Economía

Un agotamiento del estímulo monetario amenaza el repunte de la economía mundial

Toda la atención se vuelca ahora a si la Fed aumentará o no sus tasas de interés en la reunión que sostendrá la próxima semana.

Por: Isabel Ramos Jeldres | Publicado: Martes 13 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Abruptamente se terminó la calma del verano (boreal) para los inversionistas europeos. Las acciones y bonos extendieron ayer las caídas que sufrieron el viernes, mientras aumentan las dudas sobre la voluntad de los bancos centrales de incrementar el estímulo monetario.

El rally que había experimentado la deuda soberana este año comenzó a desacelerarse en semanas recientes, hasta convertirse en una venta masiva el viernes y ayer, luego de que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi,no entregara señales de una extensión del programa de alivio cuantitativo tras la reunión de política monetaria del BCE, pese a la debilidad del crecimiento y la inflación en la zona euro.

A eso se sumaron las declaraciones del presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, quien dijo el viernes que hay un “argumento razonable” para un aumento de las tasas de interés. La posibilidad de un aumento de los tipos en la reunión que sostendrá el banco central estadounidense el 20 y 21 de septiembre, que antes apenas figuraba en las cartas, se convirtió en una posibilidad real.

De pronto, los inversionistas quedaron enfrentados a la idea de que los bancos centrales podrían estarse quedando sin municiones para estimular a sus economías, ocho años después de que la crisis financiera provocara una ola sin precedentes de liquidez.

En el caso de Europa, las bajas tasas de interés y las compras de bonos gubernamentales por parte del BCE han ayudado a impulsar los precios de los bonos soberanos y han llevado a los rendimientos a mínimos récord este año.

A fines de agosto, más de US$ 13 billones (millones de millones) de bonos soberanos estaban transándose con rendimientos negativos, con los precios tan altos que los inversionistas saben que perderán dinero cuando la deuda madure. Pero el viernes, el bund alemán escapó del terreno de rendimiento negativo por primera vez desde julio, y ayer volvió a subir.

Los bonos de los países periféricos de la zona euro, como Portugal, fueron los más golpeados. El índice de referencia Euro Stoxx 50 cerró con una caída de 1,32%, mientras que los mercados asiáticos, que estaban cerrados cuando se produjo la venta masiva el viernes, también cerraron en rojo.

El Banco de Japón también se reunirá el 20 y 21 de septiembre. Mientras algunos analistas esperan que el BoJ, uno de los primeros en adoptar una política monetaria no ortodoxa, anuncie un mayor estímulo, otros creen que ya llegó a los límites prácticos de comprar bonos del gobierno y de llevar las tasas a terreno negativo.

“Era sólo cosa de tiempo para esta venta masiva”, dijo Ralf Zimmermann, estratega de Bankhaus Lampe, a Bloomberg. “Habíamos visto un rebote notable en los mercados tras el Brexit, pese a que los fundamentos no habían mejorado de la misma forma”, aseguró.

Fed en la mira

En EEUU, las acciones partieron con caídas, pero las revirtieron durante el curso de la jornada. El S&P 500, de hecho, registró su mayor salto en dos meses tras su descenso de 2,5% del viernes.

Los inversionistas estaban atentos a las declaraciones de Lael Brainard, la última gobernadora de la Fed en pronunciarse públicamente antes del período de silencio que antecede a una reunión del comité federal de mercado abierto (FOMC, su sigla en inglés).

Brainard aconsejó prudencia al ajustar la política monetaria, pese a que afirmó que la economía está haciendo un progreso gradual hacia alcanzar las metas del banco central.

“La asimetría en el manejo de riesgo en el nuevo normal de hoy aconseja prudencia en la remoción de la política acomodativa”, dijo Brainard, argumentando que con tasas cercanas a cero, es más fácil para la Fed reaccionar a una demanda mayor a la esperada que a sorpresas negativas que alteren la economía. “Creo que este enfoque nos ha resultado bien en meses recientes”, agregó.

La tasa de fondos federales se ha mantenido en un rango meta de 0,25% a 0,5% desde un alza en diciembre, la primera en casi una década.

La palabras de Brainard pusieron paños fríos al nerviosismo del mercado e hicieron caer las expectativas de un alza de tasas, pero confirmaron a su vez la diferencia que existe entre los miembros de la Fed.

Más temprano, el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis Lockhart, había repetido su llamado a una “discusión seria” sobre subir los tipos en la reunión de la próxima semana. “A pesar de que algunos informes mensuales recientes han sido débiles –el Instituto para la Gestión del Abastecimiento, por ejemplo- estoy satisfecho en este punto de que las condiciones garanticen una discusión seria”, afirmó Lockhart ayer ante la Asociación Nacional de Economistas de Negocios (NABE, su sigla en inglés).

Dimon saca la voz

Por su parte, el director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, entró de lleno en la discusión sobre el ajuste monetario y expresó que la Fed debería subir las tasas más temprano que tarde.

“Subamos las tasas”, aseguró el CEO del banco más grande del país, en una discusión en el Club Económico de Washington. “La Fed debe mantener la credibilidad. Creo que es momento de subir las tasas. La normalidad es algo bueno, no algo malo. El retorno a lo normal es algo bueno”, agregó.

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