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¿Vaca sagrada? Avance del fundamentalismo hindú complica al gobierno de India

El cierre de los mataderos y el aumento del escrutinio en el transporte de vacas podrían añadir problemas a comunidades ya marginalizadas económicamente.

Por: | Publicado: Viernes 12 de mayo de 2017 a las 04:00 hrs.
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The Economist Intelligence Unit ha mantenido por largo tiempo la visión de que el primer ministro, Narendra Modi, enfrentará desafíos por parte de los elementos más duros de su Partido Bharatiya Janata (BJP) desde que asumió el poder en 2014. Seguidores de la ideología “Hindutva” buscan definir la política y la cultura india en términos de una mayoría hinduista. Sus visiones sobre la mezcla de comunidades en India a menudo varían desde una tolerancia a regañadientes hasta una hostilidad abierta. Aunque el BJP es la fuerza dominante en la política del país, el asunto clave es hasta qué punto su plataforma política será definida por la ideología Hindutva.

Durante todos los años que el BJP se mantuvo en la oposición, la propagación de la agenda Hindutva estuvo mayormente restringida a las esferas cultural y espiritual, y liderada por numerosas organizaciones sociales y culturales de la organización ideológica matriz del BJP, la Sangh Parivar. Ahora que el partido está en el poder, tanto a nivel central como en muchos de los principales estados, algunos miembros de grupos de derecha han encontrado una vía a través de la cual creen que pueden imponer la línea dura de las creencias Hindutva.

Violencia a la vista

Tras su abrumadora victoria en las elecciones del estado Uttar Pradesh en marzo, los líderes del BJP nominaron al Yogi Adityanath, un polémico sacerdote hindú, al puesto de primer ministro del estado. Adityanath tiene un accidentado historial en cuanto a relaciones comunales y ha sido abiertamente partidario de construir un templo hindú en Ayodhya, un disputado sitio religioso. Los conflictos sobre el terreno incitaron tensiones en la comunidad en el pasado, aunque Adityanath ha disminuido su retórica sobre el templo. Respaldar la construcción como primer ministro podría conseguir muchos votos en el estado –que envía más legisladores al parlamento que cualquier otra región en India– pero sin duda desatará violencia. Con las elecciones parlamentarias de 2019 aún lejos, es muy temprano para predecir si Adityanath correrán este riesgo.

Política de las vacas

Adityanath inició su período con una campaña populista para clausurar los mataderos ilegales. Aunque la medida está dirigida aparentemente a los lugares que operan sin la licencia y permisos requeridos, el impulso también está ligado a reclamos de que los mataderos están faenando vacas (como en casi todos los estados y territorios de India, la matanza de las vacas es ilegal en Uttar Pradesh).

El problema del consumo de carne ha asumido una nueva importancia política en India desde que el BJP asumió el poder. A nivel estatal, el gobierno de Haryana prohibió el faenamiento de vacas en 2016; el estado occidental de Maharashtra le siguió en enero de 2017. En marzo, la asamblea estatal de Gujarat, estado natal de Modi, votó por endurecer la pena por matar vacas a prisión de por vida y por elevar la sentencia por transportar vacas hasta los mataderos a diez años de cárcel.

Aunque estos cambios legislativos sobre el consumo de carne bovina implican endurecer las leyes existentes, aún son motivo de preocupación. Muchos grupos en India –incluyendo algunos hindúes en el sur– tradicionalmente han consumido carne; los musulmanes y ciertos grupos hindúes de las castas inferiores dependen de la industria o de trabajar con productos derivados de la vaca para su supervicencia. La industria de la carne está dominada por los musulmanes; el cierre masivo de los mataderos y el aumento del escrutinio en el transporte probablemente añadan problemas a comunidades ya marginalizadas económicamente. Según reportes de medios, al menos diez hombres musulmanes han sido asesinados por vigilantes de vacas en los últimos dos años, bajo acusaciones de matar a los animales o transportarlos a los mataderos.

Tendencia peligrosa

El 3 de mayo, el primer ministro de Bengala Occidental, Mamata Banerjee, salió en defensa de la actriz Kajol Mukherjee, quien había sido criticada online por subir un video de un plato que algunos creían que contenía carne de res. Banerjee además consideró que el creciente prejuicio hacia el consumo de alimentos era una tendencia peligrosa.

El fuerte crecimiento de grupos extremistas hindúes de derecha se refleja en la politización de la comida.

Bajo la luz del difícil panorama político y del alza del riesgo de ser señalado por grupos vigilantes, algunos campesinos y dueños de lecherías temen comprar o transportar ganado, asustados por enfrentar violencia callejera.

Este temor ha obstruido los suministros para unidades de exportación de carne de búfalo en Uttar Pradesh, que suministra más de la mitad del volumen total de exportaciones del país. Los ingresos por exportación de carne de búfalo ha venido creciendo a una tasa de 30% por cerca de una década. Las medidas podría perjudicar las perspectivas de exportación de India, luego de que el país se convirtiera en el mayor exportador por volúmen del mundo en 2015, por encima de Brasil y Australia.

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