Economía

Universidad de Oxford: “A Bachelet le pondría una nota muy alta en ambición y una nota baja en aplicación de políticas”

"Reforma educativa fue importante (...) pero se hizo de forma rápida y sin pensar en las implicancias en las universidades", dijo experto de ese plantel.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Jueves 28 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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La baja popularidad de los políticos en América Latina se explica por el destape de casos de corrupción, pero también por los desafíos económicos que enfrenta la región, dijo Diego Sánchez-Ancochea, presidente del Latin American Centre de la Universidad de Oxford, a DF. Ya que la región es una de las más desiguales del mundo, “el objetivo de tener políticas sociales más equitativas es enormemente importante, pero sólo se va a llegar a él dando pasos graduales”, afirmó.

Para ello es necesario “construir sistemas de salud, educación y pensiones cada vez más unificados, por un lado, y por el otro, ver formas de aumentar la recaudación fiscal. Todos los países menos Brasil y Argentina están muy por debajo de lo que les correspondería en su nivel de impuestos según ingresos. Ese es otro gran reto, cómo conseguir mayores impuestos para poder gastar más y mejor”, aseguró.

- En este sentido ¿cómo evalúa los avances sociales del gobierno de Michelle Bachelet?

- Ha sido un gobierno complicado. Lo valoro positivamente porque quiso hacer muchas cosas, fue un gobierno ambicioso. Pero querer hacer muchas cosas y muy rápidamente tiene ciertos costos. Por ejemplo, la reforma educativa fue importante porque respondía a una serie de demandas de la clase media, pero se hizo de forma rápida y sin pensar en las implicancias en las universidades. Le pondría una nota muy alta en ambición y una nota baja en cuanto a la aplicación de las políticas.

Vuelco de Macri

- ¿Qué le parece la línea más dura que ha adoptado el presidente argentino Mauricio Macri tras las elecciones de octubre?

- Macri hasta la reforma previsional había hecho una política de cierta austeridad, bastante ortodoxa, pero muy cuidadosa y moderada. Y por razones que yo no soy capaz de entender, la reforma de pensiones en cambio ha sido una reforma mucho más radical. Ha sido un gran error del gobierno creer que el resultado electoral –que sin duda era un resultado de apoyo a políticas moderadas- era una invitación a reformas mucho más radicales que no han pensado en la equidad.

- Las voces de protesta y descontento ciudadano están impulsando a las opciones de extrema izquierda y antiestablishment en la región. ¿Considera real su llegada al poder en Brasil y México?

- En el caso de Brasil, un triunfo antiestablishment de la extrema derecha es más probable que de la extrema izquierda, lo que no sería tan grave por razones económicas, pero sí sería muy grave por motivos sociales y políticos. Jair Bolsonaro no es en ningún caso una respuesta a la necesidad de mayor gobernanza y mayor democracia. Mi mensaje es que no se trata de hablar de sí o no a las reformas, sino que de entender qué tipo de reformas y qué tipo de partidos son los adecuados. Es importante lograr que haya nuevos partidos que pongan el acento en la equidad, en las profundización de las instituciones democráticas, pero que no sean rupturistas.

- ¿En el caso de que lleguen al poder, podría haber un giro significativo?

- En México no. Si Andrés Manuel López Obrador gana, habría más acento en la política industrial, en una mayor participación del Estado y en algunas nuevas políticas sociales, pero no sería un resultado radical. AMLO sería como Lula da Silva en Brasil, todos decían que sería radical, pero al final resultó ser un político bastante moderado.

En Brasil, la opción antiestablishment probablemente no cambiaría mucho su política económica respecto de Michel Temer, pero socialmente sería terrible, porque fortalecería la división. Podemos mirar al triunfo de Donald Trump, son políticos que se alimentan de la división. En países que ya de por sí son desiguales, con problemas de gobernanza, el problema es mucho mayor.

- ¿Faltan mecanismos de control ciudadano aparte de las elecciones?

- Sin duda. Hay que mejorar la relación de los partidos políticos con los movimientos sociales, para que independientemente de las elecciones sean capaces de acercarse al ciudadano. También debe haber mayor acercamiento del ciudadano con el Estado, vías de comunicación, para hacerlo más receptivo a sus demandas.

Gestión presidencial

Según el experto, un ejemplo de la falta de mecanismos de control es la moción de vacancia del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski y la llegada al poder de Michel Temer tras el impeachment de Dilma Rousseff en Brasil. Estos “son ejemplos de sistemas presidencialistas donde los presidentes son cuestionados casi como si fuese un sistema parlamentario”. Por eso, el reto de la región es establecer mecanismos que permitan actuar cuando los presidentes tengan problemas de popularidad y gobernanza, afirmó.

- ¿Cuál es la alternativa?

- Lo que debemos ver es cómo establecer nuevas relaciones entre el presidente y el Congreso, por un lado, y fortalecer el sistema de partidos políticos para que estén más conectados con la ciudadanía y respondan más a sus intereses. Tenemos que ver cómo reinventar los partidos tradicionales.

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