FT Español

Destitución del presidente peruano apunta a resurgimiento del populismo en Latinoamérica

El juicio político a Martín Vizcarra anuncia más problemas para los pragmáticos de la región. En Chile, es probable que la contienda de noviembre en un país antes celebrado por su moderación se libre entre populistas de izquierda y derecha.

Por: Financial Times. Traducido por Renato García J. | Publicado: Miércoles 11 de noviembre de 2020 a las 13:33 hrs.
  • T+
  • T-
La destitución de Vizcarra fue solo la última señal de la fuerza que la pandemia de coronavirus ha prestado a los populistas de América Latina. Foto: Presidencia del Perú
La destitución de Vizcarra fue solo la última señal de la fuerza que la pandemia de coronavirus ha prestado a los populistas de América Latina. Foto: Presidencia del Perú

Compartir

Michael Stott, editor de América Latina

El costo humano y el daño económico causado por la pandemia de coronavirus han afectado a América Latina más que a cualquier otra región en desarrollo.

A medida que decenas de millones de latinoamericanos vuelven a caer en la pobreza y empeoran las enormes desigualdades de riqueza y oportunidades, los populistas han ganado una nueva fuerza. Era sólo una cuestión de tiempo antes de que reclamaran la cabeza de los gobiernos tecnocráticos favorables al mercado de la región.

El pragmático presidente centrista de Perú Martín Vizcarra fue el primero. Después de que el Congreso votara 105-19 para acusarlo el lunes por denuncias de corrupción, Vizcarra decidió no pelear. En cuestión de horas, abandonó el palacio presidencial y se fue a casa, dejando un país en confusión.

Vizcarra niega las acusaciones de corrupción, es muy querido por los peruanos y los inversionistas y no planeaba ir por la reelección en abril. Pero nada de eso fue suficiente para salvarlo de un congreso populista y rencoroso en medio de una de las peores emergencias por coronavirus. Una cuarentena prolongada y estricta devastó la economía, pero no logró salvar al país del segundo mayor número de muertes por virus per cápita del mundo.

“Perú es un caso de estudio de populismo a punto de ocurrir”, dijo Christopher Sabatini, becario para América Latina de Chatham House. “Hay una fiebre anticorrupción en Perú que se remonta a (la década de 1990). La lucha contra la corrupción es una herramienta que utilizan los populistas con mayor eficacia y existe una combinación tóxica de un sistema de partidos colapsado y una fiebre de corrupción que ahora está afectando a Vizcarra".

El nuevo presidente interino de Perú es el presidente del Congreso, Manuel Merino. Para alarma de los inversionistas, Merino ha respaldado una serie de iniciativas populistas, entre ellas permitir dos veces a los peruanos retirar una parte anticipada de sus ahorros de pensiones, además de una ley que congela los pagos de deuda a los bancos y una ley que suspende los pagos de peajes en las carreteras.

“La crisis económica después de la pandemia es enorme y muchos legisladores están tratando de parecer útiles a la gente”, dijo María Luisa Puig, quien sigue a Perú para la consultora Eurasia. "Están ansiosos por ganar el apoyo del público".

También te puede interesar: Manuel Merino asume la Presidencia de Perú y confirma que la prioridad será la reactivación económica

Regreso triunfal

La destitución de Vizcarra fue solo la última señal de la fuerza que la pandemia de coronavirus ha prestado a los populistas de América Latina.

En la vecina Bolivia, el expresidente Evo Morales regresó triunfalmente el lunes a un país del que huyó el año pasado después de que sus esfuerzos por asegurar un cuarto mandato consecutivo en el cargo se vieran empañados por acusaciones de fraude electoral. Su Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvo una abrumadora victoria en las elecciones del mes pasado, una dura reprimenda a una administración provisional conservadora respaldada por Estados Unidos y la Unión Europea.

Los dos países más grandes de América Latina, Brasil y México, están gobernados por líderes populistas que disfrutan de una estrecha relación de trabajo con Donald Trump. Han minimizado la pandemia y han mantenido alta su popularidad al resistir cuarentenas fuertes y enfatizar la necesidad de mantener la economía en marcha, a pesar de algunas de las cifras de muertes más altas del mundo.

El próximo en enfrentar la marea populista será Ecuador, donde se celebrarán elecciones presidenciales en febrero. En un guión ahora familiar, el gobierno de centro-derecha del presidente Lenín Moreno, favorable a los inversionistas, tiene bajas calificaciones en las encuesta de opinión en medio de la devastación provocada por la pandemia y el populista de izquierda Andrés Arauz está presentando un fuerte desafío.

El turno de Chile

Más adelante el año que viene, será el turno de Chile. El antes modelo de desempeño económico de América Latina ha visto erosionada su imagen favorable entre los inversionistas por una ola de disturbios en protesta por la desigualdad y los servicios públicos deficientes. El presidente Sebastían Piñera no volverá a postularse y es probable que la contienda de noviembre en un país antes celebrado por su moderación se libre entre populistas de izquierda y derecha. Un alcalde comunista está entre los favoritos.

Shannon K O’Neil, investigadora principal para América Latina del Council on Foreign Relations en Nueva York, señaló que los latinoamericanos habían estado exigiendo más de sus gobiernos incluso antes de la pandemia. Ahora, dijo, “es un momento perfecto para que los populistas entren, ya sea de izquierda o de derecha. Este es un terreno muy fértil para que los forasteros se aprovechen de las ventajas políticas”.

Lo más leído