Economía

Uribe fija sus condiciones para un nuevo acuerdo de paz y las FARC se abren a negociar

La guerrilla mantendrá el cese al fuego bilateral y definitivo, y dijo que el convenio con el gobierno sigue vigente porque el plebiscito sólo tiene efectos políticos.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Martes 4 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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El triunfo del “No” en el plebiscito por la paz en Colombia no sólo sorprendió al mundo –luego de que las encuestas vaticinaran un triunfo del respaldo a lo acordado entre el gobierno y las FARC– sino que sume al país en la incertidumbre ante lo que está por venir.

Expertos consideran que la renegociación de los puntos más críticos del acuerdo final y la anticipación de un pacto político nacional son los escenarios más probables.

Ayer, las partes involucradas iniciaron el desafío de intentar rescatar el acuerdo que permitiría ponerle fin a 52 años de conflicto armado.

El presidente Juan Manuel Santos envió a sus representantes a La Habana, Cuba, para revisar algunos puntos que ya habían tardado cuatro años en pactar. Como parte del equipo está el jefe negociador, Humberto de La Calle, quien había puesto su cargo a la orden para “no ser obstáculo”, decisión que no fue aceptada por el mandatario.

También comenzó a hacer contactos con los partidos políticos, en especial con los promotores del “No” para buscar una salida, pero en el primer encuentro no estuvo presente su más férreo opositor, el ex mandatario Álvaro Uribe Vélez. En cambio, nombró a tres representantes de su partido, entre ellos el ex candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, quienes reiteraron la disposición para “aportar a un gran pacto nacional” y a reunirse con los delegados que el gobierno designe.

Desde su organización, el Centro Democrático, se proponen cinco puntos a renegociar con el fin de poder apoyar un nuevo pacto con las FARC, entre los que destacan los más polémicos: la cárcel como pena para los delitos de lesa humanidad y la prohibición de que los cabecillas puedan postularse a cargos de elección popular.

El triunfo del “No”, una campaña que el propio Uribe lideró –y que deja en evidencia la renuencia de los ciudadanos a perdonar la historia de asesinatos y ataques de la guerrilla–, impide a Santos implementar lo firmado hace una semana con Timochenko, en Cartagena, con la comunidad internacional como testigo.

Rectificar y renegociar

Precisamente el cabecilla, dijo ayer desde La Habana que el resultado “nos compromete mucho más, porque hay diversas lecturas y hay que analizarlas para ver en qué rectificar”. Su agrupación, en un comunicado, dijo que “mantenían su voluntad de paz” y reafirmó que “todos los frentes guerrilleros permanecerán en cese al fuego bilateral y definitivo”.

Para el grupo, más allá del resultado, “los acuerdos a los que se llegó con el gobierno nacional están vigentes, porque el resultado del plebiscito sólo tiene efectos políticos”, no jurídicos.

A pesar de la derrota, Santos y Timochenko prometieron continuar con sus esfuerzos para lograr dar por terminada la guerra y evitar la reactivación de la confrontación que ha dejado más de 220.000 víctimas fatales y millones de desplazados.

En el limbo

En el limbo quedan por ahora alrededor de 7.000 rebeldes armados, mientras que la ONU sigue preparada para monitorear su desarme.

El secretario general, Ban Ki-Moon, pidió ayer que el representante especial del organismo en Colombia, Jean Arnault, viaje a Cuba para sostener diálogos.

 

FUERA DEL NOBEL DE LA PAZ 2016

 

El acuerdo de paz de Colombia fue retirado ayer de la lista de favoritos para recibir el premio Nobel de la Paz de 2016, tras la victoria del "No". "Colombia está fuera de cualquier lista creíble", dijo Kristian Berg Harpviken, jefe del Peace Research Institute en Oslo, sobre el galardón que será anunciado el viernes.
El presidente Juan Manuel Santos y el comandante de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", eran favoritos para obtener el premio de 8 millones de coronas suecas (US$ 936.000) antes del resultado del plebiscito.


El rechazo de los colombianos mejoró las posibilidades de otros candidatos, entre los que destacan activistas rusos de derechos humanos o los negociadores del acuerdo nuclear de Irán.

 

Las exigencias que planteará la oposición

 

No a la participación política de las FARC: jefes guerrilleros no podrán ser elegidos al Congreso.
Cárcel para líderes rebeldes: los cabecillas deberán pagar por crímenes.


Aporte de las FARC para reparación de víctimas: las "grandes sumas de dinero" obtenidas de sus delitos deberán ser devueltas.


Narcotráfico no es un delito conexo: la guerrilla "lucró" del tráfico de drogas y no fue una actividad para financiar la lucha política.


Respeto a la Constitución, justicia y pluralismo político no pueden ser percibidos como un premio a delitos.


  

"Hubiera sido peor aprobar el acuerdo con el país dividido"

 

- ¿Cuál es el balance que hace del resultado del plebiscito?


- Se dio una gran lección democrática de que nuestro estándar de justicia es mucho más alto que el que las partes estaban dispuestas a aceptar. El pueblo colombiano mostró que está por encima de su clase dirigente y puso a hablar a Juan Manuel Santos, a Álvaro Uribe y a "Timochenko" el mismo lenguaje. El mensaje no fue sólo a ellos sino a la comunidad internacional. Es necesario un diálogo fructífero entre todos los sectores de la sociedad.


- Que se mostró dividida...


- Porque el acuerdo nunca interpretó el dolor latente. Y un proceso con una sociedad dividida no es exitoso. Si se hubiese aprobado el plebiscito estaríamos en el peor de los mundos porque estaríamos en una negociación que se implementaría con el país a mitades. Este resultado abre las puertas a un mejor proceso de paz que consolidará una paz real, duradera y que germine.


- ¿Fue un rechazo a las FARC o hacia el presidente?


- A todo, al acuerdo en sí. Si el gobierno hubiese hecho un referendo, habría salvado el acuerdo y estaría él sólo renegociando los dos puntos que generan más rechazo: el tema de la cárcel y la participación política. Eso le quitó todo el piso al pacto.


- ¿Y a la aceptación de Santos?


- No creo. Si todos pensamos en el país, podemos mejorar el acuerdo y acabar con un proceso de paz mucho más sólido. Así, Santos, en dos años, terminaría con mucha más popularidad con un país unido alrededor de la paz.


- ¿Fue un error el plebiscito?


- Sí, porque los colombianos podríamos haber tomado decisiones distintas sobre los puntos delicados.

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