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FT: ¿Cómo es desarrollar una vacuna cuando el mundo está observando?

En su serie Mujeres del 2020, el diario Financial Times entrevistó a la científica de Oxford, Sarah Gilbert, quien lidera la misión global de desarrollar un antídoto contra el coronavirus.

Por: Sarah Neville, Financial Times - Traducido por G. Arteaga | Publicado: Jueves 3 de diciembre de 2020 a las 13:19 hrs.
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Sarah Gilbert estaba en casa a principios de año cuando recibió su primer indicio de la nueva y desconcertante enfermedad que en unos meses la convertiría en una de las científicas más conocidas del planeta.

Con tiempo libre durante el receso festivo, la profesora de vacunas de la Universidad de Oxford, muy apreciada en su campo durante más de 20 años pero poco conocida fuera de él, escaneó un sitio web que registra brotes de enfermedades infecciosas, "para ver si había algo de interés".

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Lo que vio hizo temblar sus antenas: informes de una neumonía similar al SARS, un descubrimiento que resonó con la fuerza de un llamado a las armas para Gilbert, quien había pasado una década desarrollando tecnología que podría generar una respuesta inmune contra un coronavirus humano.

"Pudo haber sido una tempestad en un vaso de agua, podría haber sido algo que desaparecería muy rápido y se entendió que era otra cosa, pero resultó no serlo", dice lacónicamente sobre la enfermedad que ha cambiado todos los aspectos de vida normal.

Instalada en una oficina que, desde la parte visible a través de la pantalla del Zoom, parece impecablemente ordenada y desprovista de recuerdos personales, sostiene una taza con el lema "Manten la calma y desarrolla vacunas"; un recordatorio que sospecho que rara vez necesita.

Gilbert parece la típica científica racional y fría, aunque no puedo evitar preguntarme si su actitud reservada es en parte el resultado del agotamiento: durante los primeros meses del año, admite, "no dormía mucho", mientras ella y su equipo corrían para desarrollar una defensa contra este nuevo invasor mortal.

Cuando la invito a describir lo que, en mi imaginación, debe haber sido una montaña rusa cinematográfica de contratiempos desalentadores seguidos de momentos eureka, ella señala pacientemente que el enfoque que ella y sus colegas implementaron ya había demostrado ser exitoso contra el síndrome respiratorio de Oriente Medio.

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"Entonces, mucho de esto, no es euforia, no es emoción, no son avances", dice. "Sabemos qué hacer y lo hacemos, y todo ha funcionado como se esperaba. Es realmente bueno cuando las cosas funcionan como esperas, pero solo confirma lo que ya sabíamos".

Los histriónicos claramente no son su estilo, a pesar de tener un trasfondo dramático: su madre, directora de una escuela primaria, y su padre, un gerente en una firma de zapatos, eran miembros de sociedades de teatro amateur y ella tocaba el oboe en la orquesta juvenil del condado. Le digo que me ha impresionado lo buena comunicadora que es en las entrevistas con los medios, hablando con claridad pero sin condescendencia sobre la ciencia detrás de la vacuna que su equipo ha desarrollado con el gigante farmacéutico AstraZeneca.

"Siempre fui muy tímida cuando era niña, pero aun así podía subir al escenario y actuar porque no es abrirse, es dar una actuación. Entonces, supongo, tal vez confío en eso cuando necesito hablar con (el presentador de la BBC) Andrew Marr".

Misión global

A pesar de todo su rigor científico, mi impresión es que las pruebas -que comenzaron como "un ejercicio intelectual", pero rápidamente asumieron el aspecto de una misión de rescate global-, tuvo una cierta calidad de improvisación a medida que tomó forma en enero. El rápido ensamblaje de un gran equipo, muchos de los cuales no se conocían antes, generó sus propias preocupaciones.

"Mi principal preocupación en la primera parte del año era que hubiéramos omitido hacer algo que era realmente importante, porque ninguno de nosotros se había dado cuenta de que nadie lo estaba haciendo, pero de hecho eso no sucedió". Cuando sugiero que el proceso suena como construir un avión en pleno vuelo, ella dice: "Sí. Y luego convertirlo en un avión más grande".

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Soy consciente de que nuestra conversación es una distracción frente a una exigente lista de tareas pendientes. Hablamos en un momento de máxima presión para su programa: dos semanas después, los resultados tan esperados de los ensayos en etapa tardía mostraron que la vacuna tenía una efectividad de hasta el 90% contra el Covid-19. 

