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Apple necesita ganar la carrera de los software, no la de los dispositivos

A medida que se alarga el ciclo de vida de los iPhone y la compañía amplía el rango de sus precios, también apunta a generar más ingresos desde otros productos.

Por: Richard Waters | Publicado: Lunes 10 de septiembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Esta semana, cuando Apple se embarque en su ritual anual más importante al revelar su nuevo iPhone, un detalle acaparará todas las miradas: el precio. El año pasado, el valor de US$ 1.000 generó rechazo en algunos círculos y acusaciones de que exageraba sus precios. Pero la ira estaba mal enfocada.

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Los clientes de Apple constituyen uno de los grupos de consumidores más atractivos del mundo. Se estima que hay entre 700 millones y 800 millones de usuarios de iPhone activos, y han tenido históricamente ingresos más altos que los dueños de teléfonos Android. Para un subgrupo relevante, el costo no será un problema. Este es el dispositivo más importante en sus vidas. Si es que hay alguno, el truco de Apple ha sido darles una excusa para pagar más.

Es hora de impulsar el precio nuevamente. El ciclo de vida de un iPhone se ha alargado. Hace tres años, el usuario promedio compraba un nuevo dispositivo cada 2,4 años, según el exanalista de Wall Street Gene Munster, quien ahora trabaja en Loup Ventures. Esa brecha ha crecido a un promedio de 3,5 años.

Desde la llegada hace cuatro años del iPhone 6, con su pantalla más grande, han existido menos razones cada año para hacer el cambio. Alguna vez, la mayoría de los usuarios cambiaban ansiosa y frecuentemente sus teléfonos (y en países como EEUU la mayoría de los planes cubría el costo de reemplazos regulares). Ahora, cualquier insinuación de obsolescencia programada –como el deterioro en la duración de la batería– genera ira.

La buena noticia es que hay muchos más usuarios que los que había antes, lo que significa que incluso con el flojo ritmo de los reemplazos no ha habido una caída estrepitosa en las ventas.

Pero la intención de subir de gama de teléfono se ha vuelto una variable que es difícil de ignorar. Entre 150 millones y 175 millones de usuarios de iPhone ahora tienen equipos que tienen entre dos y tres años de edad, según Neil Cybart, un analista de Above Avalon que monitorea Apple. Eso podría generar un salto significativo en las ventas durante 2019. Por otro lado, muchas de estas personas podrían mantenerse con el mismo equipo por otros dos o tres años.

Mayores precios

Todo esto ha generado una suerte de languidez próspera para iPhone. Las ventas llegaron a un peak con el lanzamiento del iPhone 6. La mayoría de las estimaciones sugiere que las ventas del próximo año todavía estarán por debajo de los 231 millones comercializados en 2015.

Eso hace que el espacio que tiene Apple para aumentar los precios sea relevante. Lo hizo con el iPhone 6 Plus, que logró un incremento de 11% en el precio de venta promedio. Este año, las cifras han sido aún más impresionantes, con un salto de 15% en los primeros nueve meses del año financiero, gracias a su modelo X.

Incluso con un nuevo aumento en la parte superior del rango, otro incremento grande en los proveedores de servicios de aplicaciones (ASP, su sigla en inglés) es improbable. Si es que se mueve, la banda de precios probablemente se amplíe en los próximos años. Los iPhone de segunda mano y otros traspasados entre personas representaban 21% de la base total de usuarios en 2016, según Morgan Stanley, una proporción que los analistas esperan que suba a 36% para 2024. Con la competencia por parte de sus propios modelos anteriores, Apple necesitará mantener la parte inferior del rango de precios bajo, para incentivar a los usuarios a que compren uno nuevo.

Esto ayuda a explicar con cuánta profundidad la historia de Apple ha estado cambiando y por qué el evento anual de lanzamientos de iPhone no es todo lo trascendental que solía ser para los fanáticos de la empresa en Wall Street.

Acciones al alza

A pesar de la baja perspectiva de crecimiento de las ventas de iPhone en los próximos años, las acciones de Apple han atravesado una suerte de calificación propia. Han escalado 38% en los últimos doce meses, cerca de 50% más que el resto del índice Nasdaq Compuesto que integran.

Parte de ello refleja la inyección del efectivo que la empresa tenía fuera del país tras la reforma tributaria en EEUU. Pero algo más ha pasado. Los inversionistas han comenzado a ver el iPhone cada vez más como el ancla de un ecosistema más amplio que ofrece nuevas maneras de generar dinero. Por ejemplo, las extensiones de hardware como el Apple Watch contribuirán con 30% de los ingresos totales de Apple en los próximos cinco años, según Morgan Stanley.

Y, lo que es más significativo, se proyecta que 62% del crecimiento venga de la venta de contenido y servicios. Y gracias al mayor margen de ganancias, 90% del crecimiento de las ganancias de la compañía antes de los intereses e impuestos dependerá de cosas como la App Store, Apple Music y iCloud, estima Morgan Stanley.

Han pasado sólo dos años desde que Wall Street se rascaba la cabeza con el esfuerzo de atraer más atención a su negocio de servicios. Fue visto como un intento de distraer frente al crecimiento desacelerado del iPhone. La pregunta de la mayoría de los inversionistas hoy es muy diferente: ¿Puede Apple inyectar un gen de servicios de gama global a su ADN de hardware?

El CEO, Tim Cook, se jugará todas sus cartas esta semana para mantener la atención concentrada en el dispositivo que dio pie a la revolución del smartphone. Pero para apreciar completamente las perspectivas de Apple, el foco ya ha cambiado.

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