Economía

Una compleja red de relaciones entre petróleo y economía explica el pánico por el derrumbe del crudo

El temor sobre la economía China y el exceso de oferta presionan los precios internacionales en medio de la elevada volatilidad del mercado.

Por: Ainhoa Murga | Publicado: Viernes 22 de enero de 2016 a las 04:00 hrs.
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Los precios internacionales del petróleo no encuentran piso. El modesto repunte de ayer está lejos de compensar el derrumbe que sufrió el miércoles, cuando se hundió a mínimos de doce años.

La espiral bajista que lleva más de un año podría haber sido considerada como una buena noticia para gran parte de la economía mundial. Después de todo, significa que un insumo clave para la actividad económica en todo el planeta es ahora más barato y accesible.

En vez de eso, ha desatado una ola de pánico en los mercados mundiales, que ha golpeado a los inversionistas en todas partes, desde las bolsas hasta las divisas y los bonos.

La razón es que la caída del commodity refleja la preocupación de los inversionistas por un mercado “inundado” de oferta, en momentos en que la demanda ha caído y las perspectivas económicas globales no son alentadoras, con la desaceleración de China, uno de los grandes consumidores de petróleo, encabezando la lista de preocupaciones.

Con el barril a un precio inferior a US$ 30, la estabilidad de empresas y economías está en peligro. Aun así, los países productores siguen bombeando.

Alerta para la economía

Durante otros ciclos de bajos precios del crudo, los consumidores ayudaron a impulsar la economía gastando ese dinero extra en sus bolsillos. Esta era la alentadora expectativa de los países importadores que, sin embargo, no se ha cumplido de la forma esperada, aumentando el nerviosismo de los inversionistas.

Aunque para la mayoría de los expertos el riesgo de que la situación lleve a una nueva recesión sigue siendo acotado, “si la caída de los mercados se alarga o empeora, entonces habrá una profecía autocumplida”, advierte Olivier Blanchard, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional. “Los bajos precios de las acciones cuando se extienden en el tiempo llevan a un menor consumo, menor demanda y potencialmente a una recesión”.

Por otro lado, los expertos subrayan también el impacto negativo que este escenario tiene sobre los precios de la economía, planteando desafíos a los bancos centrales que luchan contra la amenaza de la deflación.

Impacto en los productores

Aunque el petróleo barato es un ahorro para los países importadores y su contraparte es un derrumbe en los ingresos de los países productores. Los presupuestos de gigantes petroleros como Arabia Saudita, Rusia, Irak, Venezuela, Canadá, Colombia o México se ven seriamente impactados por el desplome del crudo, en momentos en que muchos gobiernos necesitan incrementar el gasto público para inyectar dinamismo.

“La capacidad de compra de estas economías se ve muy penalizada, con efectos negativos para las compañías en países desarrollados que tradicionalmente les han vendido productos y servicios”, explica Juan José Fernández-Figares, de Link Securities, según Expansión.

Venezuela, cuyos ingresos en divisas dependen en 90% del petróleo, solicitó una reunión de emergencia a la OPEP para discutir cómo pueden impulsar los precios del crudo, pero otros miembros de la organización descartaron la idea.

El impacto sobre los presupuestos no es la única consecuencia. Países con importantes posiciones de deuda, como Arabia Saudita, probablemente no las renovarán. Así, la posibilidad de que algunos de los principales fondos soberanos, afectados por el desplome de los precios, deshagan sus posiciones suma otra preocupación más a los mercados. “El colapso de los precios eleva la preocupación de que muchos fondos soberanos se vean obligados a liquidar sus grandes tenencias de activos financieros, poniendo más presión sobre los precios de mercado”, indicó Capital Economics en una nota.

Golpe a empresas y mercados

La persistente caída del precio del petróleo arrastra a los mercados de valores (tanto a empresas del sector como a otros rubros vinculados como el financiero), y esto, al golpear a los principales índices bursátiles, aviva los temores existentes sobre la salud de la economía global.

En año y medio, las compañías del sector energético han perdido US$ 3 billones (millones de millones) en valor bursátil. Su peso en los grandes índices hace que su declive impacte de forma notoria, generando pérdidas y pesimismo.

La situación también compromete los planes de inversión (se estima que hay US$ 380.000 millones en proyectos congelados), y gatillla recortes de gastos y puestos de trabajo, dando un consecuente frenazo a las economías.

Hay una tercera dimensión a tener en cuenta: el derrumbe del crudo en un contexto de fragilidad económica global podría provocar además incumplimientos. Alrededor de 27% de la deuda de alto rendimiento emitida en EEUU en los últimos años está vinculada a petroleras. La agitación del mercado en los últimos meses muestra el nerviosismo de los inversionistas y algunos expertos advierten que el mercado podría colapsar. Uno de los temores es que la previsible secuencia de impagos de las energéticas se extienda más allá del propio sector, algo que podría colapsar las opciones de financiamiento de muchas empresas estadounidenses y generar un efecto dominó.

Los bancos no están libres de exposición. Bank of America reconoció esta semana tener más de US$ 21.000 millones en créditos al sector energético. JPMorgan también ha mostrado inquietud por esta razón.

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