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El dilema japonés de la jornada laboral

El gobierno busca eliminar el “karoshi”, como se denomina la muerte por exceso de trabajo.

Por: Economist Intelligence Unit | Publicado: Jueves 29 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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El gobierno de Japón evalúa diversas medidas para combatir el “karoshi”, un término local usado para referirse a la muerte por exceso de trabajo. Se espera que una reforma al código laboral sea presentada por un comité designado por el gobierno en marzo, la que podría derivar en una reducción en los pagos por horas extra.

La connotación pública que tuvo el suicidio de Matsuri Takahashi por una excesiva recarga de trabajo en Dentsu, una compañía japonesa de publicidad, en diciembre de 2015 aumentó la presión sobre el gobierno para que tome medidas ante un problema de décadas. Desde que ocurrió, se ha incrementado la vigilancia a las prácticas laborales. Sin embargo, la normativa aún no cuenta con suficientes mecanismos para castigar las prácticas deficientes.

Según el artículo 36, el pago y los límites para las horas extra quedan a discreción de los empleadores o los sindicatos. La cantidad promedio de horas extraordinarias actualmente asciende a 47 al mes. Sin embargo, un estudio realizado por el gobierno a las empresas y publicado en octubre reveló que 12% de los encuestados reconocía hacer más de 100 horas extra al mes. Un gran número de empleados también realizan “trabajo extra de servicio”, conocido como servicios “sangyo”, que no quedan registrados y por lo tanto no son remunerados. Muchos de ellos lo hacen para demostrar su lealtad hacia la compañía.

La muerte de Takahashi llevó a Dentsu a imponer un horario de cierre a las 10 de la noche, un ejemplo que ha sido seguido por otras empresas. El gobierno está explorando varias medidas, incluyendo una rebaja en los pagos por horas extra, y el concepto de “viernes premium”, que permitiría a los trabajadores retirarse a las 3 de la tarde el último viernes de cada mes. El principal objetivo sería aumentar el consumo.

Pero cualquier intento del gobierno por recortar las horas extra probablemente va a desatar la furia de una gran proporción de la fuerza laboral, que depende de esta alternativa para complementar sus ingresos.

Estrategia arriesgada

Esta estrategia implica riesgos a la baja. El peor escenario es que las horas extraordinarias dejen de registrarse pero los trabajadores tengan que seguir realizándolas. El segundo es que el declive en los ingresos tenga el efecto opuesto al deseado en la economía y lleve a una caída en el consumo. Los críticos del gobierno están pidiendo una reforma más amplia que incluya la prohibición de las actuales prácticas, como una estructura de pago basada en la antigüedad y discriminación por género.

Economist Intelligence Unit 

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