FT Español

Brasil lucha con una maraña de leyes tributarias

Una encuesta reciente mostró que un 52% de los parlamentarios de la nación cree que se aprobarán cambios al sistema tributario en el primer trimestre del próximo año.

Por: B. Harris, A. Schipani y C. Pulice | Publicado: Martes 17 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-
Foto: Reuters
Foto: Reuters

Compartir

Sao Paulo

Joao Carlos Brega no esconde su exasperación mientras escupe una lista de números para explicar la complejidad del sistema tributario de Brasil.

Imagen foto_00000002

“Hay más de 40 impuestos diferentes y para cada uno hay subítemes, sumando 394 mil... muchos de los cuales se contradicen entre ellos. Una empresa acá gasta cerca de 2.600 horas al año atendiendo requerimientos tributarios”, dijo el presidente de Whirlpool Latinoamérica.

“Y es casi imposible para cualquiera cumplir al 100% porque cada día están publicando reglas nuevas”.

La preocupación de Brega se replica en directorios en todo el país más grande de Latinoamérica, donde las empresas han estado sometidas por décadas a un régimen tributario kafkiano de reglas que cambian constantemente y regulaciones opacas.

Pero ahora, impulsados por la aprobación de la esperada reforma de pensiones este año, funcionarios en Brasilia han volcado su atención hacia simplificar uno de los sistemas tributarios más complejos del mundo.

Es una meta ambiciosa. Varias administraciones han impulsado reformas tributarias, sólo para que las propuestas tropiecen con la presión del lobby político e intereses profundamente enrraigados, generalmente a niveles estatales y municipales. Los legados históricos y una falta de confianza han impulsado por años la resistencia de los 27 gobernadores de la nación y miles de alcaldes a cualquier intento de centralizar la recolección de impuestos.

El optimismo, sin embargo, está creciendo de que entre la inclinación reformista del gobierno, un Congreso empático y el clamoroso sector corporativo, las estrellas se hayan alineado para aprobar una ley que podría atraer inversión e impulsar a la titubeante ecomomía de Brasil.

Una encuesta reciente mostró que un 52% de los parlamentarios de la nación cree que se aprobará una forma de reforma tributaria en el primer trimestre del próximo año.

“Hacer los impuestos acá es un hoyo negro de miseria, predador y demandante. Una reforma cambiaría las vidas de todos los directores de finanzas”, dijo Kevin Gibson, director ejecutivo para Latinoamérica de Robert Walters, el grupo de reclutamiento.

Tiempo perdido

A una empresa brasileña mediana le toma cerca de 2 mil horas prepararse y pagar impuestos, según datos del Banco Mundial, la cifra más alta por lejos en el mundo. En contraste, a una empresa estadounidense le toma 175 horas y a un grupo británico le toma 105 horas.

Durante los últimos 30 años, se cambió un promedio de 35 reglas tributarias al día, o 1,45 cada hora, según el Instituto Brasileño de Planificación y Tributación. El Índice de Complejidad Tributaria global, elaborado por LMU Munich y Paderborn University, deja a Brasil en el último lugar.

“Nunca he visto nada como esto en mi vida. Brasil es simplemente una bestia diferente”, dijo Laurent Kabbabe, director de finanzas de Louis Vuitton para Sudamérica.

Hay tres propuestas sobre la mesa: una del gobierno y otro de cada una de las cámaras del Congreso. En varios niveles, todos comparten un objetivo común de simplificar el exceso de impuestos de Brasil unificándolos en paquetes manejables.

“Tenemos tres niveles de impuestos en el país: federal, estatal y municipal (y) no hay conexión entre ellos. Así es que tenemos un gobierno federal, pero tenemos 27 estados diferentes. Y más de 5 mil ciudades. Es por eso que el sistema tributario es tan complejo”, aseguró Douglas Mota, socio tributario de la firma legal Demarest.

“Y más aún, tenemos vastas obligaciones y muchas multas si no estás en regla. No es un problema de la carga tributaria, es un problema de complejidad e incertidumbre legal”, afirmó Mota, agregando que es probable que las propuestas sean neutras en ingresos para el gobierno. De los tres potenciales modelos, una propuesta del parlamentario Baleia Rossi en la cámara baja es la más avanzada. Busca crear un impuesto general a los bienes y servicios unificando cinco gravámenes diferentes a nivel federal, estatal y municipal.

Plan controvertido

La propuesta, sin embargo, es controvertida y es probable que sea resistida porque “cambia la forma en que los estados reciben ingresos”, dijo Lucas Galvao, socio del bufete Barros Carvalho Advogados, apuntando a la profunda oposición a cualquier plan federalizado de recolección de impuestos.

También es probable que el plan, que estaría sujeto a un período de transición de 10 años, moleste al sector de servicios de la nación, que experimentaría “aumentos mareadores” en sus obligaciones de pago, añadió Galvao. La industria, por el otro lado, se beneficiaría.

La propuesta del gobierno, entretanto, intenta evitar una confrontación con los estados y municipalidades al enfocarse en la creación de un Impuesto al Valor Agregado (IVA) a nivel federal. También se cree que el gobierno está considerando un impuesto a los dividendos en una próxima fase.

“Nadie está pidiendo una reducción (en los gravámenes). Reconocemos que es necesario que el gobierno pague sus gastos. Pero reducir la complejidad es obligatorio y necesario tan pronto como sea posible”, aseguró Brega.

La complejidad significa que las empresas se ven obligadas a rellenar sus equipos de finanzas con personal junior que los ejecutivos dicen que no agregan valor a las compañías.

“La reforma tributaria es una de las claves para liberar el potencial de Brasil. Simplificar el sistema tributario liberará recursos para las empresas y el gobierno”, afirmó Tiago Azevedo, director de finanzas del grupo de comercio electrónico Mercado Livre.

Lo más leído