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El débil crecimiento del comercio mundial llegó para quedarse

¿Es porque la economía global está más lenta? ¿Es porque algunas oportunidades se han agotado? ¿O es por el proteccionismo?

Por: Financial Times | Publicado: Miércoles 26 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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¿Se está revirtiendo la globalización? No, pero perdió su dinamismo, sobre todo en el caso del comercio, durante décadas el motor de la integración económica global. La pregunta, sin embargo, es por qué su crecimiento se ha frenado. ¿Es porque la economía global está más lenta? ¿Es porque algunas oportunidades se han agotado? ¿O es por el proteccionismo?

La respuesta es “sí” a las tres hipótesis, en distintos grados, dice el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último Panorama Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés).

Entre 1960 y 2015, el comercio internacional ha aumentado en promedio un 6,6% en términos reales, mientras que la producción creció en promedio 3,5%. Entre 2008 y 2015, sin embargo, el crecimiento anual promedio del comercio mundial fue de 3,4% en términos reales, mientras que la producción mundial creció 2,4%. No sólo se ha ralentizado el crecimiento de comercio, sino que la brecha entre este y la producción, cayó bruscamente.

El FMI concluye que el crecimiento bajo en volúmenes de comercio es en mayor parte resultado de la ralentización económica sincronizada en economías desarrolladas y en desarrollo. También agrega que “entre los bienes, el crecimiento comercial bajó en 85% de las líneas de productos, con el mayor retroceso en bienes capitales e intermedios”.

El estancamiento post-crisis en las inversiones fue especialmente significativo, dice el FMI, porque es relativamente dependiente de las importaciones. Este cambio en la composición de la producción mundial ayuda a explicar por qué la ralentización en el comercio mundial fue proporcionalmente más grande que en la producción. En total, “hasta tres cuartos del descenso en el crecimiento de las importaciones de bienes reales en 2003-2007 y 2012-2015 puede ser atribuido a la débil actividad económica”.

Este análisis sugiere que el comercio internacional se recuperará, ya que la economía mundial y las inversiones están mejorando. La posición, sin embargo, no es tan simple. El FMI se enfoca en otros dos factores que considera importantes: proteccionismo y estancamiento post-crisis de la tendencia a largo plazo hacia un aumento del comercio dentro de las “cadenas de valor”.

La división de trabajo entre economías, cuando algunas producen componentes solicitados en otras, aumentó el comercio dentro de estas cadenas de producción desde los años ‘90. Eso puede ser medido por el contenido importado en las exportaciones de un país, junto con el contenido doméstico de exportaciones posteriormente utilizadas por los socios comerciales en sus propias exportaciones, dividido entre exportaciones brutas. La proporción creció hasta 2008, pero luego se estancó. Eso marca al menos la interrupción de significantivas formas de integración productiva entre fronteras.

La historia sobre el proteccionismo puede no ser completamente independiente de la de las cadenas de valor. Aquí, también, la historia tiene matices. La baja en aranceles promedio se frenó a principios de los años 2000, cuando las reducciones acordadas en la ronda de negociaciones de Uruguay y el ingreso de China a la OMC siguieron su curso.

También existe evidencia de un ascenso reciente en las barreras no arancelarias al comercio. Al mismo tiempo, la cobertura de tratados de libre comercio ha seguido creciendo, aunque a una tasa levemente menor.

El destino de los tratados más ambiciosos, el Acuerdo Transpacífico (TPP, ya acordado pero no ratificado) y el Acuerdo de Inversión y Comercio Transatlántico (muy lejos de estar acordado) siguen en la incertidumbre.

Por estas razones, dice el FMI, las tasas de crecimiento de las importaciones entre 2012 y 2015 han estado cerca de 1,75 puntos porcentuales por bajo, en promedio, de lo que se habría esperado a partir de las relaciones históricas entre flujos comerciales y actividad global. También es posible que la desaceleración del comercio, a su vez, haya contribuido a una debilidad en el crecimiento, incluyendo el de la productividad.

De este modo, ¿qué puede ocurrir en el futuro?

Los obstáculos políticos a los grandes acuerdos de liberalización comercial -ya sean multilaterales (dentro de la OMC) o plurilaterales (como el TPP o el TTIP)- se han vuelto altos.

Eso es en parte porque el entusiasmo por la liberalización comercial es débil, pero también porque los acuerdos comerciales de hoy conllevan grandes cargas regulatorias externas. Los derechos de propiedad intelectual son un ejemplo, la protección dada a los inversionistas es otro.

En particular, muchos ahora argumentan que los procedimientos de “arreglo de disputa entre inversionistas y Estados” incluidos en muchos de esos acuerdos representan una infracción a la soberanía democrática.

El parlamento de Valonia acaba de bloquear el “acuerdo comercial y económico amplio” entre Canadá y la UE por esas razones.

Aún más amenazante que esa resistencia a liberalizar es el alza de formas primitivas de proteccionismo. Donald Trump, el nominado republicano para la presidencia de EEUU, es el primero en entregar esos argumentos. De hecho, sugiere que bloquear las importaciones reviviría mágicamente los trabajos en manufactura que existían cuando, en su visión, el país era “grande”.

Sin embargo, como destaca Jagdish Bhagwati de la Universidad de Columbia, “la baja en los empleos manufactureros ha estado ocurriendo por medio siglo”. La participación en el empleo ha caído con la baja sostenida de la producción manufacturera en todo EEUU, aunque a un ritmo mayor, por el rápido crecimiento de la productividad en este sector. No hay política comercial que pueda revertir esta tendencia, que está impulsada por los cambios en demanda y tecnología. La manufactura simplemente está siguiendo la trayectoria que alguna vez demarcó la agricultura.

Con suerte, este proteccionismo simplista fallará políticamente; ciertamente no puede resolver los problemas de trabajadores potenciales y despedidos. Pero una nueva explosión de liberalización comercial está lejos de ocurrir. El comercio comenzaría a crecer más rápidamente si el crecimiento económico mundial se acelerara.

Pero un mundo en que el comercio creció mucho más rápido que la producción, está probablemente en el pasado, en parte porque las oportunidades para el comercio procesal expandido han disminuido, y en parte porque la era de la liberalización comercial de gran escala se acabó. Más aún, si revive, probablemente será desde los gigantes asiáticos: China e India. Los días de liderazgo occidental en el comercio, así, parecen haberse acabado.

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