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Hay que permitir que el conocimiento se extienda por el mundo

La globalización ha acelerado la velocidad de la difusión al reducir los obstáculos, por ejemplo, a través de la inversión extranjera.

Por: Martin Wolf, Financial Times | Publicado: Miércoles 25 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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A la larga, como ha escrito el Premio Nobel Paul Krugman, la productividad lo es casi todo. Pero, ¿qué impulsa la productividad? La respuesta es el conocimiento. Es porque la humanidad ha descubierto, desarrollado, desplegado y difundido conocimiento útil que una proporción cada vez mayor de la población mundial está al fin escapando de las vidas “pobres, desagradables, brutales y cortas” de nuestros antecesores,como describió brevemente el filósofo Thomas Hobbes en el siglo XVII.

El conocimiento también es paradójico. Es más productivo cuando está disponible libremente. Pero el incentivo para crear depende de la habilidad para restringir su uso. La primera consideración justifica la diseminación. La última justifica el control. Entonces, ¿cómo está funcionando ese equilibrio?

El último informe del Panorama Económico Mundial ofrece un capítulo esclarecedor sobre cómo la globalización ha venido ayudando a difundir conocimiento útil. Este análisis arroja luces sobre el panorama contemporáneo de la innovación, sobre la actual difusión del conocimiento, sobre lo que está pasando con la productividad, sobre el papel de las cadenas de valor globales y sobre el impacto de la competencia en la creación y el uso del conocimiento.

Familias de patentes

Quizás la conclusión más significativa está en el cambio en la ubicación de la innovación. Si esto se mide por lo que se llama “familias de patentes”, es decir, patentes presentadas en más de una jurisdicción (una medida de importancia), Estados Unidos, Japón y las tres grandes economías europeas (Alemania, Francia y el Reino Unido) todavía son dominantes. China ya está segunda en términos de gastos en investigación y desarrollo, sólo un poco por detrás de EEUU. En el stock agregado de patentes, China está también por delante del Reino Unido. Sorprendentemente, la tasa anual de patentes está estancada en las cinco grandes economías avanzadas, mientras que se está disparando en el mundo emergente, sobre todo en China.

La desaceleración en patentes y, en menor medida, el gasto en investigación y desarrollo en los países de altos ingresos es paralela a la desaceleración de la productividad. Hay mucho debate en las causas de este último. Algunos argumentan que este último naturalmente se invertirá. Otros sugieren que el flujo de buenas nuevas ideas se está desacelerando en la frontera de la productividad por razones más fundamentales: simplemente es más difícil hacer grandes avances.

Mientras tanto, las economías emergentes se están beneficiando de la aplicación de ideas ya desarrolladas en sus propias economías. Así es como la difusión del crecimiento económico ha funcionado desde la revolución industrial (de hecho, antes). La globalización, al parecer, ha acelerado la velocidad de la difusión al reducir los obstáculos. Esto ha ocurrido vía inversión extranjera directa y a través de la disociación de la producción por medio de cadenas de valor globales. El acceso a conocimiento extranjero fertiliza la invención: así, cuanto mayor sea el flujo de conocimiento, más fuerte se hace la obtención de patentes nacionales. Esto no es sólo cierto para países emergentes. También lo es para aquellos en la frontera del conocimiento.

El acceso a conocimiento extranjero también promueve la productividad, como uno esperaría. No es sorprendente que este efecto sea particularmente importante para las economías emergentes. Sin embargo, desafortunadamente, el crecimiento de la productividad laboral se ha desacelerado en casi todas partes desde 2004, tal vez debido a la crisis financiera mundial.

Una conclusión particularmente importante de este análisis es que una mayor competencia –uno de los beneficios de la globalización económica– acelera la difusión de tecnologías entre los países e incluso la tasa de innovación en sí misma. Una explicación para esto último puede ser que el rendimiento de la innovación aumenta por el acceso a un mercado global más grande.

Beneficio de la globalización

¿Qué nos dicen estos hallazgos acerca del estado de la economía del conocimiento global y de las políticas apropiadas para ello? La conclusión más importante es que la difusión mundial del conocimiento es un importante beneficio de la globalización. Con el tiempo, ello suma nuevos contribuyentes significativos al desarrollo de conocimiento útil. La adición de cientos de millones de mentes debe ser algo bueno para todos. Este es ahora el caso con China, como lo fue en su momento con el ingreso de Japón y Corea del Sur al negocio de la creación de nuevos conocimientos.

Lamentablemente, lo que está ocurriendo hoy no es sólo el ingreso de nuevos innovadores, pero una aparente desaceleración de la tasa de crecimiento de la innovación y de la productividad en países avanzados. Esta es una razón más por la cual sus votantes, líderes empresariales y políticos se han vuelto más defensivos. Sin embargo, si hay una lección de dos siglos de crecimiento económico sin precedentes, es que el conocimiento anterior en última instancia se convierte en un producto ampliamente disponible. La tarea más importante para los países avanzados es crear nuevas ideas útiles. De eso dependerá su futuro en última instancia. Lograrlo requerirá no sólo de derechos de propiedad intelectual bien diseñados, sino también del apoyo gubernamental a la ciencia fundamental y las tecnologías innovadoras, como fue el caso de Internet hace algunas décadas.

Un aspecto importante de la globalización del conocimiento útil es la relación de Occidente con China. Una de las tragedias del enfoque fuerte, pero torpe, de la administración Trump hacia la política comercial –no dejar a ningún amigo sin ser un objetivo, usualmente sin ninguna razón- es que ha alineado a sus potenciales aliados en su intento por abordar la transferencia forzosa de los conocimientos técnicos. Sin embargo, incluso las autoridades chinas entienden que el futuro de su economía depende de incentivos para desarrollar y diseminar nueva propiedad intelectual. EEUU debería estar presionando sobre una puerta abierta.

Más que todo, no se trata sólo de proteger la propiedad intelectual. También se trata de reconocer que puede ser un obstáculo para la competencia. Aún más de enfocarse en el futuro. Un mundo en el que la innovación se comparte más ampliamente es inevitable y deseable. Este es un futuro que deberíamos querer. El viejo monopolio se ha ido. Bien.

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