Economía

Cristina, Guzmán y el FMI: la crisis argentina según el Financial Times

Para el ministro de Economía el desafío es convencer al Fondo y al Club de París de la credibilidad de sus promesas, dado que sus esfuerzos para evitar un nuevo default son dificultados por el ala dura del kirchnerismo.

Por: Financial Times | Publicado: Viernes 14 de mayo de 2021 a las 09:30 hrs.
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El Cronista, Argentina.
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Martín Guzmán, el ministro de Economía de Argentina, de 38 años, recorre esta semana varias capitales europeas junto al presidente Alberto Fernández para pedir a los miembros del Club de París que le permitan postergar el pago de su deuda.

Los inversionistas temen que sin un acuerdo amigable con el Club de París, podrían verse afectadas las negociaciones con el FMI.

Se creía que después de que haber acordado en agosto pasado una reestructuración de US$ 65.000 millones de deuda privada, Argentina iba a negociar nuevos términos para el reembolso para los US$ 44.000 millones que el FMI le prestó desde 2018.

Pero ahora, los funcionarios del FMI creen que no llegarán a ningún acuerdo con el país trasandino hasta después de las elecciones de mitad de período en octubre, porque se empiezan a notar los instintos populistas del gobierno peronista de aumentar el gasto antes de la votación.

El ímpetu por gastar crece a medida que una nueva ola de contagios de Covid-19 golpea a Argentina, donde la pobreza aumentó de 26% a 42% tras una recesión que lleva tres años. Esto hace que sea poco probable que el país alcance el tipo de consolidación fiscal que seguramente exigiría cualquier acuerdo con el FMI.

Las posibilidades de éxito del gobierno peligran a raíz de las repetidas maniobras que hace la facción kirchnerista leal a la vicepresidenta -que también fue presidenta-, para obstaculizar los intentos de Guzmán de lograr incluso una modesta consolidación fiscal.

Hace poco no logró convencer al subsecretario de Energía, el kirchnerista Federico Basualdo de que suba las tarifas 30% por primera vez en dos años para seguir el ritmo de la inflación, que se ubica en torno al 43%.

Guzmán intentó, sin éxito, destituir a Basualdo por "incompetente". Pero Basualdo se aferró a su cargo después de que el ministro fue desautorizado por la vicepresidenta. Por ahora, las tarifas eléctricas sólo aumentarán 9% este año, lo que equivale a dos meses de inflación.

"Guzmán se equivocó en la manera (de despedir a Basualdo)," señaló un importante político leal a Fernández de Kirchner. "Creo que el tema se resolverá, pero en silencio".

Mariel Fornoni, directora Management & Fit, afirmó que el fiasco no sólo perjudica a Guzmán, sino al propio presidente.

"Ha dejado (a Fernández) en una posición de absoluta debilidad. Revela quién toma las decisiones", sostuvo. Señaló que los datos de las encuestas muestran que alrededor del 55% de los argentinos creen que es la vicepresidenta quien toma las decisiones en este gobierno, frente a sólo el 35% que piensa que es el presidente.

Para Guzmán, el desafío es convencer al FMI y al Club de París de la credibilidad de sus promesas, dado que éstas son vulnerables a un sabotaje proveniente del ala opositora dentro de la misma coalición de izquierda gobernante.

La mayoría de los analistas creen que no cumplir con el pago al Club de París es un verdadero peligro, sobre todo porque las reservas netas de divisas líquidas recién volvieron a terreno positivo hace poco tiempo.

"Si Argentina utiliza las reservas para pagar (al Club de París), el banco central quedará muy expuesto. Por lo tanto, si no consiguen refinanciar la deuda, es probable que haya un default", dijo Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de la consultora EcoGo de Buenos Aires, admitiendo que la refinanciación será "difícil, (pero) no imposible".

Según un allegado a las negociaciones de Argentina con el FMI, no hubo avances -todavía no se acordó "nada en absoluto" en términos de políticas económicas- porque Guzmán "no pudo elaborar una estrategia respaldada por toda la coalición para presentarle al FMI".

A pesar de las demoras, la mayoría concuerda en que es inevitable llegar a algún tipo de acuerdo con el FMI, por débil éste que sea.

Si bien un default con el Club de París implicaría elevados costos financieros y diplomáticos, no pagarle al FMI significaría embarcarse en un nuevo periodo de aislamiento financiero, potencialmente peor que el que sufrió el país durante la década en que estuvo bloqueado de los mercados internacionales tras su histórico impago de la deuda de 2001. Sería casi imposible que el país desembolsara al FMI los US$ 18.500 millones que vencen el próximo año.

"No hay alternativa a un acuerdo con el FMI, ni plan B que Cristina pueda elucubrar".

 

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