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Filipinas se inclina hacia China y tensa relaciones con EEUU

Por: Bryan Harris, Hong Kong | Publicado: Jueves 15 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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En momentos en que Estados Unidos pone su mirada en Asia, uno de sus aliados más antiguos en la región parece darle la espalda.

“China ahora está en control y tienen la superioridad militar en la región”, dijo esta semana Rodrigo Duterte, el nuevo presidente de Filipinas, al anunciar el final de las patrullas conjuntas con EEUU en el disputado Mar del Sur de China y la expulsión de las tropas estadounidenses del sur de Mindanao.

Los hechos ocurren en medio de una fractura más amplia del entorno geopolítico en el sudeste asiático, frente a una influencia china cada vez más profunda.

Las relaciones entre EEUU y Tailandia, que Washington considera un “gran aliado fuera de la OTAN”, se han enfriado por las críticas de Occidente al golpe militar en Bangkok, en mayo de 2014. Tailandia anunció en julio una nueva flota de submarinos, tres de los cuales serían comprados a China cerca de US$ 1.000 millones.

Camboya ha recibido millones en ayuda civil y militar de Beijing, al parecer a cambio de esfuerzos por mitigar las críticas a las ambiciones territoriales de China, mientras Myanmar también ha mostrado interés creciente desde la llegada este año de un nuevo gobierno civil liderado por Aung San Suu Kyi. En una visita a Beijing, autoridades chinas dijeron a la mandataria que desean relaciones más cercanas entre ambos ejércitos.

La invasión del gigante en islas disputadas en el Mar del Sur de China ha impulsado por años a Manila y Washing-

ton a una relación fuerte y en abril de este año generó patrullas navales conjuntas, ahora retiradas por Duterte.

“No estamos cortando los cordones umbilicales, pero tampoco me gustaría poner a mi país en peligro”, dijo Duterte, quien ha prometido liderar una política exterior independiente. El líder filipino también ha dicho a las fuerzas estadounidenses que salgan de la isla de Mindanao en el sur, argumentando que su presencia contribuye a la insurgencia islamista y ha anunciado planes de adquirir equipos militares a Rusia y China.

No sería la primera vez que tropas estadounidenses sean expulsadas de terreno filipino. En 1992, la marina estadounidense recibió órdenes de salir de la Bahía Subica, al oeste de Manila, en medio de un fuerte debate sobre los recuerdos del colonialismo y los símbolos de la dominación extranjera.

En ese momento, las autoridades dijeron que el cierre no afectaría “las relaciones amistosas y cordiales entre EEUU y Filipinas”. Casi 25 años más tarde, la retórica ha cambiado. La semana pasada, Duterte se refirió a Obama como “hijo de puta” y amenazó con insultarlo más si criticaba la polémica “guerra a las drogas” de Filipinas.

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