Economía

Martín Redrado: “No hay que mirar con el espejo retrovisor para poder resolver esta crisis”

El economista sostuvo que ni Macri ni Alberto Fernández han sido claros en explicar qué ofrecen para devolver al país a la senda del crecimiento.

Por: Rocío Vargas Suárez | Publicado: Lunes 29 de julio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
Foto: Rodolfo Jara

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A poco menos de dos semanas de las elecciones primarias en Argentina, el economista y expresidente del banco central de ese país, Martín Redrado, conversó en exclusiva con DF, y analizó el panorama de la economía trasandina.

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“El problema no está en los mercados, sino en la calidad de las políticas públicas”, enfatizó Redrado y aseguró que la opción para que la nación trasandina vuelva a ser interesante para los inversionistas es generar un “programa que abarque todas las variables macroeconómicas y no simplemente la monetaria”, además de un sistema de rendición de cuentas frente al Congreso.

- Después de un débil primer semestre, ¿cómo ve la economía para la segunda mitad del año?

- La economía argentina tocó piso en el primer trimestre de este año, y en el segundo trimestre, siguió siendo negativo pero con menor intensidad, sin duda, con un efecto importante del agro. Desde Fundación Capital proyectamos una tenue recuperación en el tercer y cuarto trimestre de 0,6% y de 1,2%, respectivamente, lo que igual deja el año en una recesión o en negativo. Ahora bien, el comportamiento es bien heterogéneo. Está influenciado principalmente por el agro, el sector energético, las telecomunicaciones y tecnologías de la información, entre otras áreas. Todos ellos con guarismos positivos, mientras que otros como el sector textil, el metalmecánico o el automotor, con dobles dígitos negativos. Esto refleja una composición muy diversa para el comportamiento de la economía argentina.

- El FMI recortó la proyección de crecimiento de Argentina para 2020. ¿Cuáles considera que son las principales causas de esta baja?

- El FMI tenía una visión más optimista de la salida de la recesión; en particular subestimó el impacto de la política cambiaria sobre la inflación. Argentina ha demostrado tener un traspaso de la devaluación hacia inflación del 50%, el más alto de América Latina. El resto de nuestra región tiene un traspaso que no supera el 10%. Por eso el 29 de abril le permite al banco central intervenir dentro de la zona de referencia, cosa que antes no hacía.

- Los últimos reportes revelaron que el crecimiento de Argentina repuntó 2,6% en mayo. ¿Esto beneficia a Macri?

- Argentina empieza a dejar la recesión atrás, obviamente muy pendiente de la estabilidad cambiaria. Es decir, si el país volviera a tener algún episodio de tensión cambiaria, que habitualmente se da en los períodos preelectorales, podría tener algún “sincronazo” en su economía. Pero, teniendo en cuenta que el banco cuenta con las herramientas para poder sobrellevar un período de tensión cambiaria, nuestra visión es que esta salida de la recesión es una salida en L, es decir, mucho más lenta. En términos electorales, la gente comenzará a ver que el país ha dejado de caer, pero de ninguna manera va a notar una recuperación para las elecciones.

- ¿Quién representa una “solución” más factible para la economía? ¿Alberto Fernández o Mauricio Macri?

- Por ahora la campaña electoral no ha sido muy rica en explicitar cuáles son las soluciones que Argentina se merece. Los veo más concentrados en cómo ganar las elecciones y en la utilización de encuestas, para poder responder de manera segmentada a las necesidades de la población. Eso, sin duda, se ve en el nivel del riesgo país. Argentina está siempre cercano a los 900 puntos base, y eso marca que no hay una claridad en el horizonte de cómo Argentina va a resolver sus problemas económicos.

- ¿Hasta qué punto influyen los mercados en los resultados electorales?

- La principal variable es la estabilidad cambiaria. De todas maneras, Argentina está hoy en un proceso ficticio de planchar el tipo de cambio a través de altísimas tasas de interés y esto sabemos que es una receta de muy corto plazo, y que en algún momento se va a corregir. El problema no está en los mercados, sino en la calidad de las políticas públicas.

- ¿Esta crisis podría compararse con la de 2001?

- Los componentes tanto internacionales como locales son diferentes. Argentina sobre todo ha recuperado solvencia y liquidez de su sistema financiero. Eso sí, sólo con la respuesta monetaria no alcanza, y si no se logra desindexar la economía, va a ser muy difícil bajar la tasa de inflación. Mi visión es que no hay que mirar con el espejo retrovisor para poder resolver esta crisis.

Política monetaria

- ¿Cómo evalúa el rol del banco central en la crisis?

- El banco ha cumplido estrictamente con el programa del FMI en particular con la revisión que se tuvo en septiembre. Sin duda ha sido un programa extremo en situaciones extremas.

- ¿Cree que la política monetaria ha sido efectiva para controlar la inflación?

- Hizo todo en términos de la pérdida de credibilidad que había tenido durante la crisis y creyó que adoptando el programa del FMI iba a recuperar la credibilidad perdida.

- ¿Funcionó la movida de Argentina con el FMI?

- Argentina acudió al FMI para generar mayor confianza, pero no funcionó. Generó mayor desconfianza, tanto externa como interna.

- ¿Qué señales necesitan los inversionistas?

- Necesitan ver que Argentina tiene un rumbo claro, y que tiene un plan económico y un plan de estabilización para poder bajar la inflación en forma sistémica. Un programa que abarque todas las variables macroeconómicas y no simplemente la monetaria. Convencer con un programa que debe bajar la nominalidad de todas las variables que maneja el sector público, como el gasto público. Yo generaría una ley de estabilidad macroeconómica que marque un sendero en la misma dirección. Un sistema de rendición de cuentas frente al Congreso y un paraguas legal que recupere la confianza de los inversionistas. También se necesita un plan de productividad y crecimiento. Necesitamos hacer que más argentinos paguemos menos impuestos, y por supuesto, sobre todo a pequeñas y medianas empresas, que se ven muy castigadas en la carga tributaria que soportan. Argentina necesita una revolución exportadora.

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