Economía

Stiglitz y Rashid: “Los programas de estímulo mal diseñados no solo son ineficaces, sino que pueden ser peligrosos”

El premio Nobel de Economía junto al jefe de la Unidad de Monitoreo Económico Global de Naciones Unidas, sostuvieron que es posible que las medidas adoptadas no estimulen el consumo y la inversión tanto como esperan las autoridades.

Por: Montserrat Toledo | Publicado: Lunes 15 de junio de 2020 a las 13:48 hrs.
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Es habitual escuchar que la respuesta que han implementado los gobiernos para hacer frente a la pandemia del coronavirus no tiene precedentes, pero hay quienes han comenzado a cuestionar la efectividad del enfoque de los millonarios recursos.

En la columna "Un estímulo económico que funcione" publicada en Project Syndicate, el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, y el jefe de la Unidad de Monitoreo Económico Global de Naciones Unidas, Hamid Rashid, destacan que aunque la respuesta fiscal y monetaria combinada ya alcanzó el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) global, "es posible que estas medidas no estimulen el consumo y la inversión tanto como esperan las autoridades".

"Los programas de estímulo mal diseñados no solo son ineficaces, sino que pueden ser peligrosos. Políticas erradas pueden aumentar la desigualdad, sembrar la inestabilidad y debilitar el apoyo político a los gobiernos justo cuando se lo necesita para evitar que la economía caiga en una recesión prolongada", advirtieron, agregando que "felizmente hay alternativas, pero todavía no es seguro que los gobiernos las adopten".

Stiglitz y Rashid afirman que "la implementación de las medidas de estímulo actuales para contener las consecuencias económicas de la pandemia se ejecutaron con comprensible prisa, casi con pánico", y agregan que la estrategia no fue "selectiva ni precisa", pero que según muchos analistas era la única opción posible para evitar masivas quiebras y una recuperación aún más difícil.

Los expertos indican que ya es evidente que la pandemia durará "mucho más que algunas semanas", como se suponía inicialmente cuando se diseñaron y aprobaron dichas medidas, por lo que "se necesita una evaluación más cuidadosa de todos estos programas, con la mirada puesta en el largo plazo".

En períodos de gran incertidumbre, dicen, "es común que haya un aumento del ahorro precautorio, ya que particulares y empresas se aferran al efectivo por temor a lo que vendrá". Y la crisis actual no es la excepción, aseguran, e indican que "la angustia por el futuro y la reducción general de las oportunidades de gasto hacen probable que buena parte del dinero entregado a familias y empresas termine ocioso depositado en cuentas bancarias, y que los bancos no puedan otorgar nuevos préstamos con el excedente de liquidez por falta de destinatarios solventes dispuestos a endeudarse".

El exceso actual de liquidez puede conllevar un "alto costo social", según los economistas, ya que "hay buenos motivos para temer que el exceso de efectivo en los bancos se canalice a la especulación financiera", además de preocupaciones habituales como la deuda y la inflación. "Las bolsas ya exhiben grandes oscilaciones diarias; esta volatilidad puede, a su vez, perpetuar el clima de incertidumbre, lo que estimulará todavía más conductas precautorias y desalentará el consumo y la inversión que se necesitan para motorizar la recuperación", advierten.

"Medidas de estímulo bien diseñadas pueden ayudar cuando el Covid‑19 esté bajo control. Pero mientras la pandemia siga haciendo estragos, no puede haber regreso a la normalidad", sentencian. En consecuencia, plantean que "por ahora la clave está en reducir el riesgo y aumentar los incentivos al gasto", ya que mientras las empresas teman que la situación económica seguirá siendo desfavorable -en seis meses a un año- "pospondrán la inversión y al hacerlo demorarán la recuperación".

El único que puede romper este círculo vicioso, según Stiglitz y Rashid, es el Estado. "Los gobiernos deben hacerse cargo de los riesgos actuales, ofreciendo a las empresas compensación en caso de que transcurrido cierto lapso la economía todavía no se haya recuperado", sugieren.

Por lo mismo, proponen a los gobiernos analizar la emisión de vales de gasto para estimular el consumo privado, algo que explican que ya ocurre en China, donde alrededor de 50 municipios están entregando cupones digitales que pueden usarse para comprar productos en un plazo. "La fecha de caducidad los convierte en poderosos estimulantes del consumo y de la demanda agregada en el corto plazo, cuando más necesarios son".

Y como se asume que la pandemia durará mucho más de lo que se pensó inicialmente, "se necesitará todavía más estímulo", afirman. Ayudar a las empresas a pagar sueldos y enfrentae costos en proporcion a los ingresos perdidos, con la condición de que no despidan trabajadores, es una de las sugerencias de los expertos, que recuerdan que se ha implementado con éxito en varios países.

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