Economía

Señal de transición ordenada en Argentina no es suficiente para calmar a los mercados en primera sesión post elecciones

El banco central dictó las primeras medidas para contener la salida de reservas, mientras el presidente Mauricio Macri recibía en la Casa Rosada al mandatario electo, Alberto Fernández.

Por: M. G. Arteaga y R. Vargas | Publicado: Martes 29 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
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El presidente Mauricio Macri se reunió con ell mandatario electo, Alberto Fernández, para definir el cambio de gobierno. Foto: Reuters
El presidente Mauricio Macri se reunió con ell mandatario electo, Alberto Fernández, para definir el cambio de gobierno. Foto: Reuters

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Un apretón de manos entre el presidente argentino Mauricio Macri y el mandatario electo, Alberto Fernández, dio la primera señal de tranquilidad a los mercados, pero el impulso duró poco.

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El riesgo país terminó la jornada con 133 unidades más, en 2.268 puntos base, y el avance de 3% que registró la bolsa trasandina apenas inició la jornada de ayer se diluyó con el pasar de las horas.

Todo, mientras los inversionistas intentaban digerir lo que significa el endurecimiento del cepo cambiario, que determina que hasta diciembre los ahorristas sólo podrán comprar US$ 200 por mes y no US$ 10 mil como había fijado el Ejecutivo luego de las primarias del 11 de agosto.

Además, la mirada está puesta en la composición final del Congreso y cómo puede ello impactar la promulgación de leyes clave, incluida una reestructuración de la deuda.

También en el plan económico de Fernández -que hasta el momento no ha sido dado a conocer en detalle-, y en quiénes serán las figuras que acompañarán a la nueva administración.

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“Un Congreso dividido es positivo para los mercados e indica que los peronistas no tendrán mano libre sobre los cambios clave de política económica en el futuro”, dijo a Bloomberg James Barrineau, jefe de deuda de mercados emergentes de Schroders.

Primer encuentro

Por mientras, el esfuerzo del gobierno actual está enfocado en sentar las bases para un cambio de gobierno sin sobresaltos. Así lo dejó claro Macri el domingo en la noche cuando aceptó su derrota electoral e invitó al mandatario electo a un desayuno en la Casa Rosada.

El cara a cara se concretó con dos horas de retraso, a solicitud del líder peronista, y se prolongó por casi una hora.

Fue un encuentro “positivo” y “cordial”, y abrió la puerta a una coordinación de ambas partes que culminará con un traspaso de mando –el 10 de diciembre- menos tenso y polémico que el de 2015, cuando Macri recibió la banda de la mano del senador Federico Pinedo y no de la jefa de Estado saliente, Cristina Fernández.

“Fue una buena charla, cordial, pensando en la transición, en hacer lo mejor para el país y para distender”, resaltaron desde el entorno del presidente electo.

Eso sí, dejaron claro que no se trata de una etapa de cogobierno y que “la responsabilidad de gobernar es de Macri”.

“Todo lo que ocurre y las decisiones que se adopten hasta el 10 de diciembre van a ser responsabilidad de la gestión de Macri”, dijo a una radio local Nicolás Trotta, coordinador de los equipos técnicos del presidente electo.

En la cita se acordó desde ya “armar un equipo de transición” que contará con al menos 40 dirigentes peronistas y con la participación de los actuales ministros. La idea es que se comience a trabajar esta misma semana.

Las cartas de Fernández

Esa lista de timoneles la conforman 40 expertos en economía, seguridad, relaciones exteriores, salud y justicia, de los que resultarán los próximos ministros de la gestión de los Fernández, así como los nombres de quienes terminarán ocupando las secretarías y organismos de la próxima administración.

La coordinación del equipo estará en manos de cuatro dirigentes, ninguno de ellos economista: Santiago Cafiero (mano derecha de Alberto Fernández), Gustavo Béliz (exministro de Justicia kirchnerista), Eduardo “Wado” De Pedro (hombre de confianza de Cristina Fernández) y Vilma Ibarra, abogada y procuradora, exsenadora y expareja del presidente electo.

Según Capital Economics, para el Ministerio de Hacienda ya empiezan a sonar algunos nombres y en su informe más reciente destaca al economista “Matias Kulfas, quien ha promocionado la viabilidad de la monetización del déficit”.

Otro “candidato más moderado es el exjefe del banco central, Martín Redrado”, apunta la consultora británica.

Los desafíos que enfrenta Fernández son particularmente desalentadores. La economía está en recesión y al borde del impago de la deuda, y los ciudadanos se enfrentan a diario con el alza de la pobreza, una de las tasas de inflación más altas del mundo y el colapso de los niveles de vida.

El gobierno de Fernández le hará frente a esto con poco margen de acción a nivel fiscal -considerando el endeudamiento del país tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional-, además de un contexto internacional complicado por la guerra comercial y el fin del auge de las materias primas.

Además, tendrá una oposición que sale fortalecida del proceso electoral a pesar de su derrota y con Macri como líder, un mercado frágil que sigue atravesando tiempos volátiles, y una gran desconfianza de los inversionistas que será difícil recobrar con la presencia de Cristina Fernández como compañera de fórmula.

Las señales del dólar

Mejor desempeño que el que registró el índice Merval lo tuvo ayer el tipo de cambio, que ya tenía asimilado en precios el triunfo del peronista en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, aun cuando la diferencia por sobre el actual jefe de Estado fue mucho menor a lo esperado.

Pasado el mediodía, el dólar oficial cedía terreno tras tocar máximos a fines de la semana pasada antes de la cita en las urnas, y terminó con un alza de 0,65%, apenas por sobre la barrera de los 59 pesos argentinos por dólar, por el impacto de las nuevas restricciones cambiarias.

Por su parte, el llamado dólar blue -utilizado como referencia en el mercado informal- avanzó con fuerza para colocarse sobre los 80 pesos por unidad, pero con muy pocas transacciones debido a las últimas medidas cambiarias. Así, cerró la rueda en 73 pesos argentinos por unidad, un avance de 3,42%.

“Nadie quiere vender en el blue. Todos esperan, hay ansiedad y expectativa aunque las cartas están en la mesa”, describió un operador citado por el diario local El Cronista.

Por su parte, en declaraciones al mismo diario, el analista financiero Christian Buteler señaló que “achicar el cepo mató la demanda y ya no va a poner al banco central contra la pared”.

“La semana pasada se dolarizó casi todo el mundo y no quedaron muchos pesos. Los mercados se van acomodando y van viendo qué es lo que va a pasar. Esta es la reacción del primer día”, resumió.

Detrás del endurecimiento del cepo, el presidente del banco central Guido Sandleris explicó que está la idea de “cuidar las reservas”. Una idea que fue conversada y consensuada con Fernández.

“Es una medida que, aunque transitoria, es muy estricta”, dijo Sandleris, quien admitió que tiene costos para la economía.

“Sé que esta medida, aun siendo temporaria, es muy estricta y afecta a muchas personas. Su objetivo, repito, es preservar las reservas durante este período de transición, hasta tanto el nuevo gobierno defina sus lineamientos de política económica y se disipe la incertidumbre”, apuntó el titular del organismo.

Los bonos, en tanto, retrocedieron en las primeras operaciones y los US$ 4.500 millones de valores denominados en dólares con vencimiento en 2021 cayeron.

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