden esconder el fracaso del sistema hasta que el petróleo se les acaba o baja el precio. Lo que distingue a los gobiernos populistas y demagógicos es que no respetan las reglas e ignoran la regulación internacional. Los gobiernos civilizados tienen que entender que el Estado debe proveer un entorno para que los creadores de riqueza, que son los privados, puedan surgir. Se puede hacer con más o menos regulación, pero el que critica eso, fracasa. Eso en Chile nunca se ha cuestionado. Gobiernos de izquierda y de derecha han entendido que tienen que crear un entorno de inversión. La pelea entre los partidos en Chile está sólo en los detalles.

- El fin del superciclo de los commodities ha afectado ciclo político en la región...

- El superciclo económico hizo que a todos les fuera bien, de izquierda o derecha. La pregunta es qué han hecho los gobiernos para perpetuar la bonanza. En este momento, todos se han dado cuenta de que hay que diversificar la economía. Pero ahora, sin recursos, es más difícil.

Elecciones en España

- Si el Partido Popular en España aparece ligado a escándalos de corrupción, ¿por qué sigue siendo el más votado?

- Esa pregunta es para un sociólogo o un sicólogo. A mí me parece extravagante. Si uno habla con un neurólogo, dirá que cuando se pone a una persona a escuchar argumentos que no le gustan y se mide su actividad cerebral, hay un momento en que funciona el raciocinio, pero después no. Hay un momento en que el cerebro más primitivo le hace desconectar. La persona deja de escuchar. Quizá es lo que nos ha pasado. Estamos tan bombardeados por noticias de corrupción, que ya no es un tema que valga la pena.

- ¿La corrupción ya no es tema para los votantes?

- Me parece que existe la sensación de que todos son corruptos. Los socialistas robaron más que el PP. Si Ciudadanos y Podemos no han robado es porque no han sido gobierno. Los votantes nos fijamos en otras cosas: quién quiere subir los impuestos o bajarlos.

- ¿No hay cómo cambiar ese escenario pesimista?

- Desde la regulación y la política, no. La cultura española es tramposa. Uno de nuestros héroes es el Lazarillo de Tormes, que robaba a los ciegos. Es una cultura en la que robar es divertido.

- ¿Quién saldrá beneficiado por la decisión de repetir las elecciones?

- No se sabe, hay mucha especulación. Las encuestas apuntan a que el estancamiento se va a mantener, pero es probable que haya menos participación, porque además serán en vacaciones de verano.

Cataluña y Brexit

- Más allá de la política, ¿conviene económicamente a Cataluña separarse de España?

- Cuando una mujer se quiere separar de su marido no se le pregunta “¿has pensado que vas a ser más pobre?” Antes, la mujer no podía decidir separarse y ahora eso nos parece ridículo. Es una reliquia histórica. Lo mismo pasa con Cataluña. ¿Cómo podemos explicar que para todo votamos, pero para definir las fronteras tengamos que ir a una guerra? Nosotros queremos definirlo con elecciones. Dicho eso, Cataluña podría ser perfectamente uno de los países más ricos de Europa.

- ¿Y el divoricio de Reino Unido con la UE, conviene?

- Esa es más una unión civil. Yo creo que no pasará nada porque si se pone una barrera todos saldrían perjudicados. La reacción europea sería dar facilidades como las que tiene Suiza, aunque ya no va a poder votar las regulaciones. Inglaterra seguirá siendo parte de la Unión, voten lo que voten los ingleses.

"Economía en Colores": al rescate de una ciencia gris

Chile es el primer país latinoamericano al que llega el último libro de Xavier Sala i Martín, Economía en Colores, el cual, según su autor, está dirigido "a quienes no saben de economía, pero que creen y saben que es importante. Para la gente que se vio inmersa en la crisis y no sabía por qué".


El académico relata que "cada vez que voy a reuniones del Fondo Monetario Internacional, todos están vestidos de gris. Y hablan, también, en un lenguaje muy gris". Esa queja, que él mismo encarna vistiendo chaquetas de colores vivos, lo llevó a un esfuerzo literario en el que explica el funcionamiento de la economía en un lenguaje lleno de ejemplos e historias prácticas. "Es el mismo lenguaje que ocupo con mis alumnos en Barcelona y en Columbia", asegura Sala i Martín.


Su libro se convirtió en un programa de TV emitido en horario prime en Cataluña el cual, según el autor, tuvo un éxito rotundo "sobre todo entre los jóvenes".

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