EIU

Colombia cierra un año complejo con avances en la economía y en la paz

El escenario económico se vio fuertemente afectado por factores externos, especialmente la caída del precio global del petróleo.

Por: | Publicado: Jueves 31 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

En 2015, la escena política de Colombia estuvo marcada por avances y retrocesos en el proceso de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y el grupo guerrillero de izquierda Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El entorno económico se vio afectado por agentes externos, principalmente la caída mundial del precio del petróleo. El año acabó, sin embargo, con noticias positivas en ambas áreas, tras la revelación de un crecimiento económico mejor de lo esperado y un nuevo acuerdo histórico como parte de las conversaciones de paz.

El acuerdo entre el gobierno y las FARC para compensar a las víctimas que ha dejado un conflicto interno de más de 50 años, anunciado el 15 de diciembre, elevó el optimismo sobre las negociaciones. Durante gran parte de los anteriores 18 meses, el proceso se caracterizó por tropiezos e, incluso, por estar al borde del colapso durante el primer semestre a causa de la intensificación de la ofensiva militar de las FARC.

Sin embargo, el acuerdo de reparación para las víctimas, que siguió a un acuerdo sobre justicia de transición para los rebeldes firmado en septiembre, ha dado al proceso un nuevo impulso. Se trata del cuarto acuerdo que se alcanza dentro de agenda de negociaciones que incluye cinco aspectos y que las partes han discutido desde noviembre de 2012. Un tema sigue en debate: las condiciones para poner fin al conflicto, que incluyen una tregua bilateral indefinida, así como el desarme y desmovilización de las FARC.

El acuerdo de reparación de las víctimas fue facilitado por un contexto más favorable en las conversaciones desde mediados de julio, cuando las FARC declararon una tregua unilateral que habían abandonado dos meses antes. El gobierno respondió inmediatamente con el cese de la acción militar contra el grupo guerrillero. El tono menos confrontacional también dio lugar a una simbólica primera reunión entre Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño (alias Timochenko), a fines de septiembre, cuando las dos partes dieron a conocer la decisión que pone como fecha límite el próximo 23 de marzo para lograr un acuerdo definitivo.

Alta polarización

La oposición a las conversaciones de paz lideradas por el Centro Democrático (CD) partido de derecha encabezado por Álvaro Uribe (presidente entre 2002 y 2010) y senador desde 2014, no ha tenido éxito en la alteración de agenda de paz del gobierno en Congreso, pero tuvo un fuerte eco en amplios sectores de la población. Esto ha contribuido a una mayor polarización política y ha dificultado un consenso más amplio sobre el proceso de paz.

El CD rechaza las disposiciones de justicia transitoria que incluyen castigos poco severos para los delitos de las FARC contra los derechos humanos; aquellos que confiesan sus crímenes quedarán exentos de prisión e incluso podrán ser elegibles en la postulación a un cargo público. La oposición también ha criticado que en diciembre se aprobara en el Congreso una nueva ley, patrocinada por el gobierno, para llamar el camino a un plebiscito especial que valide un acuerdo final de paz con una tasa de participación más baja de la que por lo general se requiere. También rechaza una propuesta de reforma constitucional que crearía un órgano legislativo temporal especial y otorgaría al presidente “súper competencias” de corto plazo, ambas medidas dirigidas a cumplir con prontitud un acuerdo de paz definitivo.

El CD ha sido una fuerte voz contra el fin de la ofensiva militar del gobierno contra las FARC, el acuerdo de desminado alcanzado entre el gobierno y los guerrilleros en marzo de 2015 y la suspensión, desde principios de mayo, de la fumigación aérea de los cultivos ilícitos que realizaba el gobierno. Aunque el gobierno afirmó que lo último no había sido una concesión a las FARC y fue decidido por motivos sanitarios, la oposición argumentó que la medida contribuirá al incremento de los cultivos ilícitos, fortaleciendo así las finanzas de las FARC. Un estudio reciente de la ONU indicó que los cultivos de coca se dispararon 40% en Colombia en 2014 como resultado de los menores esfuerzos por la erradicación manual y aérea.

Economía vulnerable

En 2015, la economía se vio fuertemente afectada por factores externos, en particular, la dramática caída del precio global del petróleo dado el peso que el crudo tiene en las exportaciones de Colombia (55% a fines de 2014), la inversión extranjera directa (IED, 40%) y los ingresos fiscales (30%). El bajo precio del crudo y la producción interna volátil, afectada en parte por los ataques de las FARC en el primer semestre, hizo que los ingresos totales de las exportaciones de petróleo cayeran al menos 27% en 2015 según lo estimado. Con la disminución de las importaciones a un ritmo menor (en torno a 17%), el déficit de la cuenta corriente aumentó a un récord de 6% del Producto Interno Bruto, según datos de Economist Intelligence Unit. Esto contribuyó a una fuerte depreciación de la moneda, que se ve agravada por el fortalecimiento del dólar estadounidense y una menor inversión extranjera de cartera y directa.

El traspaso a los precios domésticos de una rápida depreciación del peso colombiano (40% en el año hasta el 21 de diciembre), junto con los choques de oferta en el sector agrícola, impulsados por el fenómeno de El Niño, hizo que la inflación haya llegado a un estimado de 6,5% en 2015, muy por encima de la meta de 4,2% establecida por el banco central. En respuesta, el emisor adoptó una política de fuerte ajuste monetario para contener las expectativas sobre la creciente inflación, con un aumento de la tasa de política monetaria de 125 puntos básicos (a 5,75%) entre septiembre y diciembre.

En el plano fiscal, la crisis del petróleo obligó al gobierno a imponer drásticos recortes presupuestarios en 2015 para que pueda cumplir sus objetivos del plan fiscal a largo plazo. Aun así, el gobierno elevó la meta de déficit fiscal de 2,4% del PIB en 2015 a 2,8% y luego a 3% (se estima que llegará a 3,1% este año). Aunque manejable, la situación fiscal es motivo de preocupación para 2016, ya que los ingresos del petróleo se reducirán aún más.

Pese a los desafíos, 2015 terminó con una nota positiva con un avance del PIB mejor de lo esperado en el tercer trimestre (3,2% anual), que eleva ligeramente nuestra estimación para el año completo, actualmente en 2,7%.

Este desempeño refleja un buen grado de resiliencia en el consumo de los hogares, que ha crecido con firmeza pese a inflación derivada de la reducción de los ingresos reales.

Lo más leído