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FT: Fondos de pensiones necesitan un cambio radical para impulsar inversión de largo plazo en infraestructura

Los esquemas fragmentados con horizontes limitados son perjudiciales para los ahorradores y la economía.

Por: Financial Times. Traducido por Renato García J. | Publicado: Miércoles 6 de enero de 2021 a las 12:11 hrs.
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Robin Harding

Las buenas pensiones financian buena infraestructura. Buena infraestructura paga buenas pensiones. Esta relación crucial solo se nota cuando ambas desaparecen, como están descubriendo EEUU, Reino Unido y varios otros países. Habiendo casi desmantelado las antiguas pensiones corporativas de beneficios definidos, ahora luchan por convertir las fragmentadas pensiones individuales en las inversiones a largo plazo que sus ahorradores y economías necesitan. Arreglar esto es vital. Y no será fácil.

Dada la esperanza de vida humana, los ahorros de pensiones son la fuente natural de capital que puede inmovilizarse durante 30, 40 o 50 años. A cambio, obtienen la prima que proviene de activos volátiles o ilíquidos, que es tanto más valiosa cuando las tasas de interés son tan bajas como ahora. Pero como señaló el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, en un discurso, algo salió mal. “Vivimos en una época en la que no parece haber escasez de ahorro agregado, pero la inversión es débil”, dijo. Los fondos de pensiones de Reino Unido asignan solo 3% de sus recursos a activos no transados.

Reino Unido espera abordar este problema flexibilizando su regulación, permitiendo que los fondos de pensiones de contribución definida, donde los individuos asumen el riesgo de la inversión, mantengan más activos ilíquidos y relajando los límites de las comisiones para permitir inversiones más complicadas como las de infraestructura. Pero incluso si esos cambios no provocaran efectos adversos imprevistos, no abordan el desafío fundamental de un sistema de pensiones fragmentado, donde las decisiones recaen en las personas y es difícil vincular sus expectativas de vida a los activos que poseen.

Es hora de considerar una transformación más radical, lejos de las pensiones basadas en el empleador, hacia vehículos grandes y permanentes que puedan invertir en infraestructura y capital privado, cuando eso tenga sentido. Los fondos de pensiones tradicionales para empleados públicos y fondos soberanos como Temasek y la Corporación de Inversiones del Gobierno de Singapur ya lo hacen. No se trata de quién asume el riesgo de inversión (para bien o para mal, la contribución definida llegó para quedarse) sino de cómo se administra el dinero.

Una mirada a las opciones que yo tengo disponibles como empleado de Financial Times a través de su plan de pensiones de contribución definida sirve de ejemplo. Hay alrededor de 200 fondos diferentes de acciones, bonos y propiedades, de una variedad de proveedores, administrados activa o pasivamente, que cubren diferentes regiones del mundo. Todos muestran el precio de mercado de ayer. La elección queda a cada individuo.

Esto crea una serie de problemas. Los mejores cerebros inversionistas del mundo pasan sus días tratando de descubrir qué activo o región tendrá un mejor desempeño. Un individuo no tiene ninguna posibilidad, aunque puede optar por evitar las opciones que le parezcan demasiado arriesgadas.

Incluso si hubiera un fondo de infraestructura, o un fondo de capital de riesgo, y los ahorradores por defecto se concentraran en ellos, este esquema plantea un problema. Los administradores de fondos no tienen idea de quiénes son sus inversionistas o cuándo se van a jubilar. Saben que es dinero de pensiones y, por lo tanto, es probable que sea estable, pero aún tienen que proporcionar precios regulares para el fondo y tener efectivo disponible en caso de que algunos inversionistas retiren dinero repentinamente. La estructura simplemente no es adecuada para inversiones no líquidas a largo plazo, en detrimento de los ahorradores y la economía.

También cabe preguntarse si las pensiones basadas en el empleador siguen teniendo sentido. Cuando los empleadores asumían el riesgo de inversión, el arreglo era lógico, pero ahora todo lo que produce es fragmentación. Cada vez que la gente cambia de trabajo, obtiene nuevas pensiones; los planes pequeños tienen altos costos fijos. Hay economías de escala: cuanto más pequeños y numerosos son los esquemas, más se desperdicia y más difícil es realizar inversiones sofisticadas. Dar a cada uno sus propias pensiones personales es un error por la misma razón.

Economías de escala y menores costos

Considera, en cambio, la siguiente estructura: el gobierno otorga licencias a un número modesto de planes de pensiones sin fines de lucro, quizás basados en dotaciones, fideicomisos o fondos del sector público existentes. Los empleadores decidirían sus contribuciones a la pensión, como lo hacen hoy, pero luego realizarían los pagos al plan que seleccione su empleado. El plan decidiría cómo invertir el dinero, sujeto a las regulaciones, y los empleados no podrían retirar los fondos hasta la jubilación.

Este seguiría siendo un sistema de contribución definida, pero funcionaría de manera muy diferente. Los planes de pensiones crecerían rápidamente, dándoles economías de escala, menores costos y los recursos para manejar inversiones sofisticadas. Sabrían exactamente cuándo tendrán que pagar las pensiones y podrían planificar la liquidez en consecuencia. La carga sobre las empresas y los particulares desaparecería. Esta es una estructura para inversiones a largo plazo y de bajo costo.

Puede parecer paternalista. Ciertamente, las personas que quieran administrar sus propias inversiones deberían poder hacerlo. Pero considera también hacia dónde se dirige la configuración actual. La OCDE advirtió recientemente a los gobiernos que no recurran a las pensiones privadas para financiar proyectos motivados políticamente, como las energías renovables. Existe una creciente demanda de inversión estatal para construir infraestructura y de pensiones públicas porque la provisión privada es inadecuada.

Los antiguos planes de pensiones de prestaciones definidas eran grandes instituciones económicas: sofisticados conjuntos de capital privado con un largo horizonte de inversión. Lamentablemente, la seguridad que ofrecían a los jubilados ya no es alcanzable. En su lugar, debemos esforzarnos por ofrecer pensiones de contribución definida de similar calidad.

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