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Cinco tácticas para negociar un aumento de sueldo

Pedir más dinero es incómodo, pero las investigaciones muestran cómo hacerlo más fácil y efectivamente.

Por: Gillian Ku, Financial Times | Publicado: Viernes 17 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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El trabajo y los negocios están inextricablemente ligados al dinero. Trabajamos por dinero y la vida laboral diaria involucra transacciones monetarias: recomendamos a otros para que reciban aumentos de sueldo, establecemos tarifas por nuestro tiempo y negociamos presupuestos.

Sin embargo, muchos de nosotros nos sentimos incómodos hablando de dinero y pidiendo un aumento salarial en el trabajo. Existen diversas razones que lo explican, pero quizás la más importante sea que, como empleados, a menudo carecemos de información: no sabemos cuánto valemos, cuánto se les paga a otros, cuánto están dispuestos a pagarnos los empleadores.

Con tal desventaja, el proceso de hablar de dinero se vuelve desalentador; como mínimo, nos volvemos inseguros de cómo comenzar la conversación y de qué pedir.

La relación que tú tengas con tu empleador puede exacerbar esta carencia de información. Si tienes una buena relación con tu jefe, es probable que sientas que hablar de dinero pudiera perjudicarla, lo cual pudiera afectar tanto tu experiencia diaria como tus perspectivas de carrera a largo plazo. Del mismo modo, si no tienes una buena relación con tu gerente, las preguntas relacionadas con el dinero pudieran perjudicar tu puesto.

Algunas investigaciones muestran que es probable que las mujeres estén preocupadas de que pedir más dinero se considere agresivo. Muchas personas piensan que las mujeres (agradables) no piden dinero y, si lo hacen, tal vez no sean tan agradables después de todo. Por lo tanto, es posible que las mujeres teman una reacción negativa y, a menudo, son reacias a pedir un aumento salarial.

Por ejemplo, una investigación estudió a graduados de magíster en administración de empresas y descubrió que las mujeres eran menos dadas a negociar sus salarios iniciales. Por ende, las mujeres tenían salarios iniciales significativamente más bajos que los hombres.

Al unir toda esta información, no es sorprendente que hablar y pedir cierta cantidad de dinero sea algo que muchas personas temen. Los siguientes consejos se basan en una gran cantidad de investigación que puede ayudarnos a hacerlo más efectiva y confiadamente.

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Obtén toda la información que puedas

Ármate con información. En las negociaciones salariales, piensa en lo que vales. Esto significa saber cuánto se les paga a quienes están en tu puesto (interna y externamente). Las encuestas de sueldos en línea pueden ser muy útiles, pero también habla con amigos, mentores y contactos que se sientan cómodos compartiendo esta información. Este paso significa pensar en el valor que aportas en términos de tu experiencia y de tu desempeño comprobado.

También necesitas información acerca de tu empleador. ¿Han otros intentado negociar mejores salarios? ¿Cuál ha sido la reacción? ¿La empresa (o unidad o equipo) está experimentando un crecimiento o declive que pudiera afectar su capacidad de brindarte lo que deseas? ¿Cuál es la política de la compañía en relación con el salario?

Es posible que nunca tengas información perfecta. Pero cuanta más puedas obtener, más fuertes y más racionales serán tus argumentos.

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Considera obtener otra oferta

Aún más poderoso que tener información es tener otra oferta de trabajo. Aunque puede ser agotador obtener entrevistas y una oferta de trabajo, tener una oportunidad alternativa es increíblemente útil. En primer lugar, te muestra la condición del mercado: ¿hay opciones más atractivas en otros lugares o es tu actual trabajo tal vez realmente deseable? Más importante aún, una oferta externa proporciona un punto de referencia muy concreto e innegable de tu valor.

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Piensa en todos los asuntos

A la mayoría de nosotros nos importa mucho más que sólo el dinero. Por lo tanto, aunque el dinero pueda ser “rey”, reflexiona acerca de los otros asuntos que son importantes para ti y acerca de los cuales pudieras desear hacer preguntas. Estos pudieran incluir salario, bonificaciones e incentivos (monetarios, pero basados en el desempeño), oportunidades de capacitación y el equipo con el que trabajas. Nuestra felicidad no está únicamente definida por el dinero; tal vez estarás satisfecho y serás productivo trabajando por el mismo salario, pero con otros beneficios e incentivos.

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Prepárate bien y haz la primera oferta

Una vez que hayas reunido información, sopesado alternativas y pensado en todos los temas que deseas discutir, considera el mínimo que estarías dispuesto a aceptar, así como tu paquete ideal. Ten confianza en tu preparación y pide lo que deseas. Aunque a menudo existe debate acerca de quién debe hacer la primera oferta, las investigaciones claramente muestran que hacer la primera oferta te permite “anclar” las discusiones a tu favor.

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Piensa acerca de a quién y cómo pedir

Una última consideración es tener en cuenta a quién presentar una petición. Habla con la persona que se preocupa más por ayudarte y con la persona que puede presionar para que se te den las cosas. Con suerte, ambas son la misma persona. Si no es así, es posible que tengas que considerar pedirle a la persona que te tiene aprecio que te ayude a acercarte a quien toma las decisiones. Recuerda pedir educadamente y encontrar un momento que sea conveniente para la otra parte. Como ejemplo extremo, es mejor evitar dar groseramente un ultimátum justo antes de que tu jefe tenga una reunión con la junta directiva.

Cuando se trata de discutir y de pedir dinero, todos nos ponemos nerviosos e incómodos. Pero no estás solo, y puedes aprender de una gran cantidad de investigaciones. ‘El que no llora, no mama’ es un refrán trillado pero verdadero, así que prepárate minuciosamente y haz tu petición educadamente.

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