Economía

Zika podría costarle a la economía global unos US$ 592 millones en los próximos diez años

El impacto será mayor en América latina y el Caribe, donde se instaló el foco de la infección.

Por: Cronista, Argentina | Publicado: Viernes 12 de febrero de 2016 a las 13:24 hrs.
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Con su tamaño ínfimo, el mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus del dengue, zika y la fiebre chikungunya, se ha transformado en una de las mayores amenazas para las alicaídas economías de América latina y el Caribe. El insecto está hoy en boca de todos, desde la tapa de la revista brasileña Veja hasta el poco feliz comentario del presidente ruso, Vladimir Putin, que llamó a la población y la comunidad científica de su país a pelear contra "esta porquería que nos viene de Latinoamérica".

En la región, la guerra al mosquito ya es literal. El gobierno de Brasil, en los días previos al carnaval, y en vista de la realización de los Juegos Olímpicos de Río en agosto, envió 200.000 soldados para detener la propagación del virus. Y los gobiernos de Colombia y El Salvador llegaron a pedir a las mujeres que no queden embarazadas hasta que la epidemia pueda ser controlada.

Como ocurrió hace 7 años, con la epidemia de Gripe A (H1N1), la paranoia se propaga tan rápido como la enfermedad. Y a pesar de que los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dictaminaron "que no se deben aplicar restricciones a los viajes o el comercio hacia territorios con transmisión del virus del zika", autoridades sanitarias europeas instaron a las mujeres embarazadas a no viajar a 22 países de América latina y África, según el diario británico Daily Mail.

Varias líneas aéreas, entre ellas American Airlines, United, British, LAN, TAM y Aerolíneas Argentinas, ofrecen a las embarazadas (y en algunos casos al grupo familiar también), reembolsar o cambiar sin punitorios los pasajes hacia destinos latinoamericanos y caribeños.

Un estudio privado de la aseguradora británica Lloyds, basado en el costo de epidemias como el Ébola, el Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS) y la gripe H1N1, estima que el Zika podría costarle a la economía global unos $US 592 millones en los próximos diez años. El impacto será mayor en América latina y el Caribe, donde se instaló el foco de la infección.

Según la aseguradora británica, la epidemia del SARS en Hong Kong y China en 2003, hizo caer el PBI de la región un 2,6% y el desempleo se elevó un 8.7%. En cuanto al virus del Ebola, un informe del Banco Mundial reveló que tuvo un impacto equivalente al 12% del PBI de Guinea, Liberia y Sierra Leona en 2014. En tanto, la influenza AH1N1 (también conocida como Gripe A) significó pérdidas de 0.7% del Producto Interno Bruto de México en 2009 (unos u$s 4.000 millones), según la Secretaría de Salud Federal.

Los ganadores

Pero así como la gripe A dejó ganadores (entre otros, el laboratorio suizo Roche, descubridor del Tamiflú, y la norteamericana 3M, fabricante de barbijos rígidos), también el zika está beneficiando a algunas empresas. Por empezar a Oxitec, cuyas acciones se dispararon 11% el día en que la OMS declaró la emergencia sanitaria. La firma británica desarrolla mosquitos estériles genéticamente modificados que están siendo liberados para bajar la natalidad de los Aedes aegypi, aún sin pruebas a largo plazo de que el lugar de este vector pueda ser ocupado por otra especie.

En tanto, la estadounidense Mybiosource y la canadiense Biocan Diagnostics pelean contra el tiempo para lanzar un test rápido para diagnosticar dengue, zinka y chikungunya. Y son varios los laboratorios que se anotaron en la carrera para desarrollar una vacuna. La primera en largar fue la biotecnológica Invio Pharmaceuticals que, a fines de enero, declaró que entraba "en fase de ensayos clínicos" una vacuna contra el zika. Sus acciones crecieron un 15%.

Pero gigantes de los medicamentos, como Glaxosmithkline y Sanofi-Pasteur, le pisan los talones. La francesa lanzó recientemente una vacuna contra el dengue en México, y está trabajando en un suero contra el zika. En Brasil, el Gobierno encargó al Insituto Butantan el desarrollo de una vacuna, lo que podría llevar de tres a cinco años. Para entonces, la OMS pronostica que habrá 1,5 millón de personas en este país.

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