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El juego político detrás de la retirada de Amazon de Nueva York

Políticos locales habrían forzado la salida del gigante del retail, al cuestionar que parte del acuerdo se había alcanzado en secreto.

Por: J. Chaffin y L. Fortado | Publicado: Lunes 18 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Nueva York

Cuando Stuart Appelbaum se reunió con tres de los principales ejecutivos de Amazon en la oficina del gobernador de Andrew Cuomo el miércoles, no tenía razones para dudar que el gigante minorista aún tuviese un pie en Nueva York.

Appelbaum, presidente del sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes –un frecuente crítico de Amazon- había pasado más de una hora discutiendo asuntos laborales relacionados a los planes de la firma de construir una sede satélite en Queens. La reunión había ido bien, o eso creía.

Como Appelbaum, muchos de los neoyorquinos agitaban sus cabezas un día después, tras el sorprendente anuncio de Amazon de que estaba cancelando su inversión.

Bajo un acuerdo defendido por Cuomo, la ciudad y el estado ofrecían incentivos fiscales de US$ 3 mil millones para atraer a una compañía que generara un estimado de 25 mil puestos de trabajos e ingresos fiscales de US$ 27 mil millones durante las próximas dos décadas.

La decisión ha dado un doloroso golpe a una campaña iniciada por el alcalde Michael Bloomberg, tras la crisis financiera de 2008, para transformar a Nueva York de una ciudad dependiente de Wall Street y de la actividad inmobiliaria, a una que también fuese líder en tecnología.

La pregunta para muchos es cómo la ciudad había logrado desperdiciar un premio que había sido tan difícil ganar, y que parecía seguro hace sólo unos días. Parecía haber culpables en todas las direcciones. Incluso los aliados de Amazon la culparon por su débil estrategia comunicacional e incapacidad –o falta de voluntad- para interactuar con los locales.

Momento Ocasio-Cortez

Amazon depositó una gran cuota de fe en Cuomo sin cortejar a influyentes políticos locales. Después de llevar a cabo negociaciones en secreto, la compañía y sus aliados forcejearon para borrar las sospechas de que US$ 3 mil millones en incentivos fiscales no equivalían, como afirmaban los críticos, a un pago por adelantado a una de las compañías más ricas del mundo.

Pero hubo un amplio reconocimiento de que gran parte de la responsabilidad descansaba en el propia Nueva York, donde los críticos dijeron que Cuomo -un gobernador estatal conocido por salirse con la suya- no logró reunir a las tropas, y el alcalde Bill de Blasio estaba ausente o era inútil.

Por sobre todo, el partido demócrata del estado se veía presionado por el surgimiento de un ala progresista liderada por la representante Alexandria Ocasio-Cortez, cuya alza fue impulsada por las preocupaciones sobre el aburguesamiento de los barrios de la clase trabajadora y tiende a mirar los grandes negocios con desconfianza.

“Este es definitivamente un momento AOC”, dijo un ejecutivo local que ha tratado extensamente con Amazon y autoridades gubernamentales, refiriéndose a la joven de 29 años por su apodo popular.

Si Ocasio-Cortez no hubiese remecido el establishment del Partido Demócrata en junio al derrotar en primarias al consecuente representante de Queens, Joe Crowley, muchos están convencidos de que Amazon todavía estaría en pie.

En una explosión de tweets, Ocasio-Cortez cuestionó la resistencia de Amazon al trabajo organizado y preguntó cuántos residentes locales se beneficiarían realmente de los 25 mil empleos que prometía generar.

Los residentes jóvenes y los organizadores de base -muchos de ellos leales a Ocasio-Cortez y a los socialistas demócratas de EEUU- comenzaron a propagarse por Queens. Grafitis con “No Amazon” y folletos comenzaron a aparecer.

Poder político

A medida que el acuerdo comenzó a tambalear, Cuomo responsabilizó a los políticos locales por haberse preparado para salvar sus propios pellejos. Y aunque tenía esperanza de que la situación no escalara, Amazon los tomó por sorpresa.

Parte de ello fue debido al nombramiento de Michael Gianaris, senador estatal de Queens, para una junta de supervisión que le dio un poder de veto sobre el acuerdo.

Él criticó arduamente los incentivos fiscales -que dijo fueron acordados en secreto- y aseguró que, cuando pidió explicaciones, “simplemente se fueron”. La llegada de la firma, además, había disparado los precios de los inmuebles.

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