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Buenas noticias: las nuevas tecnologías de la información pueden sacudir al sector financiero

Por: | Publicado: Miércoles 9 de marzo de 2016 a las 04:00 hrs.
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Las tecnologías de la información han alterado el negocio del entretenimiento, medios y retail y, más recientemente, la oferta de habitaciones de hotel y taxis. ¿Va a hacer lo mismo con las finanzas? Mi primera respuesta es: por favor. Mi segunda respuesta es: sí.

Como ha dicho Bill Gates, “Siembre sobreestimamos el cambio que ocurrirá en los próximos dos años y subestimamos el cambio que ocurrirá en los próximos diez. No se deje sosegar en la inacción”. Este consejo se aplica a la gente del negocio, pero también a las autoridades.

Las finanzas son un negocio de información. De hecho, ya gasta una mayor proporción de sus ingresos en tecnologías de la información que cualquier otro. El sector parece listo para ser sacudido por las tecnologías de la información. Considere sus tres funciones esenciales: el pago; la intermediación entre el ahorro y la inversión; y los seguros. Todas estas actividades son intensivas en información. La gente necesita saber que las cuentas se han pagado. Necesita entender cómo se está utilizando su riqueza y saber que sus riesgos están cubiertos. No menos importante, los intermediarios necesitan entender lo que están haciendo.

Hoy, los bancos y compañías de seguros son el núcleo de las instituciones financieras. Los bancos gestionan sistemas de pago, crean la mayoría del dinero de la economía, son responsables de una gran proporción de la intermediación financiera, son los creadores de instrumentos financieros y actúan como creadores y agentes de mercados. De forma similar, las compañías de seguro juegan un rol central en la asignación y gestión de riesgos.

¿Por qué uno podría esperar que la nueva tecnología financiera, o “Fintech” como se la conoce, transforme estos negocios? La respuesta, específicamente para el sector bancario, es que actualmente no se hacen muy bien. La banca parece ineficiente, costosa, plagada de conflictos de interés, con tendencia a un comportamiento poco ético y, no menos importante, capaz de generar enormes crisis.

En un reciente discurso sobre las posibilidades de una revolución financiera, Andrew Haldane, del Banco de Inglaterra, señaló que, sorprendentemente, el costo unitario de la intermediación financiera en Estados Unidos parece no haber cambiado en un siglo. Por otra parte, los ingresos de las finanzas sólo suben y bajan con el valor de los activos. Esto sugiere una gran cantidad de extracción de renta. Adicionalmente, diez millones de hogares estadounidenses y 1,5 millón de adultos en Reino Unido aún no tienen cuentas bancarias. A nivel mundial, los bancos generan asombrosos ingresos de US$ 1,7 billón (millón de millones), 40% del total, del trabajo de hacer pagos. En la era de la computación, la solución todavía puede tardar horas o días.

Sobre el comportamiento, como ha escrito John Kay, “partes del sector financiero hoy… muestran tener los más bajos estándares éticos de cualquier industria legal”. El pago de grandes multas parece ser visto sólo como un costo de hacer negocios. Finalmente, las crisis bancarias posteriores a 2007 fueron tan grandes como cualquiera en el pasado. Que su impacto económico no fuera peor que antes fue debido a la disposición de los gobiernos para rescatar a los bancos.

La nueva tecnología podría ayudar a cambiar esto en al menos dos formas. Primero, podría transformar los pagos. Una posibilidad son las liquidaciones en tiempo real a través de “distributed ledgers” o contabilidad distribuida, un elemento de la tecnología de las bitcoins. Las ventajas de las liquidaciones instantáneas son evidentes. La ventaja de la contabilidad distribuida es que fortalece el mantenimiento de registros. En lugar de centralizar las cuentas, la base de datos sería compartida a través de una red de sitios, cada uno de los cuales podría tener una copia idéntica. Estas tecnologías podrían revolucionar los pagos domésticos y extranjeros. Muchas empresas están ya buscando esta posibilidad.

Una segunda transformación podría ser a través del préstamo entre pares (peer-to-peer), en el que las nuevas plataformas desintermedian el negocio tradicional acercando a ahorristas con inversiones. Este tipo de préstamos está creciendo rápidamente. La teoría aquí es que la información computerizada podría permitir a los ahorristas prescindir totalmente de los (costosos) servicios de los banqueros.

Los optimistas imaginan un futuro en que los pagos, la creación de dinero (activos incuestionablemente líquidos y seguros), y la intermediación podrían separarse. En este caso, la capacidad del sector bancario de crear caos sería reducida y también los peligros creados por el apoyo del Estado a las instituciones privadas. Sin embargo, es demasiado pronto como para estar seguros de esos beneficios. De hecho, es fácil ver cómo un nuevo sistema de registro y de pagos podría crear enormes problemas de seguridad. De forma similar, las oportunidades de malversación también existen en las plataformas entre pares. En realidad, estos son inevitables en transacciones que se apoyan en promesas avaladas por un futuro inherentemente incierto.

Una fuente potencial de transformación es a través del “big data”. Esto podría transformar la calidad del préstamo, por ejemplo, lo que sería algo bueno. Pero los efectos más llamativos estarán probablemente en los seguros. Con nuevos dispositivos de vigilancia, las aseguradoras podrían obtener un conocimiento directo de la calidad de la conducción o del estado de salud de sus clientes. Tal información podría ser utilizada para motivar mejoras en sus comportamientos.

Pero también es posible imaginar mejoras tan profundas en la información que las encuestas de riesgo, los pilares de los seguros, desaparecerían. Si, por ejemplo, la aseguradora sabe con elevado nivel de certeza que algunos clientes podrían adquirir una determinada enfermedad, esa persona se convertiría en inasegurable. En seguros, algo de ignorancia es una bendición. Al menos, la forma en que la información se obtiene y utiliza podría crear enormes problemas sociales.

En el balance, las posibilidades que ofrece la aplicación de tecnologías de la información a nuestro sistema financiero parecen grandes.

La dificultad podría ser más bien asegurar que los beneficios se generen esta vez para la población más que para un pequeño número de operadores tradicionales o incluso para sus reemplazantes más dinámicos. Las finanzas, particularmente la banca, necesitan una revolución. Pero por esa misma razón, la revolución requiere también una vigilancia cuidadosa.

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