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Guerra de sanciones amenaza descarrilar el acuerdo de inversiones entre China y la Unión Europea

Bruselas ya desde antes estaba afrontando críticas por el pacto, que según grupos de derechos humanos antepone sus intereses económicos a los valores fundamentales que defiende la región.

Por: Financial Times. Traducido por Renato García J. | Publicado: Miércoles 24 de marzo de 2021 a las 12:54 hrs.
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J. Brunsden en Bruselas y Y. Yang en Beijing

El jefe de política comercial de la Unión Europea advirtió que la decisión de China de escalar una guerra de sanciones pone en riesgo un acuerdo comercial que debía ser la piedra angular de las futuras relaciones entre Bruselas y Beijing.

Valdis Dombrovskis, el comisionado de Comercio de la UE, dijo que el destino del Acuerdo Integral de Inversión (CAI, sigla en inglés) UE-China alcanzado recientemente, está ligado a la disputa diplomática, que estalló esta semana.

"Las sanciones de represalia de China son lamentables e inaceptables", dijo Dombrovskis. “Las perspectivas de ratificación del CAI dependerán de cómo evolucione la situación”, explicó. "El proceso de ratificación no puede separarse de la actual dinámica de la relación más amplia entre la UE y China".

La Comisión Europea ya estaba navegando por aguas políticas agitadas por su decisión el año pasado de acordar un tratado de inversión con Beijing, una medida que ha sido criticada por grupos de derechos humanos por anteponer los intereses de las empresas a los valores fundamentales. Pero el destino del acuerdo ahora es aún más incierto luego de la decisión de China el lunes de imponer sanciones a los miembros del Parlamento Europeo, la asamblea que debe decidir si el acuerdo debe entrar en vigencia.

"La UE ha estado haciendo todo lo posible por fomentar una relación económica equilibrada y basada en reglas con China, y el CAI fue un paso importante en esa dirección", dijo Dombrovskis. "Pero nuestra agenda comercial y económica tiene los valores europeos en su núcleo: perseguir nuestros intereses económicos va de la mano con defender nuestros valores, incluso, cuando sea necesario, mediante sanciones".

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Justificación económica

Si bien la política del CAI se vuelve cada vez más complicada, la justificación económica de la UE para ratificarla siempre ha sido clara. Ha sido un objetivo a largo plazo de la política de la UE hacia Beijing.

La mayor parte del acuerdo, alcanzado a fines del año pasado, se centra en abrir oportunidades de inversión para las empresas de la UE que operan en el mercado chino, abordar las antiguas quejas sobre tratamiento injusto y evitar los riesgos para las empresas de la UE que operan en China con desventajas frente a sus rivales estadounidenses. Específicamente, ofrece posibilidades para que las empresas europeas aumenten la producción en campos prometedores como los automóviles eléctricos, al tiempo que elimina los requisitos para asociarse con empresas locales en algunos sectores.

Pero el gran grupo de socialistas y demócratas de centro izquierda del Parlamento Europeo ya ha dejado en claro que poner fin a las sanciones contra el parlamento es una "condición previa" para que avance el trabajo de ratificación del acuerdo de inversión. Los eurodiputados señalan la imposibilidad política de que el parlamento apruebe un pacto económico con un país que ataca directamente a sus miembros.

Incluso antes de la actual confrontación, los eurodiputados involucrados en el proceso habían enfatizado que la ratificación dependería en parte de que China proporcione una “hoja de ruta” para implementar los convenios internacionales contra el trabajo forzoso y se comprometa con otras preocupaciones de derechos humanos de la UE.

Bruselas logró compromisos de China en estas áreas como parte del acuerdo, pero los críticos han argumentado que no van lo suficientemente lejos.

Iuliu Winkler, eurodiputado líder en China para el comité de comercio del parlamento, dijo a Financial Times que la decisión de China de tomar represalias en la disputa de sanciones equivalía a "una lamentable escalada".

"Lo que espero es que la diplomacia encuentre una manera de reducir la confrontación", dijo. "Necesitamos generar algo de confianza, por el momento no hay ninguna entre las partes".

China anunció las sanciones el lunes como represalia contra las prohibiciones de viajes y el congelamiento de activos impuestos a cuatro funcionarios chinos y una organización de seguridad debido a la persecución y detenciones masivas de musulmanes uigures en la región de Xinjiang. Las medidas fueron un paso coordinado por la UE, EEUU, Canadá y Reino Unido, lo que provocó una furiosa respuesta del gobierno chino.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunció el martes que había convocado al embajador de Reino Unido y al representante de la delegación de la UE la noche anterior para amonestarlos por las sanciones.

"Cuando se trata de derechos humanos, la UE no está calificada para asumir la actitud de un maestro que sermonea con arrogancia a otros", dijo el viceministro de Relaciones Exteriores Qin Gang al embajador de la UE, Nicolas Chapuis, advirtiendo que las sanciones dañarían aún más las relaciones entre la UE y China.

Las sanciones de represalia chinas golpearon a los críticos más abiertos del parlamento a las violaciones de derechos humanos de Beijing, incluidos cinco eurodiputados, entre ellos Reinhard Bütikofer, presidente de la delegación de la asamblea para China, y Raphaël Glucksmann, presidente de un comité especial sobre “interferencia extranjera en todos los procesos democráticos”. Las medidas les prohíben entrar en China o "hacer negocios" con el país. El comité de derechos humanos del parlamento también fue blanco del ataque.

Winkler y otros eurodiputados insisten en que hay tiempo para salvar la situación antes de que comience el proceso de ratificación del acuerdo, un paso que es poco probable hasta fines de este año, dada la necesidad de traducir el acuerdo a las 24 lenguas oficiales de la UE. Pero eso requeriría que China levante las sanciones y dé un giro para abordar de manera constructiva las preocupaciones de la UE.

Inma Rodríguez-Piñero, eurodiputada líder en asuntos comerciales de China para el gran bloque de centro izquierda del parlamento, dijo a FT que "hay tiempo suficiente para reorientar la situación".

"No creo que ni China ni la UE quieran que esta situación siga escalando", dijo, y agregó que "ahora es el momento de esperar", para que la diplomacia siga su curso.

¿Quién pierde más?

En el papel, los beneficios del acuerdo de inversión para China se reducen en gran medida al acceso limitado y recíproco al mercado de la UE de energías renovables.

Pero los diplomáticos de la UE han señalado que el atractivo real para Beijing es el positivo aspecto político: el acuerdo ofrece el potencial para una mejor relación con la UE en un momento en que EEUU busca ejercer una presión coordinada sobre China y cuando Bruselas está desarrollando nuevos métodos de represalia contra prácticas comerciales desleales o de explotación.

“A corto plazo, la mayor consideración para China es que Europa permanezca neutral en su disputa con Estados Unidos, por lo que el CAI es más como una zanahoria que China ha ofrecido. Entre China y Europa, es más fácil para Europa renunciar al CAI”, dijo Bo Zhuang, economista jefe para China de TS Lombard en Beijing.

A pesar de los incentivos para que ambas partes impulsen el acuerdo, los políticos de la UE reconocen que su futuro está en duda.

“El CAI ahora no está sobre la mesa”, dijo Winkler sobre el proceso de ratificación. “Hay un largo camino para llegar ahí, por ese camino China tiene que responder a las expectativas del Parlamento Europeo”.

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