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Francia celebra el despliegue ostentoso de grandeza de Macron

Dos tercios de los franceses han dicho que aprueban el estilo comunicacional de su presidente de 39 años.

Por: Michael Stothard, Financial Times | Publicado: Jueves 13 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Colombey-les-Deux-Eglises

Desde que llegó a su investidura en un vehículo militar, Emmanuel Macron ha cultivado cuidadosamente su imagen y su proyección del poder de la presidencia, incluso comparándose a sí mismo con Júpiter y recibiendo a su contraparte rusa en el Palacio de Versalles, construido por el Rey Sol de Francia.

Le dio a Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, un apretón de manos demoledor en su primera reunión, diciendo que Francia no estaba para hacer “pequeñas concesiones”. Mañana presumirá de su poderío militar ante Trump en las celebraciones del Día de la Bastilla.

Algunas construcciones de la imagen presidencial de Macron -desde el arreglo de su escritorio para una foto oficial a la pose de mentón cuadrado que hizo a bordo de uno de los submarinos nucleares de su país- son tan forzadas que invitan a la burla.

Pero, al parecer, los franceses están acogiendo con entusiasmo el despliegue ostentoso de grandeza de su jefe de Estado de 39 años. Muchos de ellos sienten que los últimos dos presidentes de Francia degradaron el rol de jefe de Estado. Nicolas Sarkozy era visto como muy hiperactivo y casual con su lenguaje, llamando “tarado” a un votante en 2008. François Hollande fue criticado por presentarse a sí mismo como un tipo demasiado “normal”.

Siguiendo a de Gaulle

Desde que sucedió a Hollande, Macron ha realizado un discurso deliberado para restaurar al cargo el estatus que tenía con Charles de Gaulle; su éxito puede ser juzgado en Colombey-les-Deux-Eglises, el villorrio al este de Francia donde de Gaulle vivió y está enterrado.

“Siento que la institución ha sido erosionada, y ahora está siendo restaurada”, dice Charles Renaud, un visitante de 66 años a la tumba de de Gaulle, agregando que Macron está devolviendo parte de la “majestuosidad” al cargo.

Dos tercios de los franceses han dicho que aprueban el estilo comunicacional de Macron, según la última encuesta de Odoxa-Dentsu. “Los franceses están contentos de tener a un presidente que se comporta y parece un presidente”, explica Thomas Guenole, cientista político e investigador del think-tank Iris. “Estaban cansados de tener a alguien que se parecía al ‘tipo promedio’ como jefe de Estado”.

Pero el presidente también buscó otros modelos históricos. Su discurso en la noche de la elección en mayo en frente del museo del Louvre en París, por ejemplo, hizo eco del discurso del triunfo del otro titán de la Francia de fines del siglo XX, François Mitterrand. De forma similar, su decisión de abrir el palacio de Luis XIV en Versalles para el presidente ruso Vladimir Putin evocó paralelos imperiales. Él mismo ha dicho que su estilo no es muy Gaullista, sino “Jupiteriano”, en referencia a Júpiter, el rey de los dioses romanos.

Restaurar la imagen idealista de la presidencia es solo la mitad de la estrategia de Macron, creen analistas, quienes afirman que también está intentando presentar la imagen de un líder moderno y “cool” similar al ex presidente estadounidense Barack Obama o al primer ministro canadiense Justin Trudeau.

En la cuenta oficial de Macron en Twitter aparecen frecuentes “selfies” con ciudadanos franceses y otras mostrándolo boxeando o jugando tenis. “Está tratando de adaptar el antiguo estilo francés de ‘monarquía republicana’ al siglo XXI, lo que es algo difícil de hacer... quiere ser de Gaulle, pero también Trudeau”, afirma Philippe Moreau Chevrolet, director de la agencia de comunicaciones MCGB.

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