Economía

Halcones contra palomas: división en la Fed sobre cuándo retirar las ayudas económicas

El debate sobre la fecha de inicio de la retirada del programa de compras de activos por valor de US$ 120.000 millones se intensificará en la reunión de esta semana.

Por: Financial Times | Publicado: Martes 27 de julio de 2021 a las 08:33 hrs.
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Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, afronta una división creciente entre las autoridades del Banco Central estadounidense sobre cuándo empezar a retirar la inmensa inyección de estímulos monetarios aplicada al principio de la pandemia.

Al comienzo de la crisis del Covid-19, los banqueros centrales mostraron unidad coincidieron en la necesidad de evitar una crisis económica manteniendo los tipos de interés en niveles ultrabajos y realizando también compras de activos mensuales por valor de US$ 120.000 millones. Pero el repunte experimentado por la economía estadounidense tras levantarse las restricciones por la pandemia -causando un fuerte aumento de la inflación- ha hecho que se intensifique el debate sobre cuándo empezar a reducir el programa de compras de bonos -que puede preceder a subidas de los tipos de interés eventuales-.

El debate arrancó el mes pasado y se espera que se intensifique en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de este martes y miércoles. Powell tiene que hallar un punto intermedio entre los banqueros centrales que presionan para llevar a cabo una retirada anticipada y más agresiva y aquellos que desconfían de efectuar un cambio rápido en la política. Si la Fed opta por la opción más prudente, la reducción de las compras de activos puede no producirse hasta comienzos de 2022; pero si cree necesario actuar con mayor urgencia, podría mover pieza en otoño. Estos son los distintos bandos dentro de la Fed de cara al gran giro en la política monetaria.

Las palomas

El contingente blando de la Fed sostiene que es demasiado pronto para considerar la retirada de las ayudas, ya que sigue habiendo casi 7 millones de personas sin trabajo en comparación con el pasado mes de febrero. Creen que las presiones inflacionistas desaparecerán con el tiempo y les preocupa la fragilidad de la economía estadounidense, dada la alarmante propagación de la variante Delta del virus, así como las bajas tasas de vacunación en varios estados republicanos y en amplias partes del mundo.

Neel Kashkari, de la Fed de Minneapolis, que no será miembro del comité con derecho a voto hasta 2023, es uno de los más pesimistas. En una entrevista concedida a Reuters en junio, defendió que el Banco Central mantenga sus compras de bonos a plena capacidad hasta que las perspectivas sean mucho más claras, y que deje los tipos de interés casi en cero hasta, al menos, finales de 2023, para "conseguir realmente el máximo empleo".

La gobernadora Michelle Bowman, que vota en cada reunión, ha adoptado una postura similar, destacando las enormes disparidades económicas que afectan de forma desproporcionada a los trabajadores con bajos ingresos y a las personas de color, lo que, según sostiene, frena el progreso para alcanzar el máximo empleo. Lael Brainard, otra gobernadora, y John Williams, presidente de la Fed de Nueva York -los dos con derecho a voto-, también han apoyado este punto de vista.

Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco y también en este bando, explicó recientemente que los desacuerdos en el Banco Central eran normales en esta fase. "Los puntos de inflexión, por definición, son complicados", aseguró a comienzos de mes. "Tenemos algunos datos que parecen buenos. Tenemos riesgos que siguen presentes... y tenemos personas de distintas partes del país que ven las cosas de manera diferente, todas sentadas a la mesa".

Los halcones

Las autoridades duras de la Fed advierten de que no deben desestimarse los altos datos de inflación a la ligera, sobre todo después de que las últimas cifras no sólo mostrasen que los precios al consumo subieron al mayor ritmo desde 2008, sino también que las presiones aumentaron más allá de factores transitorios como el coste de los coches usados.

Los halcones esperan que la inflación -medida por el indicador favorito del Banco Central, el índice de precios del gasto en consumo personal- se sitúe muy por encima del objetivo del 2% fijado por la Fed este año y el próximo, lo que requerirá un endurecimiento de la política monetaria antes de lo que desean sus compañeros más moderados.

Temen que la Fed se vea sorprendida con la guardia baja si el aumento de los precios se consolida, lo que obligaría al Banco Central a intervenir de forma más abrupta y agresiva para endurecer la política -algo más desestabilizador para la economía y los mercados financieros-.

Robert Kaplan, el presidente de la Fed de Dallas y uno de miembros más claros de este bando, ha defendido con firmeza que el Banco Central empiece a reducir pronto sus compras de bonos, así como una rápida rebaja de las compras de valores respaldados por activos, argumentando que están alimentando innecesariamente el boom del mercado inmobiliario. De hecho, otras autoridades defienden una retirada anticipada señalan a menudo a la estabilidad financiera como motivo.

Los centristas

Los centristas de la Fed reconocen al mismo tiempo la fortaleza del repunte económico y la subida inflacionista, y la incertidumbre sobre las perspectivas y el riesgo de que la actividad vuelva a caer como consecuencia del Covid.

También acentúan que serán flexibles dependiendo de la evolución de los datos en los próximos meses, dado que están surgiendo riesgos a ambas partes del argumento económico.

Están menos convencidos de la necesidad de retirar de inmediato el apoyo de la Fed, pero aceptan que pronto se cumplirán las condiciones para hacer ajustes, aunque de forma muy gradual y a un ritmo bien documentado.

La cúpula de la Fed se alinea en gran medida con esta visión: Powell se sitúa en la parte más flexible del espectro centrista, al igual que el vicepresidente Richard Clarida, mientras que Randal Quarles, el vicepresidente de supervisión, puede estar algo más dispuesto a avanzar con la retirada de los estímulos, según los observadores de la Fed.

"Sería un error actuar de forma prematura", aseguró Powell durante una reciente comparecencia en el Congreso. "De una u otra forma, no vamos a adentrarnos en una fase de alta inflación durante un largo periodo de tiempo, ya que por supuesto tenemos herramientas para abordarlo. Pero no queremos utilizarlas de una forma innecesaria o que interrumpa la recuperación de la economía".

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