Los desafíos están en todas partes. "Hoy, se trata de encontrar el dinero para pagar los envíos de muestras de un país a otro", dice. "Se trata de tratar de encontrar más espacio para los ensayos clínicos porque el edificio que estamos usando será tomado y utilizado para otra cosa. Se trata del hecho de que mi gerente de proyecto está sufriendo una lesión por esfuerzo repetitivo y no va a poder escribir cosas".

De hecho, me sorprende saber cuánto se ha gastado durante los últimos meses simplemente en recaudar dinero para mantener el trabajo en marcha. ¿Es de suponer que hubiera preferido centrarse en la ciencia que en el dinero? Ella confirma secamente: "Escribir solicitudes de subvenciones en una pandemia no es realmente el lugar donde quieres estar".

Me pregunto si ella, como destacada científica, es consciente de actuar como modelo a seguir para las jóvenes. Hay un destello de frialdad. "Para ser honesta, estoy realmente decepcionada de tener que serlo, porque estamos en 2020. ¿Por qué estamos hablando de mujeres científicas? No soy una mujer científica, soy una científica y más de la mitad de mis colegas son mujeres y hacemos el trabajo".

Sin embargo, agrega que las mujeres no siempre hacen que sus voces se escuchen lo suficientemente fuerte en los debates que son fundamentales para el proceso de investigación y me sorprende al incluirse a sí misma entre ellas. Los argumentos sobre "los datos que se generan, la interpretación de los mismos, (son) parte del método científico...y es importante que las mujeres puedan defenderse en ese debate. A menudo soy demasiado callada!.

"Suelen ser hombres que no (se contienen) y, a menudo, tal vez no hayan pensado en sus argumentos, pero tienen una voz fuerte".

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En los últimos meses, estos debates han tenido que realizarse a distancia. El temor de que el estudio pudiera descarrilarse si los miembros del equipo se enfermaban llevó a un rígido distanciamiento social. "Curiosamente, ha sido bastante solitario porque todos hemos estado aislados (...) Normalmente, iba a las reuniones y los estudiantes entraban en mi oficina (...) Todo eso se ha detenido. Solo he estado yo en mi oficina en esta computadora, ya sea hablando con personas en llamadas o escribiendo cosas, leyendo cosas".

Desafíos de la carrera

Temerosa de desviarse a un territorio que es demasiado personal, le pregunto con cautela cómo ha logrado combinar su carrera con ser madre de trillizos, nacidos prematuramente en 1998 y todos ahora estudiando bioquímica en la universidad. Para mi alivio, parece feliz de describir el costo para la vida familiar de seguir una carrera insegura. "Mi compañero dejó de trabajar poco después de que nacieron porque no podíamos pagar una guardería para los tres, y yo ganaba más que él.

"Pero las carreras científicas suelen ser contratos de entre dos y cinco años, y luego hay que rendir bien, sacar las publicaciones. Entonces, trabajaba seis, siete días a la semana todo el tiempo, mientras que los niños crecían, para mantener mi carrera; y eso es difícil".

Aunque se ha superado un gran obstáculo, con la noticia de que la vacuna Oxford es eficaz, junto con las de Moderna y Pfizer/BioNTech, queda otra gran batalla: convencer al mundo de que están a salvo. Oxford está asumiendo un papel de liderazgo en la eliminación de algunos de los mitos más dañinos con su Proyecto de Conocimiento sobre Vacunas, parte de un grupo dirigido por el colega de Gilbert, Andrew Pollard, quien es el investigador principal del ensayo para el Covid-19.

Su fastidio intelectual se ve claramente ofendido por aquellos que descartan las vacunas por "razones equivocadas", como la preocupación por la presencia de formaldehído en las vacunas infantiles. "Ya hay más formaldehído en el bebé que en la vacuna", dice derechamente. Un mayor grado de alfabetización científica ayudaría a las personas a comprender "que es posible tener puntos de vista opuestos y debatirlos y luego llegar a un mayor entendimiento".

Ella prosigue con una súplica que es sencillamente sentida: "No descartes la ciencia, porque la ciencia hace mucho por nosotros. Si se siente incómodo con la ciencia, vaya y comprenda la ciencia. Ve y averigua qué está pasando ".

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