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El impulso reformista de Raúl Castro en Cuba se congela

Intentó descentralizar la economía e impulsar la productividad, permitiendo el autoempleo, recortando la burocracia estatal, acogiendo la inversión extranjera y unificando el sistema monetario.

Por: M. Frank y J. P. Rathbone, Financial Times | Publicado: Lunes 17 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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El presidente de Cuba, Raúl Castro, se apresta a dejar su cargo el próximo año, Venezuela ha recortado millones de dólares en ayuda y la elección de Donald Trump ha ensombrecido la incipiente relación entre EEUU y Cuba. Sacudida por el cambio, La Habana ha frenado su programa de reformas y el partido comunista ha endurecido su postura.

Marino Murillo, el alto funcionario a cargo de las reformas, no ha hecho pronunciamientos públicos desde julio. Su ausencia ha socavado las expectativas que había fomentado el impulso liberalizador.

Richard Feinberg, un experto en Cuba de la Institución Brookings en Washington, dice que las reformas se frenaron por tres factores. “Los dirigentes están enfocados en manejar la autoridad, planear la sucesión de Raúl Castro e intentando manejar la reacción negativa ante la emergente inequidad, los bajos salarios estatales y la inflación”, sostiene.

Castro convirtió la reforma en su sello cuando asumió el cargo de su hermano Fidel en 2008. Intentó descentralizar la economía e impulsar la productividad, permitiendo el autoempleo, recortando la burocracia estatal, acogiendo la inversión extranjera y unificando el sistema monetario.

Murillo, quien llegó a ser conocido como el “zar de las reformas económicas” cuando fue designado como el ministro de Economía en 2009, era el tecnócrata a cargo de los cambios. Castro y él eran un equipo dedicado a convencer a la burocracia cubana a aceptar las reformas.

Pero, en la ausencia de Murillo, se han impuesto controles de precios a los negocios agrícolas y de transporte del incipiente sector privado. Ello, mientras Castro, a sus 85 años, se prepara para dejar el poder el 24 de febrero próximo.

El congreso del partido en abril de 2016 admitió que las reformas no habían cumplido con las expectativas populares en términos de crecimiento económico, suministro de bienes y aumento de salarios. Una rara encuesta privada realizada en Cuba a finales del año pasado por la Universidad de Chicago, 46% de los encuestados describió la economía cubana como “pobre o muy pobre”.

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