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El legado político del líder sudafricano Jacob Zuma, quien se va en medio del escándalo

El militante que se unió a la ANC como adolescente y dedicó su vida a la lucha contra el apartheid se va en medio del caos en su partido.U

Por: Joseph Cotterill, Financial Times | Publicado: Jueves 15 de febrero de 2018 a las 04:00 hrs.
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Jacob Zuma, quien renunció ayer como presidente de Sudáfrica, se unió al Congreso Nacional Africano (ANC, su sigla en inglés) cuando era un pastor adolescente y dedicó su vida a la lucha contra el apartheid, pasando años en el exilio y en la cárcel antes de ascender al puesto más alto del país.

Ahora, después de casi nueve años en poder, deja atrás un partido a mal traer por luchas internas y corrupción, y en riesgo de perder su poder tras 24 años.

Cyril Ramaphosa, el líder del ANC y elegido del partido para suceder a Zuma como presidente, se verá obligado a reconstruir las instituciones que fueron socavadas por años de impunidad para los aliados de Zuma, que supuestamente robaron del Estado.

Aunque el ANC ganó dos elecciones con Zuma como líder y su mayoría permanece intacta, Ramaphosa enfrentará un duro desafío en 2019 al intentar mantener el control del partido en las urnas.

Para algunos, el partido nunca recuperará completamente su legitimidad después de la era de Zuma. Apropiado tratándose de un hombre acusado de destruir el lugar del ANC como el reverenciado movimiento de liberación (le correspondió a la fundación que preserva el legado de Nelson Mandela resumir el mandato de Zuma este mes).

“El saqueo sistemático de las redes de mecenazgo vinculadas al presidente Zuma ha traicionado al país con el que Nelson Mandela soñó cuando dio sus primeros pasos de libertad hace 28 años”, dijo la fundación. “Pedimos al Estado que lo haga responsable de sus acciones; algunas cosas no pueden perdonarse”.

Carrera política

Zuma se convirtió en presidente en 2009, después de derrocar a Thabo Mbeki como líder del ANC en una pelea que expuso las crecientes fracciones del partido.

Su ascenso era improbable. Su carrera política parecía haber terminado en 2005, cuando Mbeki lo despidió como vicepresidente después de que Zuma se viera presuntamente implicado en un caso de corrupción relacionado con un multimillonario acuerdo de armas. Investigadores anticorrupción irrumpieron con ametralladoras en su casa de Johannesburgo.

En 2006 fue declarado inocente de violar a la hija de un viejo amigo de su familia. Fezekile Kuzwayo tenía VIH, y la declaración de Zuma durante el juicio -se duchó después de tener relaciones sexuales con la mujer para protegerse de una posible infección-, provocó el ridículo.

Pero en lugar de convertirse en un “olvidado” de la política de Sudáfrica post-apartheid, utilizó su indudable carisma y sus humildes orígenes -de un rincón rural y pobre del país- para volver a conectarse con los votantes desanimados por el estilo distante de Mbeki. La izquierda del partido lo respaldaba con la creencia de que aceleraría las medidas para reducir la propiedad blanca de la economía.

Con el tiempo, el lado de operador político despiadado de Zuma llegó a dominar (como lo hicieron los problemas legales de su pasado, incluidos los cargos en un escándalo de corrupción por el negocio de armas de los ‘90, así como nuevos escándalos que incluyen su fracaso en devolver el dinero de contribuyentes usado para modernizar su casa).

Un sello distintivo de la presidencia de Zuma ha sido su inclinación por contratar y despedir constantemente a ministros, policías y fiscales para evitar la cooperación de cualquier amenaza contra él. La corrupción pronto se extendió a las empresas y ministerios estatales, con acusaciones de que la familia de negocios Gupta utilizó su amistad con el presidente para influir en los nombramientos políticos y ganar contratos estatales.

Zuma negó las acusaciones y se volvió cada vez más paranoico al culpar a los espías y oponentes occidentales del ANC por sus problemas. El aumento de las denuncias de corrupción estatal en los últimos años fue una “propaganda política”, dijo.

Legado político

El costo de la credibilidad institucional y financiera de Sudáfrica es enorme. La calificación crediticia de basura –consecuencia del hábito costoso de Zuma de abruptamente despedir a los ministros de Finanzas, presuntamente a petición de los Gupta- hará al Estado sudafricano más difícil recuperar el tiempo perdido transformando la economía.

Pero las instituciones judiciales y de supervisión siguen siendo resistentes. La sociedad civil ha sido robusta mientras el ANC ha estado paralizado. Los partidos de oposición están más fuertes que nunca, y ahora están a cargo de las principales ciudades después de las elecciones locales desastrosas para el ANC el año pasado.

William Gumede, presidente ejecutivo de la ONG Democracy Works, dice que eso puede irónicamente ser una parte más importante del legado de Zuma.

“Él alentó resistencia, aunque destruyó el liderazgo moral del ANC, lo que tomará largo tiempo en recuperarse, si es que será posible”, explica.


La historia de Jacob Zuma

1942 Nace en Nkandla, KwaZulu-Natal.

1958 Se une al partido Congreso Nacional Africano (ANC).

1963 Es condenado a diez años de cárcel por oponerse al apartheid.

1973 Sale libre de la prisión de Robben Island.

1999 Es nombrado vicepresidente de Sudáfrica bajo Thabo Mbeki.

2005 Es absuelto de cargos por violación.

2007 Elegido presidente del ANC tras destronar a Mbeki.

2009 Se eliminan cargos de corrupción en su contra y es electo presidente.

2017 Se presentan 783 cargos de corrupción en su contra.

2018 Renuncia como presidente de Sudáfrica.

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