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Retiro 2020: la compleja reforma de pensiones que marcará el futuro de Suiza

Los cambios refuerzan la sustentabilidad del modelo. Pero los aportes aún deben aumentar y los beneficios tendrán que caer más.

Por: | Publicado: Viernes 26 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
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Suiza se prepara para afrontar un período crucial para su actual modelo de pensiones basado en un sistema público universal. A partir del 12 de septiembre, los diputados comenzarán a debatir Retiro 2020, una amplia reforma lanzada por el gobierno en 2012 que busca asegurar su sustentabilidad. Si es aprobada, será sometida a un referendo y de ser ratificada comenzará a regir en 2020.

Sin embargo, Retiro 2020 va en sentido contrario a AVSplus, una popular propuesta de moción que se va a votar el 25 de septiembre y que contempla aumentar todas las pensiones básicas del primer pilar en 10% en dos años, aunque sin especificar cómo se financiará.

Si se ratifica, AVSplus pondrá una carga adicional sobre un modelo que ya enfrentaba presiones. Según proyecciones de la ONU, Suiza pasará de una relación de 3,4 trabajadores por cada jubilado en 2015 a 2,1 en 2025. Así, el número de personas que financiarán el esquema caerá dramáticamente mientras que el de beneficiados aumentará. Según las autoridades, el modelo pasará de un pequeño superávit en 2017 a un déficit de 12.300 millones de francos (US$ 12.800 millones) para 2035 si no se toman medidas.

El parlamento estima que si se aprueba Retiro 2020, en la siguiente década esa brecha podría ser reducida de 8.300 millones de francos anuales a 1.000 millones. Sin embargo, con AVSplus, volvería a aumentar a 5.500 millones.

Cerca de 20% del costo adicional sería financiado por la confederación, lastrando las finanzas públicas, y sus partidarios proponen que el resto se pague a través de un alza en las contribuciones a cuenta del empleador, lo que frenará el crecimiento de mercado laboral.

El conservador Partido Popular de Suiza (SVP), el mayor grupo parlamentario y principal motor del sentimiento populista, se opone. Sin embargo, una encuesta publicada el 12 de agosto reveló 49% de apoyo a la iniciativa y 8% de indecisos.

EIU prevé que la medida será rechazada, pero representa un riesgo a la baja considerable para Retiro 2020.

Tres pilares

El sistema de pensiones de Suiza está formado por tres pilares. El primero, AVS, es un sistema obligatorio de reparto que está integrado por ancianos, los supervivientes del trabajador y los trabajadores incapacitados.

En el caso de los dependientes es financiado por el empleador y el trabajador, cada uno con 4,2% del sueldo bruto. Del gasto en AVS, 19,6% es financiado por un presupuesto de seguros de la confederación y 13,3% de los ingresos del IVA va a las pensiones de los supervivientes y ancianos mayores.

El segundo pilar son los fondos de pensiones ocupacionales destinados al mantenimiento del ingreso. Es obligatorio para todos los trabajadores dependientes que ganen más de 21.500 francos al año y es financiado con aportes del empleado y del empleador. Las contribuciones varían pero los empleadores deben aportar al menos lo mismo que el trabajador, y con frecuencia ofrecen más.

La proporción del salario asegurado se calcula con una fórmula compleja, y el retorno nominal mínimo sobre las contribuciones acumuladas (actualmente de 1,25%) y la “tasa de conversión mínima” para calcular los beneficios (6,8%) son fijadas por el gobierno.

El tercer pilar, los productos personales de pensiones, son una opción para mejorar adicionalmente el ingreso, especialmente para independientes de mayores recursos, como cuentas de ahorros con beneficios tributarios especiales.

La mayoría de los cambios de Retiro 2020 involucran al AVS, el más afectado por el envejecimiento de la población, porque paga las jubilaciones de los trabajadores ya retirados con los aportes de los empleados activos.

La reforma eleva la edad de jubilación estándar de las mujeres de 64 a 65 años, equiparándola con la de los hombres. Sin embargo, se flexibiliza el retiro voluntario entre los 62 y 70 años, permitiendo al trabajador recibir más o menos dinero, dependiendo de si se jubila antes o después de los 65.

El IVA, además, sería elevado de 8% a 9,5% y se introducirá también un mecanismo que automáticamente elevará los aportes de la confederación y congelará los ajustes a los beneficios si los fondos de compensaciones caen bajo un mínimo crítico.

En el caso del segundo pilar, el salario mínimo requerido será rebajado, mejorando la cobertura, y la edad mínima para aportar será reducida de 25 a 18 años. Además, los umbrales, descuentos y factores de evaluación ligados a la edad, usados para determinar los salarios y los aportes, acumulados serán modificados, afectando los beneficios.

Por último y más importante, la tasa de cobertura mínima usada para transformar las contribuciones acumuladas en beneficios mensuales será rebajada de 6,8% a 6%, reduciendo así los beneficios.

Equidad y sustentabilidad

Si como se espera AVSplus es rechazado, la reforma será un gran paso en mejorar la sustentabilidad del sistema, gracias a los menores beneficios. También ayudará a una mayor armonización, gracias a los cambios en los criterios de retiro por género y edad, y la mayor cobertura y flexibilidad del segundo pilar. Pero no son una solución definitiva y las autoridades deberán evaluar nuevas alzas en la edad de jubilación, políticas migratorias y reformas que aumenten la productividad, además de invertir los fondos de pensiones en mercados de mayor crecimiento, como los emergentes. Aún así, los aportes tendrán que subir y los beneficios bajar.

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