Economía

PIB de EEUU crece 3,1%, pero el consumo empieza a mostrar señales de debilidad

Excluyendo al comercio, inventarios y gasto del gobierno, la economía creció sólo 1,3%. Esa fue la lectura más baja de la demanda doméstica desde el segundo trimestre de 2013.

Por: Rocío Vargas Suárez | Publicado: Viernes 28 de junio de 2019 a las 04:00 hrs.
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La debilidad del consumo encendió las alarmas respecto del desempeño económico del resto del año. / Foto: Reuters
La debilidad del consumo encendió las alarmas respecto del desempeño económico del resto del año. / Foto: Reuters

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La economía estadounidense efectivamente se aceleró en el primer trimestre del año, mostró la tercera revisión del Producto Interno Bruto, pero la cifra podría esconder la debilidad del consumo, el principal motor de la mayor economía mundial.

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El PIB avanzó a una tasa anualizada de 3,1% en los primeros tres meses del año, sin cambios respecto de la estimación anterior, informó ayer el Departamento de Comercio, haciendo hincapié en que esta aceleración fue impulsada, principalmente, por las exportaciones e inventarios.

El desempeño estuvo en línea con las expectativas y se compara con una expansión de 2,2% en los últimos tres meses de 2018.

La inversión empresarial en productos de propiedad intelectual demostró más solidez de lo estimado, alcanzando un 12%, mientras que la inversión fija no residencial aumentó a una tasa de 4,4%, lo que representa casi el doble de lo que fue anteriormente anunciado.

Pero a pesar de que la lectura del crecimiento se mantuvo robusta, se realizó una corrección a la baja, de 1,3% a 0,9%, respecto del gasto de los consumidores.

El ítem, que representa dos tercios de la actividad económica del país, aumentó a un ritmo anual de sólo 0,5% y, este retroceso no se condice con las proyecciones del informe anterior ni de expertos. Todo lo anterior, posiciona al sector en su punto más bajo de 2019.

Excluyendo al comercio, inventarios y gasto del gobierno, la economía creció sólo 1,3% en los primeros tres meses del año. Esa fue la lectura más baja de la demanda doméstica desde el segundo trimestre de 2013.

Presión para la Fed

Hace unos días, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, aseguró que los riesgos a la baja para EEUU han aumentado últimamente, dejando la puerta abierta a un recorte en las tasas de interés a partir de julio, en un escenario de crecientes riesgos a la economía por la escalada de la guerra comercial China-EEUU.

Con estas cifras, se refuerza la idea de un recorte en las tasas de interés para así estimular la economía, golpeada por el impacto de la guerra comercial entre EEUU y China.

En esa misma línea, el jefe del banco central reconoció la semana pasada el impulso temporal al crecimiento por parte del comercio y los inventarios, lo que describió como “componentes que no son generalmente indicadores confiables del impulso actual”.

La inflación también se mantuvo débil en el primer trimestre. Un indicador de inflación monitoreado por la Fed aumentó a una tasa de 1,2%, revisado al alza respecto del 1% reportado previamente, pero lejos de la meta de 2% de la Fed.

La economía cumplirá diez años de expansión en julio, su mayor racha histórica. Pero el impulso se está desacelerando, con la manufactura batallando, el déficit comercial ampliándose nuevamente y el sector inmobiliario todavía inmerso en una trayectoria débil.

“Justo cuando la expansión se prepara para convertirse en la más larga de la historia de EEUU, los temores a una recesión han aumentado”, afirmó Scott Hoyt, economista senior de Moody’s Analytics, a Reuters. “Las empresas estadounidenses parecen asustadas por la política comercial caprichosa del presidente”.

Pronóstico pesimista

La debilidad del consumo encendió las alarmas respecto del desempeño económico del resto del año. Capital Economics ve una caída importante en el crecimiento durante el segundo semestre, lo que impulsará el inicio de un ciclo de recorte de las tasas de interés por parte de la Fed, que sumarán un total de 75 puntos base.

La firma también vaticina una desaceleración del crecimiento, de 2,3% este año a 1,2% en 2020, antes de que se presenten condiciones financieras más flexibles que tenderían a impulsar una recuperación al 2% en 2021.

Este deterioro se explica en parte por la debilidad del consumo. La consultora espera que el gasto de los consumidores se desacelere desde un 2,6% este año a un 1,9% el próximo, mientras que para el 2021 expectan un avance de 1,8%, relacionado al deterioro de las condiciones del mercado laboral.

Según la consultora, la expansión del empleo ya ha comenzado a mostrar mayor lentitud, a pesar de que la tasa de desempleo de 3,6% se ubica en un mínimo histórico.

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