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El plan fiscal global de Biden podría dejar a las naciones en desarrollo con las manos vacías

Las empresas pagarían la mayoría de sus impuestos en el país donde tienen su sede, incluso si sus ganancias, y en muchos casos la mano de obra y las materias primas utilizadas, provienen de países en desarrollo.

Por: Financial Times. Traducido por Renato García J. | Publicado: Lunes 10 de mayo de 2021 a las 12:54 hrs.
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J. Wheatley en Londres y E. Agyemang en Copenhague

El plan del presidente estadounidense Joe Biden para reformar los impuestos corporativos globales hará poco por ayudar a los países que más necesitan incrementar sus ingresos fiscales, dicen las economías en desarrollo que están presionando por un mayor poder sobre las multinacionales.

La ambiciosa propuesta de Washington aplicaría impuestos a 100 de las empresas más grandes del mundo sobre las ganancias obtenidas en países donde tienen poca o ninguna presencia física, pero donde obtienen ingresos sustanciales, e introduciría una tasa impositiva mínima global, en un intento por evitar que las empresas canalicen sus ganancias a jurisdicciones de menores impuestos.

Las empresas pagarían en cambio la mayoría de sus impuestos en el país donde tienen su sede, incluso si sus ganancias, y en muchos casos la mano de obra y las materias primas utilizadas, provienen de países en desarrollo, dijeron diplomáticos de alto nivel y grupos de presión a Financial Times.

También les preocupa que muchos países en desarrollo no estén participando en las negociaciones sobre la propuesta en la OCDE y temen que es poco probable que el eventual acuerdo refleje sus intereses.

“Lo que entiendo, con… las reglas que se están proponiendo actualmente, es que los países en desarrollo podrían obtener casi nada", dijo Mathew Gbonjubola, embajador de Nigeria ante la OCDE.

El diplomático respaldó los esfuerzos de Estados Unidos y la OCDE para lograr que las empresas más grandes del mundo paguen más impuestos a nivel mundial. “Mientras menos incentivos fiscales ofrezcan los países en desarrollo, más podrán retener los ingresos necesarios para su desarrollo y menos dependerán de los préstamos o la ayuda”, dijo. Pero advirtió que "es lógico y moral que los países de origen, desarrollados o en desarrollo, tengan el derecho de denegación antes de que (los ingresos fiscales) pasen a los países de residencia” de las empresas.

Gbonjubola agregó que Estados Unidos "no ha proporcionado el razonamiento económico" para apuntar solo a 100 empresas. Este enfoque es una reducción de las propuestas de la OCDE, que habrían abarcado miles de empresas.

“El punto de discrepancia más importante entre las economías avanzadas y los países en desarrollo es el umbral que determina cuántas empresas están incluidas”, dijo Sybel Galván, embajadora de México ante la OCDE.

Rajat Bansal, miembro del Comité de Expertos de la ONU sobre Cooperación Internacional en Asuntos Tributarios, dijo que establecer un umbral que capture solo a las empresas más grandes significaría que "en última instancia, bastantes de los contribuyentes potenciales no estarían cubiertos".

Los críticos también dicen que la cantidad a gravar según el plan estadounidense es demasiado pequeña, ya que es probable que sea menos de una quinta parte de las ganancias de la empresa. “Si el pozo general no es suficiente… no proporcionará una recompensa justa de las empresas fuera de los territorios (de los países en desarrollo) que obtienen beneficios de (sus) economías".

El Foro Africano de Administración Tributaria (ATAF, sigla en inglés), que asesora a los gobiernos del continente, ha pedido un enfoque escalonado en el que los umbrales se establecerían en niveles más bajos para las economías más pequeñas. "No creemos que un solo umbral para todas las economías sea equitativo", dijo.

A la ATAF también le preocupa que en negociaciones largas y complejas los países más pobres no luchen por sus derechos. “Si bien tienen un asiento en la mesa, es difícil para ellos mantenerse al día… Puede que no haya un alto nivel de conciencia política en África sobre este tema y sobre la importancia” de la propuesta.

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Rivalidad OCDE-ONU

Varias grandes economías en desarrollo están involucradas en un esfuerzo rival en la ONU para desarrollar un régimen fiscal internacional, que se enfocaría específicamente en empresas de servicios digitales. La medida es impulsada por el descontento ante las pequeñas cantidades de impuestos que pagan los gigantes tecnológicos estadounidenses en muchos países donde obtienen grandes ganancias.

El plan otorgaría a los países el derecho a gravar los ingresos de las empresas digitales en función de dónde se generen los ingresos, en lugar de solo donde reside la empresa. Argentina, India, Kenia y Nigeria han introducido recientemente impuestos digitales y varios otros países africanos lo están considerando, según la ATAF.

La propuesta de la ONU, que ha sido defendida por India y Argentina, fue aprobada por un estrecho margen el mes pasado por el comité de impuestos. Otros países en desarrollo, incluidos Ecuador, Ghana, Liberia, Nigeria, Vietnam y Zambia, lo han respaldado.

El modelo no es vinculante y solo puede promulgarse en acuerdos bilaterales si los países participantes lo suscriben, pero el momento es problemático para la OCDE.

“Parece haber una competencia extraña entre la ONU y la OCDE”, dijo Tove Maria Ryding, gerente de políticas y promoción de la Red Europea sobre Deuda y Desarrollo. “La ONU está considerando desarrollar impuestos a los servicios digitales y la OCDE está tratando de deshacerse de ellos” a favor de un régimen que se aplicaría a todas las industrias.

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Reglas globales, acuerdo global

Christian Hallum, especialista senior en impuestos y extracción de Oxfam Ibis en Copenhague, dijo que para algunos países en desarrollo la sensación de estar al margen de las conversaciones de la OCDE podría hacerlos reacios a renunciar a sus planes de apuntar a las empresas tecnológicas, lo que podría causar un estancamiento. "Existe un riesgo real de que si los países ricos dictan el resultado del proceso (de la OCDE), eso es lo que veremos".

Galván de México dijo que las negociaciones de la OCDE fueron "difíciles pero constructivas" y varias grandes economías en desarrollo estaban "definitivamente a favor de tener un marco (impositivo) común".

Pero otros han advertido que la propuesta estadounidense corre el riesgo de perder legitimidad.

"Se puede calificar las reglas como globales, pero si la toma de decisiones no es verdaderamente global, ¿por qué los países que no han participado en la elaboración de las reglas querrían adherirse a ellas?" dijo Ryding. “Los países más pobres del mundo corren nuevamente el riesgo de salir perdiendo cuando se divida la torta fiscal mundial, a pesar de que están más necesitados de ingresos fiscales que nadie”.

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