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Francia cede a las presiones y modera su reforma laboral para aplacar a los sindicatos

La ley de empleo habría sido el intento más audaz por parte de cualquier gobierno francés de postguerra de reformar el mercado laboral de dos niveles de Francia.

Por: Anne-Sylvaine Chassany, Financial Times | Publicado: Martes 15 de marzo de 2016 a las 04:00 hrs.
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El gobierno socialista francés trató de contener la oposición sindical a la reforma diseñada para dar más flexibilidad al mercado laboral abandonando medidas clave que beneficiarían a las pequeñas empresas.

La ley de empleo habría sido el intento más audaz por parte de cualquier gobierno francés de postguerra de reformar el mercado laboral de dos niveles de Francia. Pero provocó una tormenta de oposición en la izquierda del Partido Socialista y en los sindicatos, amenazando con crear una brecha en la centro-izquierda apenas a un año de las próximas elecciones presidenciales.

El primer ministro, Manuel Valls, dijo ayer que el proyecto de ley de empleo no limitará el monto que los jueces pueden pedir a los empleadores que paguen en caso de despidos improcedentes. Los impredecibles y, en ocasiones, muy altos desembolsos son una fuente de incertidumbre legal para las pequeñas empresas, disuadiéndolas de emplear a trabajadores con contratos permanentes. El gobierno ha retirado también una disposición destinada a permitir que las empresas sin representación sindical lleguen a acuerdos con sus empleados sobre los horarios de trabajo.

“Una vez más, las pequeñas empresas francesas, aquellas que pueden contratar más, son los perdedores de las reformas”, dijo Nicolas Lecaussin, jefe del Instituto de Investigación Económica y Fiscal, un think tank pro-mercado.

El gobierno se mantuvo firme en medidas que benefician a las grandes empresas: los grupos podrán negociar horarios de trabajo más extensos con sus empleados y celebrar referéndums si los sindicatos representan al menos 30% de los trabajadores y dan su consentimiento. Las multinacionales podrán recortar empleos de forma más sencilla si su operación francesa arroja pérdidas, aunque un juez deberá verificar la lógica financiera de la medida. “Esta ley muestra que Francia puede reformar sin fracturarse, esta norma muestra que Francia puede avanzar”, dijo Valls.

Las concesiones coronan una semana de consultas entre el gobierno y los sindicatos para salvar un proyecto que habría sido un audaz intento de reducir el desempleo de más de 10%. El primer borrador fue elogiado entre las asociaciones empresariales pero provocó la dura respuesta de los sindicatos. Ayer sindicatos reformistas como la Confederación Democrática Francesa del Trabajo dio la bienvenida al proyecto, afirmando que el gobierno había cumplido la mayoría de sus demandas. Pero Medef, la principal organización patronal, expresó su “decepción”. Otros sindicatos, más radicales, expresaron su descontento, llamando a otro día de protestas y la retirada del proyecto completo.

Valls insistió en que el proyecto daría a las empresas más poder para negociar acuerdos ad hoc sobre los horarios de trabajo, diluyendo los efectos de la semana laboral de 35 horas introducida hace 15 años. “Dará más flexibilidad a nuestras empresas”, insistió.

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