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El sueño futbolístico de Xi Jingping se convierte en pesadilla en China

Por: Charles Clover/Gloria Cheung, Financial Times | Publicado: Lunes 17 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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El sueño de Xi Jinping de hacer de China una superpotencia futbolística está estallando en pedazos tras la mala reacción del público a las derrotas que dejaron las esperanzas de la selección nacional de asistir al Mundial de 2018 destrozadas.

Las derrotas -frente a una Siria destruida por la guerra y al equipo chico de Uzbekistán – han desatado un torrente de ira entre fanáticos y periodistas. Hasta Global Times, el tabloide que es un bastión del nacionalismo chino extremo, exigió que el país abandone el fútbol y “se vaya a jugar tenis de mesa mejor”.

“¿Cómo pueden los desesperados fanáticos chinos seguir entregando su apoyo a esta selección?”, se quejó el diario en Weibo, el equivalente chino de Twitter.

El entrenador del equipo, Gao Hongbo, dejó su cargo inmediatamente después de la derrota 2-0 frente a Uzbekistán la semana pasada. La derrota 1-0 frente a Siria inspiró a los fanáticos a salir a las calles para exigir su renuncia.

A pesar de los éxitos en deportes olímpicos como gimnasia y natación, el equipo de fútbol de China fue un fracaso en la escena internacional, calificando para el Mundial sólo una vez en 2002, cuando el equipo fue eliminado sin anotar ningún un gol.

Todo eso debía cambiar luego de que Xi, un gran fanático de futbol, dijo en el año 2011 que él tenía tres sueños para el fútbol chino: calificar, ser anfitrión y ganar el Mundial.

Como parte de sus planes futbolísticos, el presidente decretó que China tendrá 20.000 centros de entrenamiento y 70.000 canchas operativas para 2020.

Desde que asumió el poder en 2012, los empresarios chinos se han apresurado por apoyar su visión, comprando acciones en clubes europeos como el Manchester City y el Atlético Madrid y adquiriendo a los mejores futbolistas, como el centrocampista brasileño Ramirez y el delantero de Costa de Marfil Gervinho para sus propios equipos en China.

Durante la ventana de transferencias invernal, los clubes chinos de la Súper Liga gastaron una fortuna en la Liga Premier británica, desembolsando más de US$ 280 millones en talentos extranjeros.

Mientras tanto, un magnate de los medios pagó un récord de 8 mil millones de yuanes (US$ 1.200 millones) por los derechos de transmisión por cinco años de la Súper Liga.

Pero mientras el dinero ha aumentado el interés y las expectativas, eso todavía tiene que reflejarse en el rendimiento de los jugadores chinos. Ting Wai-kit, un veterano comentarista de fútbol, dijo que la llegada de jugadores extranjeros estrella podía incluso haber atrasado el desarrollo de los talentos locales.

“En la Súper Liga china hay entrenadores de clase mundial, jugadores extranjeros y recursos”, dijo. “Pero todo eso es de alguna manera irrelevante para los equipos nacionales y casi está causando daño. Porque los jugadores chinos ahora no saben qué hacer sin los futbolistas extranjeros”.

Mark Dreyer, ex reportero de Sky Sports que ahora maneja el blog China Sports Insider, dijo: “las inversiones masivas en fútbol, y en particular el involucramiento personal del presidente Xi, han elevado las expectativas a un nivel absolutamente irreal”.

Pero mientras el fracaso fue un choque para muchos fanáticos, para los involucrados no fue una sorpresa. “La esperanza está en las generaciones más jóvenes”, afirmó Zhang Geyuan, entrenador de Guoao Yue Ye, un equipo de fútbol juvenil en Beijing, quien aseguró que tomará una o dos décadas para que los resultados de los programas empiecen a dar frutos.

“El fracaso no es nada fuera de lo normal”, aseguró Zhang. “Nadie dentro de la industria estaría en shock por el fracaso. La frustración y despotriques vienen mayormente de los fanáticos chinos que tienen esperanzas elevadas”.

Cameron Wilson, el fundador de blog de fútbol con sede en Shanghái, compara la situación a un amorío: “ya sabes cómo va a terminar. Pero eso no la hace menos decepcionante”.

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