Economía

Un año de ajustes fiscales coloca a Ecuador en su peor momento desde 2016

Expertos vinculan el desempeño al impacto del acuerdo alcanzado con el FMI, el Banco Mundial y el BID.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Jueves 11 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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Ecuador ingresó formalmente al listado de las cinco economías latinoamericanas que cerrarán 2019 en negativo.

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Según el Panorama Económico Mundial del Fondo Monetario Internacional publicado el martes, la nación presidida por Lenín Moreno se contraerá 0,5% este año y se recuperará levemente en 2020, hasta un 0,2%.

Las proyecciones distan de las de hace un año, cuando el FMI calculaba que el Producto Interno Bruto crecería 2,2%. Ya en octubre, había revisado a la baja el dato a 0,7% y ahora repite la ecuación.

Es la primera cifra negativa para el PIB desde 2016, cuando el país -dependiente de los ingresos petroleros- sintió el impacto de la caída del precio del crudo y de la apreciación del dólar.

En marzo de este año, el Ejecutivo buscó financiamiento externo -por un total de US$ 10.200 millones- del FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para hacer frente a la falta de liquidez.

En entrevista con DF, el economista Juan Pablo Erraez, director económico de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), explicó que “ir a esas instancias implica poner las cuentas fiscales en orden y, por lo tanto, disminuir el gasto corriente y el fiscal. De ahí que la actividad económica se vea afectada y se produzca una contracción, mientras la actividad privada trata de suplir el rol que asumió el sector público en los años de bonanza de los precios de los commodities”.

Una breve recesión

Con Erraez coincidió Oxford Economics, que estimó en un reporte que “el acuerdo con el FMI prevé un ritmo agresivo de consolidación fiscal (de 5 puntos porcentuales del PIB) en los próximos tres años, lo que probablemente dará como resultado un crecimiento casi nulo en 2019 y 2020”. Y agregó que, incluso, se hace probable una breve recesión.

“Si se implementa con éxito, el programa debería situar la relación deuda/PIB en una trayectoria descendente para 2021 e inferior al límite de endeudamiento del 40% para 2023 (tras alcanzar un máximo de 49% este año)”, explicó la firma.

Sin embargo, señaló que los riesgos de implementación de las medidas de austeridad son elevados y pueden desencadenar oposición política y social, “especialmente si se da luz verde a la reforma fiscal en el cuarto trimestre (con un aumento impopular del IVA)”, y se reducen los subsidios a los combustibles nacionales”.

Según Erraez, el impacto social no se verá pronto, porque los recortes fiscales se producirían a partir del segundo trimestre de 2019. “Aún no hay sensación negativa, pero no descarto que luego haya malestar social”, dijo tras describir este año como uno “de reajustes de los desequilibrios que lamentablemente se tuvieron con el anterior gobierno”.

El también profesor de la IDE Business School de la Universidad de los Hemisferios afirma que el ajuste de todas esas inestabilidades permitirá lograr “un crecimiento más estable y coherente con nuestro tamaño de la economía y clima monetario que vivimos”.

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